Los ‘sabios’ reclaman a Merz “no desperdiciar las oportunidades” y pronostican solo una ligera mejora para Alemania
El consejo de expertos económicos prevé un crecimiento del PIB del 0,2% este año y del 0,9% en 2026
La economía alemana sigue luchando para dejar atrás la fase de debilidad. En el año en curso, debería crecer mínimamente por primera vez desde 2022. “Tras dos años de recesión, este año, por fin, la tendencia del desarrollo económico en Alemania pasa de ser negativa a positiva. Sin embargo, en comparación con el resto de Europa, el crecimiento sigue siendo inferior este año. Solo el año que viene mejorará de manera más marcada”, declaró la presidenta del consejo de expertos económicos, Monika Schnitzer, al hacer entrega del tradicional informe anual al canciller alemán, Friedrich Merz, que reconoció que Alemania no está “aprovechando” todo su potencial.
El grupo de expertos, también conocido como el Consejo de los Cinco Sabios, prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 0,2 % con respecto al año anterior, ligeramente mejor que el estancamiento previsto en su anterior pronóstico de primavera. “La débil actividad inversora privada y el flojo comportamiento de las exportaciones lastran el desarrollo económico general”, escribieron en su informe. La actividad, basada principalmente en las exportaciones, se ha visto lastrada los últimos meses por una “política comercial impredecible por parte de EE UU” y por la “revalorización del euro”, que han empeorado aún más la posición competitiva del país.
Para 2026 tampoco auguran un despegue de entidad. Esperan un crecimiento del PIB del 0,9%, lo que supone una ligera revisión a la baja de su anterior pronóstico, en el que fijaron un aumento del 1%. “Se debe principalmente al aumento del gasto público y al elevado número de días laborables, debido a que hay más festivos que caen en fin de semana”, comentó Schnitzer sobre la mejora respecto a 2025. El Gobierno alemán es más optimista, y prevé un crecimiento del 1,3% para el próximo año.
Como en ocasiones anteriores, el comité ha expuesto una serie de recomendaciones. En su opinión, si Alemania quiere salir del mayor periodo de estancamiento desde la Segunda Guerra Mundial, deberá aumentar su productividad, llevar a cabo una mayor integración del mercado interior y de capitales europeos, así como una reforma fiscal.
Bajo el título Crear perspectivas para el mañana, no desperdiciar oportunidades, los expertos analizan a lo largo de más de 600 páginas la situación de la economía alemana, las previsiones para los próximos años y las medidas que debería adoptar el nuevo Gobierno. El resultado es una llamada de atención para el Ejecutivo del líder de los conservadores, Friedrich Merz, que solo lleva seis meses en el cargo.
“Ante los retos geopolíticos actuales, Alemania debe desarrollar nuevas perspectivas de crecimiento y seguridad. No se deben desperdiciar las oportunidades que ofrece el fondo especial para infraestructuras y neutralidad climática”, detalló Schnitzer, que estima que los efectos del paquete financiero sobre el crecimiento podrían ser “considerables”.
Dicho fondo (SVIK, por sus siglas en alemán) cuenta con una dotación de 500.000 millones de euros, de los cuales, 300.000 millones se destinarán a inversiones del Gobierno alemán, 100.000 millones a inversiones adicionales para alcanzar la neutralidad climática en 2045, y los 100.000 millones restantes irán a parar a los estados federados para invertir en sus infraestructuras y en las de los municipios.
No obstante, según explicó el sabio Martin Werding durante la rueda de prensa, el gasto previsto tendrá un “efecto positivo limitado” sobre el PIB, ya que hasta ahora se ha utilizado en gran medida para reasignaciones presupuestarias y para financiar gastos de consumo. “El efecto sería mucho mayor si el fondo se destinara íntegramente a gastos adicionales y a inversiones”, dijo. Para ello, los expertos recomiendan que un comité de supervisión independiente se encargue de supervisar el uso de los fondos y señalar cualquier desviación.
En todo caso, las inversiones públicas solo representan una fracción del total de inversiones en Alemania. Por ello, Merz y su Gobierno quieren fomentar sobre todo la inversión privada. Con el impulso al crecimiento como objetivo, la coalición entre conservadores y socialdemócratas ya puso en marcha antes de las vacaciones parlamentarias de verano un paquete de medidas para incentivar fiscalmente la inversión de las empresas y reducir lo que abonan en impuesto de sociedades.
El Consejo de Sabios cree que esa decisión, la de reducir los impuestos de sociedades hasta 2032, aumentará moderadamente las inversiones y el crecimiento del PIB, pero recomiendan que se diseñe de forma “más neutral” que hasta ahora. Por ejemplo, igualando el trato fiscal de la financiación propia y ajena, lo que reforzaría los incentivos a la inversión a largo plazo y reduciría el incentivo al endeudamiento excesivo de las empresas. También aconsejan fortalecer la acumulación de patrimonio privado de los hogares de cara a la vejez, y gravar las herencias de manera más equitativa.
En el informe de este año han decidido incluir también un apartado sobre la importancia del mercado interior. “Precisamente en estos tiempos geopolíticamente difíciles, es especialmente importante que Europa se mantenga unida”, declaró la experta Ulrike Malmendier. “Estos tiempos de volatilidad pueden ser en realidad una oportunidad para Europa, al presentarse como refugio de estabilidad y fiabilidad y como un lugar atractivo para empresas orientadas al futuro y con un fuerte crecimiento”, añadió. Para ello, cree que se necesitan “grandes mercados sin barreras comerciales y con fácil acceso a los mercados de capitales”. En su opinión, en la actualidad la UE está lejos de aprovechar este potencial, debido a que las barreras comerciales siguen dificultando la circulación transfronteriza de mercancías, servicios, personas y capitales.
En cuanto al presupuesto federal, que hace frente a un agujero de más de 170.000 millones en sus planes financieros de 2027 a 2029, los economistas aconsejan estabilizarlo de forma “sostenible”. “A corto plazo, deberían suprimirse gastos cuestionables como la ampliación de la pensión de maternidad, la reducción del impuesto sobre el valor añadido en la hostelería, el aumento de la deducción por desplazamiento y la reintroducción de las subvenciones al combustible diésel para la agricultura y la silvicultura”.