La notable rentabilidad de invertir en vinos con solera
Es un activo alternativo que durante los últimos 15 años ha logrado una rentabilidad mayor que la del S&P 500
El mercado de inversiones alternativas ha explotado en la última década, desde coleccionistas de cartas a antigüedades, de zapatillas a coches clásicos. Pero una se ha postulado como líder: la inversión en vino fino, de lujo o, como dicen los británicos, fine wine. Los vinos finos se definen como aquellos para los que existe una demanda secundaria en el mercado y cuya calidad mejora con el tiempo. Es en sí mismo un nicho de la industria vitivinícola total. Se considera que representa...
El mercado de inversiones alternativas ha explotado en la última década, desde coleccionistas de cartas a antigüedades, de zapatillas a coches clásicos. Pero una se ha postulado como líder: la inversión en vino fino, de lujo o, como dicen los británicos, fine wine. Los vinos finos se definen como aquellos para los que existe una demanda secundaria en el mercado y cuya calidad mejora con el tiempo. Es en sí mismo un nicho de la industria vitivinícola total. Se considera que representa solo el 1% de la industria mundial del vino, valorada en 400.000 millones de dólares anuales.
Según el índice de inversión de lujo de 2021 de Knight Frank, el precio de los vinos finos dedicados a inversión aumentó un 13% en la primera mitad del año, lo que los convierte en los favoritos de todas las inversiones de lujo, incluidos el whisky escocés y los bolsos de Hermès. Londres es el centro mundial de la industria, con conexiones con los mercados comerciales más importantes de América del Norte y Asia, y con un acceso fundamental a los productores europeos, donde se elabora la mayor parte del vino fino.
El potencial de la inversión en vinos radica en su capacidad para imitar otras clases de activos. Al igual que el oro, el vino puede ser una reserva de valor excepcional y una protección eficaz contra la inflación durante las turbulencias del mercado, con potencial para duplicar o triplicar su valor en 10 años o más, según afirma el maestro del vino Justin Knock.
Históricamente, los vinos de Burdeos han sido la base de este mercado, pero a medida que la excelencia en la producción se ha extendido al resto del mundo, las ambiciones y el éxito de los principales productores de otros lugares ha crecido. Borgoña ha tenido un desempeño estelar durante la última década, los principales dominios han aumentado en múltiplos su valor, mientras que el champán también se ha revalorizado bastante durante la pandemia. En términos más generales, mientras los mejores super tuscans han sido el radar de los coleccionistas durante algunos años, ahora se ha abierto la atención hasta el Piamonte y los mejores tintos del norte de España —que provienen de los excepcionales viñedos viejos que todavía posee el país— están comenzando su carrera en el mundo del vino fino sumándose a firmas ya referentes como Vega Sicilia o Pingus. Los vinos del nuevo mundo que han marcado la tendencia han sido los mejores cabernets de Napa, pero los bebedores australianos no se sorprenderán al saber que los Penfolds y Henschke son muy deseados por los inversores globales y a estas dos estrellas están punto de unirse otros, dando forma a lo que parece que va a ser una década emocionante para los mejores productores de Australia.
Cuando la volatilidad del mercado aumenta, o las condiciones económicas apuntan hacia tiempos difíciles, los inversores entienden que los atributos únicos y variados del vino fino pueden ofrecer una conservación notable del capital, un crecimiento del valor real y una forma de diversificar una cartera lejos de los activos más volátiles. El tiempo ha demostrado que, tanto en las buenas como en las malas, el buen vino siempre tiene demanda, con rendimientos a largo plazo fuertemente respaldados por un consumo regular y continuo.
La mayor parte de las empresas especializadas se encuentran en Londres. Están las casas clásicas, pero es un mercado dinámico y aparecen nuevas empresas con perfil innovador, entre ellas múltiples pequeñas gestionadas normalmente por amantes del vino y de los negocios, eso sí, todas ellas enfocadas en encontrar las mejores oportunidades del mercado para sus clientes.
Lo que hace que el vino fino sea único entre todos los activos de lujo es el consumo continuo, y dado que las condiciones de la cosecha anual juegan un papel integral en la calidad y el precio de un vino, queda claro que la creciente escasez de cosechas o lanzamientos específicos se convierten en un factor importante de las valoraciones a largo plazo. Un informe reciente de Liv-Ex —recopila índices sobre los vinos finos más negociados del mundo—, afirma que el vino fino ha superado al índice S&P 500 con una revalorización del 13,6% en los últimos 15 años, en comparación con el 7,8% (excluidos los dividendos) del S&P.
Al igual que con cualquier otro activo alternativo, es crucial considerar opciones de estrategias de salida antes de realizar una inversión. Sin embargo, el vino fino es una de las raras clases de activos con un ciclo de círculo completo, lo que significa que se produce en una cantidad regulada, se compra, se almacena y finalmente se consume.