Vivir a cuerpo de rey: todos los servicios inmobiliarios que tienen los ricos
El mercado especializado en vender lujo crece al tiempo que aumenta el número de grandes fortunas en el mundo
Viajan en jet privado; navegan en yates de lujo; tienen ama de llaves, mayordomo y chófer, y alquilan o compran villas e islas privadas para sus vacaciones y saraos sociales. Son ricos y demandan servicios de ricos. El número de grandes fortunas no para de crecer en el mundo. También en España, que está entre los 10 países con más millonarios a nivel global, según el banco Credit Suisse. La población de ultrarricos con más de 30 millones de dóla...
Viajan en jet privado; navegan en yates de lujo; tienen ama de llaves, mayordomo y chófer, y alquilan o compran villas e islas privadas para sus vacaciones y saraos sociales. Son ricos y demandan servicios de ricos. El número de grandes fortunas no para de crecer en el mundo. También en España, que está entre los 10 países con más millonarios a nivel global, según el banco Credit Suisse. La población de ultrarricos con más de 30 millones de dólares de liquidez también engorda: aumentó un 9,3% en 2021 y supera ya las 610.500 personas en el mundo, según la consultora Knight Frank.
En torno a la abultada cuenta bancaria de estos privilegiados gira todo un ecosistema de empresas volcadas en ofrecer productos y servicios de lujo, desde los más tradicionales (joyas, relojes, moda, coches…) hasta los más novedosos. El intercambio de segundas residencias de alto standing solo para ricos es uno de los últimos negocios en atracar en España. Es algo así como el Airbnb de la high class. Thirdhome es un exclusivo club privado que ofrece a los propietarios de segundas residencias hospedarse en las viviendas de lujo de otros millonarios. Para entrar en el club hay que pasar algunos filtros. Por ejemplo, el valor mínimo de la vivienda que se intercambie debe ser de 500.000 dólares (475.000 euros). De ahí para arriba. “El valor medio de las propiedades que pertenecen al club es de dos millones de euros y, antes de ser admitido, cada perfil es estudiado minuciosamente. Además, las propiedades deben estar en un destino atractivo, tener un interiorismo exclusivo y muebles y electrodomésticos de calidad”, señalan en la compañía, creada en 2010 en EE UU.
Este club internacional privado de viajes dispone de casi 14.000 propiedades repartidas en 1.700 destinos de 98 países. Además, tiene acuerdos con 85 resorts de lujo que forman parte de su oferta: Ritz-Carlton (Aspen), St. Regis (Nueva York) o Vidanta (México). El número de socios supera los 13.800 y entre ellos hay “médicos, influencers, políticos y jugadores de fútbol”. En España abrieron oficina en Marbella en 2020 y ya acumulan 101 viviendas. La casa con mayor valor, 12 millones de euros, está en Cataluña.
Los miembros ganan créditos o llaves en función de la disponibilidad de sus segundas viviendas. Cuanto más tiempo estén libres a lo largo del año en la plataforma, más llaves obtienen. Aparte, deben abonar una cuota de intercambio que se sitúa en torno a 700 euros por semana, una cifra alejada de los 12.000 euros semanales que suele costar el alquiler de este tipo de casas. Evidentemente, el ahorro no es la máxima prioridad de los socios. “Es un concepto que va más allá de la cuestión monetaria y se enfoca en dar vida a las segundas propiedades que pasan mucho tiempo vacías”, dicen en la compañía. Hay casas en Barbados, Belize, Suiza, Francia, Colorado, Fiji, Italia, Kenia, Punta Cana, Malibú, Grecia…
Otro de los servicios pensados solo para los bolsillos más acaudalados es el alquiler de islas privadas por todo el mundo a precios que varían desde 5.000 hasta 50.000 dólares por semana (entre 4.745 y 47.457 euros). El catálogo a disposición de los clientes ricos se ha ampliado, ya que algunas islas que se ofrecían en venta se han retirado del mercado y de momento solo se anuncian en arrendamiento. Es el caso de Tagomago, que en 2020 se vendía por 150 millones de euros. Ahora, este islote de 600.000 metros cuadrados, a menos de un kilómetro de Santa Eulària des Riu, en Ibiza, solo se alquila “semanalmente o para eventos únicos”. Futbolistas y músicos como Gareth Bale, Cristiano Ronaldo o Justin Bieber ya se han alojado allí.
