Empleados que hincan los codos en verano para mejorar su perfil digital
Las universidades corporativas refuerzan los contenidos estivales para sus trabajadores. Destacan los cursos relacionados con la transformación tecnológica
Las universidades corporativas y las escuelas de verano despliegan estos días iniciativas y programas. Trabajan bajo el mismo y único mantra: reconducir carreras en versión tecnológica y lograr plantillas 100% digitales. Ningún departamento se escapa al manejo de una tecnología convertida en transversal. Las compañías se vuelcan así en formar a sus empleados dando esquinazo a un mercado insolvente, incapaz de suministrar las posiciones que precisan. “Hay que tomárselo en serio porque...
Las universidades corporativas y las escuelas de verano despliegan estos días iniciativas y programas. Trabajan bajo el mismo y único mantra: reconducir carreras en versión tecnológica y lograr plantillas 100% digitales. Ningún departamento se escapa al manejo de una tecnología convertida en transversal. Las compañías se vuelcan así en formar a sus empleados dando esquinazo a un mercado insolvente, incapaz de suministrar las posiciones que precisan. “Hay que tomárselo en serio porque, sin dominar la tecnología, en el largo plazo va a ser imposible trabajar en los nuevos entornos productivos”, valora Antonio de Luis Acevedo, director gerente de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo, Fundae.
Un destino habitual en estas fechas para los altos directivos para actualizarse es la Universidad Corporativa de Asepeyo (UCA). “En agosto, con menor carga de trabajo, dedico cinco horas por semana al estudio de metodologías ágiles, digitales o liderazgo”, narra Jorge Vilanova Martínez-Frías, secretario general de Asepeyo. “Es un autoaprendizaje sencillo que, con exámenes al principio y al final, te permite evaluar tu progresión”. La universidad oferta más de 400 cursos por los que pasaron 14.209 personas en 2022, cuando impartió más de 136.000 horas. “Para el futuro de las empresas no basta con ofrecer formación continuada. Es clave crear cultura en torno a ella ante la velocidad con la que avanza la tecnología”, mantiene Carolina Espuny, directora de la UCA.
España necesita cubrir 120.000 puestos tecnológicos, según la asociación DigitalES y, de acuerdo con el informe España Digital 2025, habrá que formar a ocho millones de trabajadores en nuestro país para atender a la revolución tecnológica. Incorporar talento transformado al mercado y hacerlo en femenino para multiplicar su empleabilidad es la propuesta de la Escuela de Verano de Huawei. Su Academia Europea de Liderazgo beca estos días a 29 mujeres, una por cada país de la Unión Europea, seleccionadas entre 9.000 candidatas. Todas cursan en Valencia el programa Semillas para el futuro que persigue “despertar en ellas aptitudes de líder y emprendimiento, capacitarlas en habilidades digitales y darles la oportunidad de reconvertir en tecnológica su profesión”, señala su creadora, Berta Herrero, responsable de igualdad y diversidad de la tecnológica china.
Una formación para “saber vender sus negocios y posicionarse como futuras líderes de la mano de una agenda que generan entre ellas, profesores y ponentes”, apunta Herrero. Es el caso de la representante española Nekane Estalayo, experta en ciberseguridad y responsable de estrategia de la start-up polaca Sagenso. “En el mundo tecnológico, plagado de hombres, te sientes sola. Esta beca me da la oportunidad de conectar con mujeres jóvenes, como yo, que incorporan la tecnología a su carrera”, sostiene. Este programa no solo busca contribuir a cerrar la brecha de género, también “atraer talento vulnerable para que pueda optar a puestos más cualificados y mejor remunerados”, añade Herrero.
Inocular el ADN tecnológico
También la Escuela de Verano de Orange persigue inocular ADN tecnológico a toda su plantilla. Por ella pasan más de 500 empleados en el verano. Los formadores internos imparten el 15% de su contenido. El programa estival de su escuela, InnovaTec, es online (una hora dos días en semana) e incluye ponencias/paneles de expertos y talleres experienciales. “Esta formación desarrolla el talento interno, lo fideliza e impulsa a crecer”, aprecia Marta García Cuesta, directora de talento y desarrollo de Orange España. Además, se ha activado el programa one-to-one, de idiomas (clases y conversaciones con nativos en remoto), un formato que funciona muy bien en verano. “Los empleados tienen más tiempo y pueden planificar con antelación sus sesiones”, añade.
También con el propósito de formar a la población en el manejo de la tecnología este es el primer verano en el que se puede acceder gratis al Orange Digital Centre, el buque insignia de la operadora en formación abierta, situado en Madrid. Dirigido al público interesado en mejorar sus habilidades digitales (desde manejo del móvil hasta programación) ya han pasado por él más de 2.500 personas. Orange incluye en esta formación su Escuela Código, para colectivos vulnerables así como Talleres de Fabricación Digital, para ayudar en proyectos digitales.
La Universidad Corporativa de Prosegur ha personalizado la formación por departamento y perfil profesional, alineándola con las preferencias de cada empleado, “lo que ha aumentado su satisfacción y sentido de pertenencia”, según señalan desde la compañía. También BBVA, con una inversión de 42 millones de euros en formación a empleados, articula desde su campus más de 20.000 recursos formativos utilizados en 2022 por el 97,8% de su plantilla con una media de 44 horas por trabajador.
Igualmente algunos empleados de Enagás aprovechan la etapa estival para cursar, desde cualquier punto y dispositivo, una formación que siguieron 317 personas con 3.059 horas online el pasado verano. En esta operación de reconversión digital, la Universidad Corporativa de Bankinter ha abierto a todos los empleados su programa Data Lab, antes dirigido a perfiles STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas). Desde junio, cualquier trabajador puede cursar analítica de datos. “Hay que apostar por los especialistas pero también promover el reciclaje y generar cultura orientada al dato, que nos ayude a tomar las mejores decisiones”, señala Carmen Presa, directora de gestión de personas y conocimiento del banco.
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