La precariedad laboral de las plataformas en España: Cuideo, Uber y Cabify suspenden y solo Just Eat aprueba
Un estudio de la Universidad Complutense y CC OO, con metodología de la Universidad de Oxford, analiza las condiciones en siete empresas del sector. La mayoría ni garantiza un salario suficiente ni previene los riesgos laborales
Las plataformas digitales ofrecen muy malas condiciones de trabajo, mucho peores que las del promedio del mercado laboral. Tras el telón de la novedad y la innovación tecnológica hay un sistema de bajos salarios, escasa prevención de riesgos laborales y sin apenas derechos que para el resto de trabajadores se dan por sentados. Esta es la principal conclusión que se extrae del segundo informe Fairwork España, elaborado por la Universidad Complutense y la Fundación Primero de Mayo (asociada a CC OO), a partir de una metodología implantada por el Instituto de Internet de la Universidad de Oxford, publicado este miércoles. Consiste en evaluar las condiciones de trabajo en plataformas mediante 10 principios básicos. El cumplimiento de cada uno otorga un punto. En España, de las siete plataformas analizadas, tres se quedan en blanco (Taskrabbit, Cuideo y Glovo), Uber obtiene dos puntos y Cabify y Livo, tres puntos. Todas ellas suspenden, muy lejos de la única que aprueba, Just Eat, con siete puntos de 10 posibles.
Los investigadores observan una mejora paulatina en las condiciones laborales del reparto de comida y de los VTC (vehículos de transporte con conductor), donde se ha concentrado la acción legislativa y ejecutiva en los últimos años, pero a la vez identifican más precariedad en plataformas dedicadas a otros sectores, como los cuidados y las tareas del hogar.
Los resultados del informe llevan un asterisco importante: Glovo, la principal plataforma de reparto de comida, fue analizada antes de contratar a sus repartidores, tras años en rebeldía contra el Supremo (que reconoció la laboralidad de la relación de los repartidores en 2020) y la ley rider, cuando operaba con falsos autónomos. “Este giro representa un triunfo de las políticas orientadas a la laboralización del sector del reparto, en consonancia con la legislación española y con la directiva europea sobre trabajo en plataformas”, sostiene el informe. Gracias al cambio en Glovo, extraen los investigadores, por primera vez “la mayor parte de la actividad de reparto en plataformas se desarrolla en España bajo un modelo asalariado”. La empresa dio este paso bajo la amenaza de un proceso penal contra su máximo dirigente, Oscar Pierre, y tras ser castigada con millones de euros en sanciones.
El análisis de Fairwork España da al antiguo modelo de Glovo un cero. Esto quiere decir que la plataforma no aseguraba que los empleados ganasen el salario mínimo (16.576 euros brutos anuales, 9,26 por hora), ni un salario vital suficiente (que garantice un cierto poder adquisitivo), ni mitigaba los riesgos laborales, ni garantizaba condiciones de trabajo seguras. Tampoco facilitaba condiciones claras y transparentes, ni aseguraba la no imposición de cláusulas contractuales injustas, ni garantizaba un procedimiento adecuado de toma de decisiones que afectan a los trabajadores. Por último, no proporcionaba un proceso de gestión equitativo, ni garantizaba la libertad sindical, ni promovía la gobernanza democrática.
“La laboralización” en Glovo, concede el informe, “ha permitido avances concretos, como la constitución del primer comité de empresa de repartidores”. Pero, a la vez, subraya que Glovo “no ha incorporado a toda su fuerza laboral anterior, recurriendo a subcontratación mediante flotas de reparto” y que a este problema “habría que añadir otros persistentes en el sector como los bajos salarios, la contratación involuntaria a tiempo parcial y la falta de transparencia algorítmica”. El informe incluye una puntualización de la empresa: subraya que el nuevo modelo “aún no ha sido objeto de análisis empírico” y que el mismo asegura la “contratación laboral directa, aplicación de convenios colectivos, creación de comités de empresa, canales humanos de gestión y cumplimiento de obligaciones de prevención de riesgos laborales”.
Un cero de Cuideo y Taskrabbit
El cero de Glovo se circunscribe a su modelo anterior, pero otras plataformas obtienen la misma nota con el que mantienen en vigor. Es el caso de Cuideo, dedicada al cuidado de personas dependientes, así como Taskrabbit, centrada en reparaciones y mudanzas. El informe destaca que la primera actúa como una agencia de colocación “transfiriendo la responsabilidad de la contratación a familias o centros hospitalarios y no asumiendo ninguna función como empleadoras”. Los investigadores sostienen que esta situación “genera déficits en materia de prevención de riesgos laborales, en el ejercicio de derechos colectivos, en la transparencia respecto al uso de los datos o en la implementación de canales eficientes de comunicación”. Por su parte, subraya que Taskrabbit se basa en empleados autónomos con “menos garantías y derechos que el trabajo asalariado”. Esta plataforma es especialmente conocida por su asociación con Ikea para el montaje de muebles.