En Vladi Private Islands, una de las compañías que alquilan la isla, dicen que esta práctica suele ser habitual. Se hace “para cubrir los gastos de funcionamiento de una isla y para demostrar su belleza”, señala Farhad Vladi, fundador y presidente de la empresa alemana. Cuenta el empresario que, además, la propiedad de algunas de estas islas está en manos de varios familiares o socios y cuesta llegar a acuerdos. Entre los servicios que se ofrece a quien alquile la isla destacan cocinero, camarero, entrenador personal, personal de mantenimiento de jardín y piscina, traslados en limusina, servicio médico, niñera…
Mayordomo o ama de llaves
No podía ser de otro modo. En la larga lista de imprescindibles para las grandes fortunas está el servicio doméstico de lujo, un mercado que no ha dejado de crecer en los últimos años. La demanda supera con creces la oferta, sobre todo la de ciertos perfiles como mayordomo, mayordomo de buque o responsables de yates y jets privados. Las grandes fortunas reclaman personal para sus grandes pisos, villas o palacetes. “Fuera de los núcleos urbanos, demandan servicio doméstico para fincas de caza y de recreo, así como para viviendas vacacionales en Marbella, Baleares o Sotogrande, y servicios en yates”, comenta Carolina Carcedo, directora de la agencia de servicio doméstico House & Seniors.
Buscan un matrimonio interno, limpiadoras y planchadoras, ama de llaves, niñeras, salus (cuidadora profesional a domicilio de recién nacidos), chófer, jardinero, chef, mayordomo o enfermera. También demandan puestos de institutriz, doncella, asistente personal, responsable de las diferentes viviendas del empleador y responsable de los servicios del interior del yate. Puede ser personal fijo, tanto interno como externo, o temporal para el periodo vacacional o para eventos especiales.
El cliente suele ser español, pero también hay muchas familias venezolanas, mexicanas y colombianas acostumbradas a contar con personal de servicio. “Viven de forma estable en España o pasan largas temporadas aquí, y tanta es su necesidad de contar con un buen equipo doméstico que tenemos un cliente mexicano que pasa seis meses al año en Madrid y para conservar a su personal de confianza lo retribuye económicamente todo el año con el mismo salario”, dice Carcedo. Importante era el cliente ruso, que demandaba servicios para sus residencias vacacionales en Baleares y Costa del Sol. “No sé cómo evolucionará su demanda de personal doméstico en España tras la guerra en Ucrania”, añade.
Quienes solicitan estos servicios son empresarios, consejeros delegados de multinacionales, embajadores y diplomáticos, deportistas de élite y artistas. Además de formación específica y experiencia, exigen máxima discreción (deben firmar un contrato de confidencialidad), el uso de uniforme y la máxima flexibilidad horaria, también para viajar.
Los salarios dependen de los requerimientos y la experiencia, pero, como ejemplo, un mayordomo profesional cobra a partir de 2.600 o 3.000 euros netos al mes, y una doncella, desde 1.400 euros. Una niñera con formación específica, inglés y pasaporte de un país de la Unión Europea para poder viajar con la familia cobra entre 1.200 y 1.600 euros al mes. Un chef se mueve entre 5.000 y 6.000 euros, mientras que una cocinera, a partir de 1.200 euros. Un matrimonio doméstico interno, desde 2.800 euros, y una salus percibe entre 100 y 115 euros por noche.