Frenazo de la inflación en agosto: los precios se moderan seis décimas, hasta el 2,2% y acercan el final de la crisis
La moderación de los carburantes y de los alimentos contribuye particularmente a esta bajada. La tasa subyacente reduce una décima hasta el 2,7%
Agosto, el principal mes de las vacaciones de verano, registró un frenazo de la inflación. Los precios se moderaron seis décimas respecto a julio, hasta el 2,2%, según el dato adelantado publicado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es la tasa más baja en un año y mejora las previsiones de los analistas, que esperan niveles cercanos al 3% de aquí al cierre del ejercicio. La inflación subyacente, que excluye los alimentos frescos y los productos energéticos por ser los más volátiles, también se moderó una décima hasta alcanzar el 2,7%. Estos datos sugieren que el país acaricia el fin de la crisis inflacionaria, pues es el segundo mes consecutivo en el que el Índice de Precios al Consumo (IPC) baja seis décimas, más de un punto en total. Desde el Ministerio de Economía señalan además que “reflejan que son eficaces las medidas de política económica del Gobierno, porque permiten compatibilizar una de las mayores tasas de crecimiento de la zona euro con esta progresiva moderación de los precios y la recuperación del poder adquisitivo de los hogares”.
Si se compara la situación actual con la de hace un año, se observan diferencias cualitativas. En aquel entonces, la tasa, situada en el 2,6%, era un anticipo de las subidas por venir para el cierre del año. Las perspectivas no dejaban de deteriorarse por la escalada del petróleo y un efecto base que presionaba hacia arriba. La inflación media entre enero y agosto fue del 3,6% y la subyacente seguía muy elevada, por encima del 6%. A día de hoy, todos estos datos han perdido peso. A pesar de las tensiones geopolíticas entre Israel y Hezbolá, el Brent se mantiene por debajo de los 80 dólares por barril, muy lejos de los 100 dólares alcanzados en plena crisis inflacionaria. Y las previsiones de los expertos en el sector son que incluso baje de esta cuota el año que viene. Conforme los meses avanzan, el efecto base ha sido menor, dejando atrás las grandes variaciones del año pasado, y la subyacente ha caído más de tres puntos desde aquel entonces.
También el mercado gasístico, clave para fijar los precios eléctricos, se ha olvidado de las altas cotizaciones que superaban los 300 euros por megavatio hora en plena invasión rusa e incluso de los 50 euros a los que se encontraba por estas fechas del año pasado. En esta ocasión, a pesar de las turbulencias registradas en las últimas semanas por el temor a que se interrumpa parte del flujo ruso hacia Europa como consecuencia de la incursión ucraniana en Kursk, el gas natural no supera los 40 euros MWh. Además, la rebaja en el IVA de la luz diseñada por el Gobierno permite que los efectos en este terreno sean positivos, a pesar de que se registren repuntes en la electricidad. Al respecto, el Instituto Complutense de Análisis Económico (ICAE) calcula que la luz ha subido un 10,5% en términos interanuales.
En una comparativa intermensual, la disminución de la tasa se apoyó principalmente en el componente energético y en los alimentos. Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, recuerda que los combustibles se han abaratado en torno a un 2% respecto a julio, coincidiendo con una Operación salida en la que Tráfico preveía más de 3 millones de desplazamientos por carretera. A la espera de que el INE publique el dato confirmado en las próximas semanas, el ICAE estima que el gasoil ha caído un 8,6% respecto a agosto de 2023 y la gasolina un 7,1%. Este escenario ha hecho que los traslados fueran mucho más asequibles para los millones de hogares que viajaron en pleno verano.
Por contra, los analistas recuerdan que el sector servicios habrá presionado hacia arriba el índice de precios. El aluvión de turistas que han llenado los hoteles, bares y chiringuitos, han impulsado el consumo y las tarifas del sector turístico a niveles máximos. Hasta julio, los paquetes turísticos nacionales habían repuntado casi un 40%, los vuelos nacionales un 24% y los hoteles, hostales, pensiones y servicios de alojamiento similares un 26%.
¿Adiós a la crisis?
A pesar del evidente frenazo de los últimos dos meses, los analistas son cautelosos al afirmar que se trata del fin de la crisis inflacionaria. Talavera considera probable que la tasa repunte un poco en los próximos meses, especialmente si el IVA de la electricidad vuelve al 21%. “Para la mayoría de la gente, la bajada de la inflación no les supone mucho alivio porque los precios siguen permanentemente más altos, de ahí gran parte del descontento generalizado”, lamenta. No obstante, reconoce que serán tasas “mucho más normales”, de ahí que “todo dependa de cómo queramos definir ‘crisis”.
Manuel Hidalgo, economista y profesor de la Universidad Pablo de Olavide, precisa que el dato de agosto ha estado condicionado por el combustible, por lo que la bajada de seis décimas ha sido un hecho puntual que posiblemente no se repita. “A primeros de mes tuvimos una tormenta financiera: Estados Unidos registró unos datos de empleo muy malos y el petróleo bajó mucho. Y aunque después ha rebotado, quedó por debajo de lo esperado. Se trata, en suma, de un acontecimiento excepcional que no descarta variaciones significativas a medio plazo”. En cualquier caso, el analista afirma que la dinámica seguirá siendo la disminución del IPC y descarta tensiones excesivas, como “algunos afirmaban que podía suceder a raíz de la subida de salarios”.
La persistente escalada de precios en los servicios también estaría condicionando que el año cierre con una corrección por encima de lo deseado por el Banco Central Europeo. “La evidencia muestra una resiliencia de los precios en el sector, como consecuencia de la fuerte demanda asociada al turismo y otros ámbitos en los que hay una falta de competencia”, precisa Raymond Torres, director de Coyuntura Económica en Funcas. Este factor, insiste, es el último obstáculo para que la inflación baje hasta el 2%. No obstante, es más optimista en cuanto a la evolución de precios en los alimentos, donde sí cree que ha concluido el ciclo inflacionario.
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