Nora Real Food: la cantina que alimenta a miles de trabajadores
La firma elabora y envía a diario menús para los empleados de más de 120 empresas en Barcelona
Nora Vallcorba cuenta que a su madre, Nora Barata, siempre le gustó la cocina. Aunque había estudiado Económicas, también se había formado en gastronomía, pero su vida profesional tomó otro rumbo y su sueño quedó en segundo plano. Hasta que su hija ideó Nora Real Food para su trabajo de final de grado en Administración y Dirección de Empresas en 2018. De la intersección entre la pasión de la madre y el olfato para el negocio de la hija ...
Nora Vallcorba cuenta que a su madre, Nora Barata, siempre le gustó la cocina. Aunque había estudiado Económicas, también se había formado en gastronomía, pero su vida profesional tomó otro rumbo y su sueño quedó en segundo plano. Hasta que su hija ideó Nora Real Food para su trabajo de final de grado en Administración y Dirección de Empresas en 2018. De la intersección entre la pasión de la madre y el olfato para el negocio de la hija nació esta cantina digital que sirve unos 1.500 menús diarios en Barcelona y el área metropolitana y factura 2,9 millones de euros.
Mientras hacía prácticas en diferentes empresas, Vallcorba vio que a la hora de la comida las principales opciones pasaban por comer en un bar o recurrir a los típicos bocadillos o ensaladas que vendían debajo de la oficina. “Había comedores de empresa grandes, pero un servicio de cantina digital, que es lo que somos, no existía”, cuenta por videollamada.
Madre e hija se pusieron manos a la obra, para lo que también contaron con Albert Solé, actual director de operaciones. “A sus casi 50 años se animó a emprender con mi apoyo”, dice esta barcelonesa de 29 años. “Y porque habíamos visto un modelo de negocio que tenía mucho potencial y era una oportunidad”. El mismo año que hizo el trabajo de fin de grado (TFG) nació la compañía.
Al principio se centraron, sobre todo, en el cliente final y en empresas que ofrecieran tiques restaurante a sus empleados, pero luego, gracias a que fue de boca en boca, comenzaron a recibir llamadas de los departamentos de recursos humanos. “Intentaban negociar un acuerdo. Veíamos que había la posibilidad de un B2B (negocio entre empresas). Porque decías: vale, yo te doy un acuerdo a cambio de un volumen fijo, que tengas una zona habilitada [para la entrega] dentro de la empresa…”, cuenta la cofundadora y consejera delegada.
En septiembre de 2019 cerraron su primer contrato con una empresa. “Como hemos ido creciendo muy rápido, hemos necesitado mucha inversión en cocina. Y ahora aún más, que estamos en una cocina industrial. Todo el rato te quedas pequeño y necesitas nueva maquinaria para producir”, apunta Vallcorba.
Precisamente estaban a punto de entrar en unas nuevas instalaciones cuando llegó la pandemia. “En marzo, cuando ya veníamos de mudarnos de dos cocinas porque se nos quedaban pequeñas por volumen, nos paralizó la covid”, rememora. Recondujeron su actividad y cocinaron menús para hospitales, y más tarde ampliaron su radio de actuación. Cubrieron los alrededores del área metropolitana, una zona, dice Vallcorba, más industrial en la que las empresas disponen de menos opciones: “Y estaban más activas en ese momento. Y gracias a eso fuimos sobreviviendo”.
Actualmente sirven a más de 120 compañías —entre las que hay farmacéuticas, tecnológicas y consultoras— cuyos empleados pueden programar sus comidas de manera semanal o elegirlas diariamente antes de las once de la mañana. Escogen entre unos 40 platos, se cocinan en el mismo día y llegan al consumidor en envases 100% compostables y biodegradables. “Empezamos con un modelo muy premium. Era todo en tarrito de cristal porque uno de nuestros valores es la sostenibilidad”, dice Vallcorba. “El retorno del envase no fue viable económicamente porque la gente o no lo devolvía o se rompía”. El siguiente paso, comenta, será pasar a un empaquetado de uso circular.
Llegaron las ganancias
A finales del año pasado las cuentas de la start-up, cuyo equipo está formado por 38 personas, entraron en equilibrio y los últimos meses ya ganaron dinero, aunque el saldo de todo el ejercicio fue negativo. En 2023 prevén facturar 4,5 millones y cerrar en verde. Por el momento, la expansión geográfica a otras comunidades no está sobre la mesa, pero sí el salto a la gestión de espacios físicos con un primer contrato. “Nuestro modelo funciona para empresas desde 10 trabajadores a 400 o 500″, señala Vallcorba. “Si son de 500 o más, ya te has de ir a una cantina física. Era una pena que nos contactaran tantas empresas de 1.500 o 2.000 trabajadores y nosotras a todas les decíamos que no”, señala la consejera delegada y encargada del diseño de menús.
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