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Ikea factura un 1,5% más que antes de la pandemia gracias a la venta por internet, que ya pesa el 30%, y redobla las inversiones hasta 3.200 millones de euros
Ikea le ha dado una vuelta a su negocio y ha superado el coronavirus en tiempo récord. Ingka Group, el mayor franquiciado de la firma sueca (controla 392 de sus 464 tiendas, incluidas las españolas a excepción de Canarias), cerró su ejercicio fiscal 2021 con una facturación de 39.800 millones de euros. Esto es, un 1,5% por encima de los guarismos de hace dos años, antes de que explotase la pandemia. Este crecimiento se basa en la expansión de su tienda digital, que ya pesa un 30% de la facturación total, casi el doble que un año a...
Ikea le ha dado una vuelta a su negocio y ha superado el coronavirus en tiempo récord. Ingka Group, el mayor franquiciado de la firma sueca (controla 392 de sus 464 tiendas, incluidas las españolas a excepción de Canarias), cerró su ejercicio fiscal 2021 con una facturación de 39.800 millones de euros. Esto es, un 1,5% por encima de los guarismos de hace dos años, antes de que explotase la pandemia. Este crecimiento se basa en la expansión de su tienda digital, que ya pesa un 30% de la facturación total, casi el doble que un año antes.
En el último ejercicio, que en el caso de la compañía sueca va de septiembre a agosto, los beneficios fueron de 1.600 millones. Unas ganancias por encima de los 1.200 millones de 2020, aunque todavía algo menos de los 1.800 millones anotados hace dos ejercicios. “Estamos muy contentos de los resultados, pero también de cómo lo hemos hecho”, asegura Juvencio Maeztu, director financiero y vicepresidente global de Ingka. En ese cómo se incluye principalmente el apoyo a proveedores, bonus a trabajadores y una apuesta decidida por la inversión.
En el reparto de las ventas, la tienda física ha reducido su peso y también el volumen total de ingresos. Pero esto, según Maeztu, no es algo que les preocupe. La razón es que creen que los establecimientos físicos y los digitales se complementan. Y resulta muy complicado separar qué ventas dependen de una vía o de otra. “Todo influye. Lo relevante para nosotros no es cuánto genera cada canal, lo importante es el dato total y que el cliente quede satisfecho”, sostiene el vicepresidente del grupo.
Prueba de ello es que no varía la hoja de ruta en cuanto a su expansión y nuevas aperturas. El ejercicio 2021 lo ha terminado con 174.000 empleados en el mundo, 8.000 más que un año antes, y sigue abriendo establecimientos. En concreto, en el último año ha sumado 26 localizaciones hasta llegar a los 392 centros grandes y 73 tiendas más pequeñas. Es decir, como incide Maeztu, se mantiene su estrategia incluso durante la pandemia: “Seguimos en crecimiento y vamos a más tiendas, a más online y a más empleo”.
El hito de mejorar los ingresos precovid se ha conseguido, además, en un contexto todavía tremendamente complejo, sin que haya vuelto la normalidad a la actividad del negocio. De hecho, este último ejercicio el grupo tuvo más tiempo sus tiendas cerradas que en el anterior. “A pesar de haber cerrado más días, hemos crecido en facturación y en inversiones”, subraya Maeztu. ¿Cómo se consigue entonces? Se explica por tres factores, según la compañía: la vida en casa ha ganado más importancia que nunca, ha subido la confianza en Ikea y, sobre todo, a la transformación del negocio. En este último punto se incluye la expansión de su tienda digital, que compensa los días con la persiana bajada de forma obligatoria, ya que su web está disponible 24 horas y siete días a la semana.
Este es otro motivo por el que el comercio electrónico se hace más relevante. Y lo está consiguiendo, ya que los datos dejan pocas dudas: en el ejercicio 2020 ingresó unos 6.300 millones de euros por este canal y este último año elevó su facturación hasta los 11.200 millones. De ahí que internamente no haya fisuras en la apuesta por la digitalización, uno de los ejes clave del grupo para los próximos años.
Crecimiento en España
Con estos números, Ingka Group ha podido asimismo impulsar las inversiones, que han subido hasta los 3.200 millones. “Estamos invirtiendo más que nunca en mejorar y sumar nuevas tiendas y en transformación digital. También hemos adquirido empresas, como el 49% de Ikano Bank, un banco a través del que queremos desarrollar soluciones financieras para los clientes”, explica Maeztu. Una opción que pretende llevar también a España, aunque la empresa no detalla cuándo será efectiva.
Otras inversiones se centran en movilidad y en energías renovables. Por un lado, la distribución de productos del grupo con vehículos eléctricos será una realidad en todo el mundo para Ikea en 2025, algo que es un hecho a día de hoy en Shanghái o Ámsterdam. Y en energía, ya ha invertido 2.500 millones y ahora ha anunciado una inyección de otros 4.000 millones de euros en los próximos años.
Mientras, en España el grupo ha comprometido una inversión de 150 millones en los siguientes tres ejercicios, lo que facilitará nuevas aperturas. Según fuentes de la compañía sueca, pretende llegar a todo el territorio, ya sea con alguno de los establecimientos grandes, los pequeños, puntos de entrega, tiendas efímeras (conocidas como pop-up stores) o espacios de planificación y diseño. “La idea es que todos los españoles tengan al menos un punto de contacto de Ikea a menos de 15 minutos”, aseguran estas fuentes. Así, el grupo eleva su apuesta por el país, apoyado en los números de su filial: la facturación ha subido un 16% en el país, se sitúa por encima del nivel precovid y ya es el tercer mercado que más crece en ingresos (solo por detrás de Estados Unidos y Rusia).
Presión sobre los precios
A pesar de haber superado con holgura la crisis del coronavirus, en los últimos meses no todo han sido buenas noticias, ya que existen algunas incertidumbres que preocupan al grupo. Por un lado, está la presión del incremento de costes, algo que está golpeando a las cuentas de la firma. Ikea asegura que lleva más de un año asumiendo las alzas, reduciendo los márgenes y, por ahora, sin subir precios. Pero esta tensión va en aumento y la empresa sueca se plantea todos los escenarios. “No puedo descartar que no cambien los precios en el futuro. Estamos monitorizando la situación a la espera de lo que ocurre en los próximos meses”, reconoce Maeztu.
Otro de los factores que genera dudas son los problemas de suministro, lo que afecta a la mayoría de compañías globales. Su receta ante los cuellos de botella en el transporte y el encarecimiento del mismo es la baja dependencia de la producción en países de Asia. “El 70% de lo que vendemos en el mundo se produce en Europa. Por ello, Europa se abastece de Europa, salvo algún componente crítico o producto específico”, asegura el gaditano Juvencio Maeztu.
Con todo, con los números de la empresa al alza y algunas incógnitas, el grupo es optimista de cara a 2022. De hecho, la compañía espera que siga la tendencia alcista: mantiene la previsión de más crecimiento, más ingresos y más beneficios. Si el coronavirus lo permite.