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Huelga de Renfe y Adif: qué días son, qué trenes se verán afectados y cuáles serán los servicios mínimos

Los comités de ambas empresas convocan paros para marzo y abril

Viajeros en la estación de Puerta de Atocha-Almudena Grandes, en febrero de 2024.JUAN BARBOSA

Los comités de empresa de la operadora ferroviaria Renfe y de la gestora de la infraestructura Adif han convocado de forma conjunta siete jornadas de huelga en todo el país. Protestan por la forma en que se están traspasando las competencias de Rodalies a la Generalitat de Cataluña.

Ambos comités consideran que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, encabezado por Óscar Puente, ha incumplido los acuerdos que en noviembre de 2023 provocaron la desconvocatoria de una primera huelga. Ese pacto establecía que el grupo Renfe y Adif continuarían siendo los prestadores de los servicios de Rodalies y Renfe Mercancías, que se preservaría la integridad de las plantillas en ambas empresas públicas y que se establecerían grupos de trabajo y negociación para adoptar soluciones consensuadas.

¿Qué días tendrá lugar la huelga?

La huelga arranca con una jornada de paro completo el próximo lunes, 17 de marzo. Le seguirán también paros completos el 26 de marzo y el 1 de abril, mientras que los días 19, 24, y 28 de marzo, así como el 3 de abril, los paros serán parciales a lo largo de tres turnos.

En concreto, el día 19 se parará desde las 06.00 horas hasta las 09.00, de 14.00 a 17.00 y de 21.00 a 23.00; el 24 de marzo y 3 de abril de 06.30 a 09.30, de 14.30 a 17.30 y de 20.30 a 22.30; mientras que el 28 de marzo será de 06.00 a 09.00, de 13.30 a 16.30 y de 20.30 a 23.30.

¿Qué trenes se verán afectados por la huelga?

Los paros convocados afectarán a la Alta Velocidad, Media Distancia y Cercanías.

¿Cuáles serán los servicios mínimos?

Renfe ha planteado unos servicios mínimos que alcanzan hasta el 81% en Alta Velocidad y el 75% en Media Distancia y Cercanías en horas punta, reduciéndose al 50% el resto del día.

El Comité General de Empresa ha manifestado su rechazo a los servicios mínimos propuestos, al considerar que limitan el impacto de las huelgas e impiden ejercer el derecho a la huelga en condiciones efectivas. El Ministerio de Transportes deberá determinar el marco definitivo de servicios esenciales en los próximos días.

¿Cuáles son los motivos de estos paros?

El pasado 17 de febrero la Generalitat anunció el calendario para el traspaso del servicio de Cercanías a la administración catalana. La consejera de Territorio, Sílvia Paneque, anunció que una empresa mixta ―con un consejo de administración paritario entre Generalitat y Gobierno central― gestionará el servicio de Rodalies de Cataluña a partir del 1 de enero de 2026. Desde ese momento, esa mercantil pública asumirá todas las líneas del servicio en Cataluña. A mediados del pasado enero se aprobó (sin hacerse efectivo) el traspaso de la línea R1 ―la que conecta Barcelona con Maçanet de la Selva (Girona) por la costa del Maresme― como uno de los pasos previos para ceder la gestión de Rodalies a una empresa mixta. Esta primavera se redactarán los estatutos de la empresa mixta y la sociedad pública mixta quedará constituida antes del 31 de diciembre de 2025.

La nueva operadora de Rodalies tendrá una participación mayoritaria de la Generalitat y un consejo de administración paritario donde el presidente será nombrado por la administración catalana y contará con voto de calidad. Para crear esta empresa se debe dar un paso previo que es crear una filiar catalana de Renfe y separar a los trabajadores de Cataluña del resto. Los trabajadores de esta filial, posteriormente, serán asumidos por la empresa mixta de nueva creación. Este es uno de los puntos donde los sindicatos no están del todo de acuerdo y por ese motivo han convocado la protesta durante siete días.

Aparte del traspaso de Rodalies, la huelga también ha sido convocada para denunciar el proceso de “privatización encubierta” que creen que el Gobierno está llevando a cabo a través de la creación de una nueva sociedad controlada por la compañía logística MSC, a la que Renfe quiere dar entrada en su capital. “Para facilitar esta transición, se está permitiendo el deterioro de la empresa pública mediante acciones como no concurrir a nuevas contrataciones de carga de trabajo, obstaculizar la labor de los comerciales en la captación de clientes o bloquear la operatividad de los trenes por inacción de los centros de gestión”, concluyen.


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