IAG se une a la pugna por la portuguesa TAP sin comprometer aún una oferta en firme
El holding de Iberia sigue a Air France-KLM y Lufthansa en la presentación de una muestra de interés por la aerolínea lusa, pero deben aclararse varias condiciones de la privatización para avanzar en el proceso
El grupo de aerolíneas IAG está ya en la carrera por entrar en el capital de una de las últimas grandes aerolíneas europeas que vuela por libre y con el 100% de capital público, la portuguesa TAP. El holding que engloba a Iberi...
El grupo de aerolíneas IAG está ya en la carrera por entrar en el capital de una de las últimas grandes aerolíneas europeas que vuela por libre y con el 100% de capital público, la portuguesa TAP. El holding que engloba a Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus ha confirmado esta mañana el envío de una muestra de interés a Lisboa, con lo que se une a la pugna que fue abierta esta semana por Air France-KLM y en la que entró posteriormente Lufthansa. Sin embargo, aún hay reservas en la sede de IAG en Londres antes de meter una oferta vinculante en un sobre: “IAG confirma que ha presentado una declaración de interés a Parpública [ente luso que coordina la venta], en relación con el proceso del Gobierno portugués para la privatización parcial de TAP. Sin embargo, habría que abordar varias condiciones antes de que IAG pudiera proponer una inversión”.
IAG está manteniendo contactos con las autoridades portuguesas desde meses, y hasta el último momento, con el fin de aclarar el escenario de una privatización que arranca con la venta del 44,9% del capital y que reserva un 5% a los empleados. El Estado mantendrá la mayoría en el accionariado, aunque se ha abierto a dar peso en la gestión al socio entrante y, más allá de eso, a avanzar posteriormente en la colocación hasta entregar la mayoría al capital privado.
Se entiende, por tanto, que pueda haber dudas sobre la gobernanza de la compañía, la deuda por la ayuda pública, los planes de inversión previstos y los derechos del nuevo inversor en siguientes fases de la privatización. IAG se ha dejado una puerta abierta por si detalles como estos terminando siendo inasumibles.
La cuota de mercado de TAP en las conexiones con Brasil, con un 25% entre las aerolíneas europeas, resulta el principal atractivo de una compañía que sobrevivió al azote de la pandemia gracias a la inyección de 3.200 millones de dinero público. La pretensión del Gobierno portugués es recuperar parte del rescate, consciente de que la valoración de TAP está muy por debajo de esa cifra, lo que ha motivado largo debate político. El proceso parte con una tasación de 700 millones por el 44,9% en venta.
“Creemos que TAP tiene un potencial significativo dentro de IAG. Nuestro modelo descentralizado ofrece márgenes líderes en el sector y se ajusta a la ambición del Gobierno portugués de proteger TAP. Nuestra trayectoria demuestra cómo invertimos para fortalecer nuestras aerolíneas, lo que beneficia a los clientes, los empleados, las economías locales y los accionistas”, se expone desde IAG, aludiendo entre líneas al desarrollo de Iberia y British desde situaciones críticas a principios de la pasada década.
Para IAG, al igual que para sus competidores, también es clave ganar posiciones en el mapa del viejo continente. TAP ofrece el dominio en Lisboa y Oporto, dos de los reductos que escapan del control de los tres conglomerados que quieren comprar la aerolínea.
Posición estratégica
El holding que lidera Luis Gallego domina la fachada atlántica con Aer Lingus en Dublín, British Airways en Londres e Iberia en Madrid. Incluso está potenciando a la low cost Level en el aeropuerto de El Prat, alimentada por Vueling, para conectar Barcelona con América. IAG no quiere enemigos en su territorio natural. Pero se trata de una posición que tratan de limar tanto Air France-KLM como Lufthansa, fuertes en el centro de Europa y en expansión. La primera se ha hecho con el mando de la escandinava SAS, y la segunda, con la italiana ITA. IAG, entre tanto, fracasó el año pasado en su segundo intento de adquirir Air Europa para volverse intocable en Madrid.
El consejero delegado Gallego insistió ante los medios de comunicación, con motivo de la presentación de los resultados del tercer trimestre, en que IAG tiene capacidad financiera para acometer inversiones sin penalizar su ratio objetivo de deuda frente al resultado bruto de explotación, y elevando la remuneración al accionista. Previamente, en una entrevista concedida a EL PAÍS a primeros de octubre, señaló que el encaje de TAP en IAG es, desde el punto de vista de la regulación de la competencia, mejor que en los otros dos grandes conglomerados del sector aéreo.
Sobre la munición disponible para atacar el objetivo de TAP, el apalancamiento neto de IAG ha bajado a 0,8 veces (1,1 en diciembre de 2024), con una deuda neta ligeramente superior a los 6.000 millones (-1.508 millones respecto al cierre de 2024). Esa posición es actualmente inferior a la horquilla de 1,2 a 1,5 que IAG se ha fijado como guía para hacer llegar a los accionistas el exceso de efectivo.
Con margen para operaciones corporativas, la compañía tiene anunciado un dividendo en efectivo, a cuenta de los resultados de este 2025, de 0,048 euros brutos por acción (0,0389 euros netos). Esta cifra, que será distribuida el 1 de diciembre, supera los 0,030 euros del año pasado. Y a ella se añadirá una retribución adicional una vez que sean publicados los resultados del presente ejercicio, allá por febrero de 2026. Se espera un nuevo plan de recompra de acciones una vez que se cierre el actual valorado en 1.000 millones.
A la espera de otros jugadores
El Gobierno luso fijó este sábado 22 de noviembre como fecha límite para la recepción de propuestas, con lo que hay margen para nuevas entradas. Entre las exigencias de la administración figura que los potenciales compradores tengan una magnitud superior a los 5.000 millones en ingresos. Los primeros compromisos en llegar han ido revestidos de tintes amistosos: en el futuro se mantendría la marca TAP, la sede operativa seguirá en Lisboa, hay compromisos de conservación del empleo y de refuerzo de las actuales rutas.
La aerolínea en venta ha anunciado esta semana un beneficio en los nueve primeros meses de 55,2 millones de euros, un 35% menos que en el mismo periodo de 2024. El tercer trimestre se ha saldado con una ganancia de 126 millones., mientras que la capacidad medida en asientos aumenta un 3% en lo que va de año y el número de viajeros sube en los mismos términos, hasta los 12,7 millones.
La dirección de TAP, encabezada por el consejero delegado Luis Rodrigues, estima que el proceso de entrada de un socio en el capital se llevará varios trimestres, en los que se va a insistir en apuntalar la sostenibilidad financiera de la compañía.
La operación de venta coincide con una investigación sobre el traspaso de acciones a manos privadas en 2015, concretamente al consorcio Atlantic Gateway. A través de una inspección fiscal se trata de determinar si se utilizó un esquema financiero para hacer que la propia aerolínea portuguesa aportase los fondos para su compra.