El resultado es ligeramente mejor en Uber, con dos puntos: el informe señala que esta empresa asegura el salario mínimo a sus empleados y la libertad sindical, pero no cumple con los otros ocho principios. El análisis de esta compañía se centra en el transporte de pasajeros (mediante VTC), no aborda la sección de reparto de comida (Uber Eats). Sin embargo, el informe destaca que es el único actor de esa área de negocio que sigue operando con autónomos, “algo que no ha pasado desapercibido a la Inspección de Trabajo, que ha iniciado ya actuaciones”, en referencia a la investigación de este organismo a la compañía.
Uber Eats opera con un modelo híbrido, que combina autónomos y flotas (asalariados subcontratados), sin especificar cuántos se integran en cada sistema. El segundo es el que aplica a todos los VTC, sin autónomos según la empresa y el informe de la Universidad Complutense. La otra gran plataforma de VTC, Cabify, obtiene un punto más que Uber. Según el informe Fairwork, además de los dos puntos de Uber obtiene el referente a dar condiciones claras y transparentes de trabajo. Falla en todo lo demás: suspende en riesgos laborales, en libertad sindical o en la no imposición de condiciones injustas.
Livo, precariedad entre enfermeras
También obtiene un tres Livo, dedicada a la enfermería y a la que el informe dedica un apartado amplio. “El rápido crecimiento de Livo Health S.A desde su fundación hace un par de años muestra cómo la economía de plataforma se está expandiendo en España también en sectores de alta cualificación, como es el caso de la enfermería”, sostiene el informe. Explica que esta compañía, “financiada a través del fondo de capital riesgo Yellow (creado por los fundadores de Glovo y con un capital de 30 millones de euros)”, se fundó en 2023 y empezó a funcionar en el área metropolitana de Barcelona, “poniendo en contacto a enfermeras con los centros de trabajo que las contratan”.
“Livo permite a los centros sanitarios (privados o públicos de gestión privada) contratar con celeridad a enfermeras para cubrir sus necesidades puntuales, al tiempo que ofrece a las enfermeras una aplicación desde la que acceder a una amplia gama de ofertas de trabajo”, resalta el informe. Cree que esta herramienta tecnológica “contribuye a solventar con agilidad” los problemas asistenciales del sector, pero a la vez advierte de que su irrupción “puede contribuir a perpetuar e intensificar los problemas estructurales de la profesión”.
Un siete para Just Eat
La única plataforma que aprueba, con siete de los 10 puntos en liza, es Just Eat. Esta empresa de reparto de comida ha convertido su cumplimiento de la ley rider en una bandera de la compañía, en contraposición al empeño de operar con autónomos de Uber Eats y Glovo (ya con un modelo asalariado). “La plataforma lleva varios años demostrando públicamente su compromiso con el diálogo social y con los derechos colectivos de sus trabajadores. Prueba de ello es que ha firmado ya dos convenios colectivos de empresa con las principales organizaciones sindicales de España”, subraya el informe, en el que cabe recordar que participa CC OO. Los tres aspectos en los que el informe indica que Just Eat no cumple son la garantía de alcanzar un salario vital suficiente (sí asegura el salario mínimo), no evitar las cláusulas contractuales injustas y no proporcionar un proceso de gestión equitativo.
Esta es la segunda edición del informe Fairwork (trabajo justo en inglés) en España, análisis que también se viene desarrollando en Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia, México, Argentina, Estados Unidos o Marruecos. Varias plataformas examinadas en esta edición ya fueron analizadas el año pasado. Glovo, Uber y Just Eat repiten puntuación, con un cero, un dos y un siete respectivamente. Cabify mejora y pasa de dos a tres puntos, mientras que Taskrabbit se desploma de dos puntos a cero. El trabajo de campo de este segundo informe, liderado por el profesor de la Complutense Alberto Riesco-Sanz, transcurrió en el primer semestre de 2025.
Los analistas concluyen que “el panorama español muestra avances significativos en la formalización laboral del trabajo en plataformas”, con el foco en el cambio de modelo en Glovo. “Sin embargo, persisten retos estructurales ligados a la subcontratación o externalización de la gestión del trabajo, la fragmentación de responsabilidades, los bajos salarios y la opacidad algorítmica”. ”La laboralización, aunque necesaria, constituye solo un punto de partida en la construcción de relaciones laborales más justas dentro de la economía de plataformas”, finalizan.