Alemania cierra 2024 en recesión con una caída del 0,2% en el PIB

La mayor economía europea se contrae por segundo año consecutivo, algo que solo había pasado una vez en la historia reciente

Fábrica de vehículos en Hanover (Alemania) el pasado diciembre.Fabian Bimmer (REUTERS)

Por segundo año consecutivo, la mayor economía de Europa volvió a contraerse ligeramente. La crisis de la industria, un aumento del número de quiebras de empresas, así como las perspectivas sombrías de exportación, todo ello unido a la inquietud que se ha extendido entre los consumidores, provocaron que el producto interno bruto (PIB) cayera en 2024 un 0,2% en comparación con el año anterior. Las perspectivas para este ejercicio apuntan a un ligero crecimiento, el más débil entre las economías avanzadas.

Las cifras publicadas este miércoles por la Oficina Federal de Estadísticas confirman lo esperado por el Gobierno alemán, que ya advirtió en octubre de que la economía se encogería en 2024 un 0,2%. En 2023 se registró un descenso del 0,3%. Alemania solo ha experimentado en la historia reciente una recesión de dos años consecutivos, en 2002 y 2003. A diferencia de ahora, entonces el desempleo había aumentado drásticamente.

Tras un ligero crecimiento en el primer trimestre de 2024, el PIB cayó en el segundo trimestre del año y luego aumentó mínimamente en el tercero. Según los resultados anteriores, el PIB del cuarto trimestre de 2024, corregido de efectos de precios, estacionales y de calendario, cayó un 0,1% respecto al trimestre anterior, ha anunciado la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

“Las cargas económicas y estructurales se interpusieron en el camino de un mejor desarrollo económico en 2024″, ha declarado la presidenta de Destatis, Ruth Brand, en una comparecencia ante los medios. “Entre ellos figuran la creciente competencia para la industria exportadora alemana en importantes mercados de venta, los elevados costes de la energía, unos tipos de interés persistentemente altos y unas perspectivas económicas inciertas. En este entorno, la economía alemana volvió a contraerse en 2024″, ha desgranado Brand.

La economía alemana está sometida a presiones desde muchos frentes. China ha perdido impulso como motor de crecimiento en los mercados mundiales. Además, industrias clave como la automovilística y la química están en crisis, al igual que el sector de la construcción de viviendas. Los consumidores están inquietos y el consumo privado no termina de despegar. Al mismo tiempo, los elevados precios de la energía y la burocracia lastran la situación. A lo que se suman unas infraestructuras que necesitan modernizarse con urgencia después de años de austeridad.

El mercado laboral aguanta

Por su parte, de momento el mercado laboral alemán se ha mantenido relativamente bien en los últimos años a pesar de la recesión económica y de que las esperanzas de recuperación económica no se materializaran en 2024. Los economistas esperaban que los elevados aumentos salariales provocaran también un fuerte aumento del consumo privado, algo que al final no ocurrió. Por el contrario, los hogares aumentaron aún más su tasa de ahorro. La incertidumbre sobre el desarrollo económico y, cada vez más, la inseguridad laboral ha llevado a la gente a ser prudente. Las empresas también se muestran reacias a invertir por falta de demanda, pero también por falta de claridad en política económica.

Las perspectivas para este nuevo año no son muy halagüeñas. La mayoría de los economistas esperan un ligero crecimiento en el mejor de los casos para el año en curso siempre y cuando se emprendan las medidas necesarias. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) parte de la base de que la mayor economía de Europa crecerá más lentamente que cualquier otra nación industrializada en 2025. Los expertos esperan un crecimiento económico modesto, de entre el 0,3% y el 0,4% de media. Mientras, el Bundesbank alemán prevé que el PIB se expanda en torno al 0,1%.

La recuperación económica tardará en llegar y una futura gran coalición entre conservadores y socialdemócratas tras las elecciones anticipadas del 23 de febrero, como auguran los sondeos de intención de voto, no tranquiliza a los principales economistas del país. Estos advierten de fuertes desacuerdos entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) en temas como impuestos, inversiones y deuda.

La presidenta del consejo de expertos económicos que asesora al Gobierno alemán —conocido como el consejo de sabios—, Monika Schnitzer, ya alertó a finales de año de la urgencia de emprender reformas. Mientras, el Bundesbank afirmó que de no hacerse cambios, el estancamiento podría prolongarse hasta casi una década, algo sin precedentes en la historia reciente de Alemania.

A todo esto se suma el cambio en la Casa Blanca. El presidente electo de EEUU, Donald Trump, ha amenazado con fijar elevados aranceles sobre las importaciones procedentes de Europa, lo que probablemente golpearía con especial dureza a Alemania como nación exportadora, donde actualmente se exporta el 28% de la producción económica.

En Alemania, 1,2 millones de puestos de trabajo dependen de las exportaciones a Estados Unidos, según un estudio del Instituto Prognos, al que ha tenido acceso el diario Süddeutsche Zeitung. Esto supone más personas que las empleadas en los mayores sectores industriales de Alemania, la ingeniería mecánica y la automoción. Los aranceles de Trump podrían destruir 300.000 puestos de trabajo en Alemania, según los cálculos del Instituto de Macroeconomía publicados por el periódico alemán. Esto supondría muchos más puestos de trabajo de lo que se pensaba.

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