Trabajo se abre a flexibilizar la entrada en vigor de la reducción de jornada en función del sector

Los sindicatos anuncian movilizaciones si en la próxima reunión no hay avances. Cada vez parece más lejana la posibilidad de que se apliquen las prometidas 38 horas y media este año

El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, durante la rueda de prensa posterior a la reunión que representantes del Ministerio de Trabajo, sindicatos y patronal han llevado a cabo este miércoles para avanzar en la negociación de la reducción de la jornada.Rodrigo Jimenez (EFE)

El Ministerio de Trabajo ha culminado este miércoles el giro en su postura en la negociación para reducir la jornada laboral. De tachar de “burla al diálogo social” el rechazo patronal a la contracción y apremiar al pacto antes de las vacaciones de agosto, se ha pasado a que la reunión de este miércoles se valore como “muy constructiva” y que el ministerio, sin...

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El Ministerio de Trabajo ha culminado este miércoles el giro en su postura en la negociación para reducir la jornada laboral. De tachar de “burla al diálogo social” el rechazo patronal a la contracción y apremiar al pacto antes de las vacaciones de agosto, se ha pasado a que la reunión de este miércoles se valore como “muy constructiva” y que el ministerio, sin que los periodistas le preguntasen, confirmase que se abre a una “incorporación paulatina de las 37 horas y media, unos plazos flexibles para incorporar esta medida legal”, según ha dicho el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey. El número dos de Trabajo ha comentado que sigue en busca de una posición “que permita alcanzar un acuerdo teniendo en cuenta las consideraciones de algunos sectores productivos” y ha insistido en la posibilidad de jugar con la distribución irregular de la jornada en actividades como la hostelería o agricultura.

“No tenemos que incorporarlo de manera abrupta, podemos ir poco a poco ir bajando hasta las 37 horas y media con la colaboración de la negociación colectiva”, ha dicho Pérez Rey, que ha enmarcado esa flexibilidad a lo largo de 2025. Eso sí, a las preguntas al respecto no ha terminado de ser claro, sin llegar a precisar si descarta o no que el camino empezase más allá: “En todo un año hay mecanismos de flexibilidad utilizables para adaptar la jornada sin prisas y que no genere ninguna disrupción productiva”. Con ese planteamiento parece cada vez más difícil que se llegue a aplicar la rebaja de 40 a 38,5 horas prometida por PSOE y Sumar para este mismo año, justo el motivo por el que el Gobierno apremiaba a cerrar la negociación antes de agosto.

A la pregunta directa respecto a esta primera fase de la reducción, el secretario de Estado ha indicado que la tramitación puede contar con “mecanismos que aceleren el proceso dentro del Gobierno y de las cámaras legislativas para cumplir con los plazos”, pero a la vez ha reconocido que prefiere “un acuerdo en el contexto de confianza recíproca” a “acelerar unas semanas el cierre del proyecto”. En esa misma línea, ha repetido varias veces que la reducción de jornada “es una medida para próximo medio siglo, para las futuras décadas”, lo que consolida su empeño por lograr un pacto aunque sea tarde.

“Mi convicción es que no hay ninguna objeción de calado, ninguna objeción severa que impida que podamos reducir la jornada a 37 horas y media, que justifique que este ministerio, CC OO, UGT, CEOE y Cepyme se sumen a un acuerdo”, ha añadido el secretario de Estado. Ha insistido en que su departamento no aceptará “una reducción fake” de jornada mediante un destope de las horas extra (hoy en un máximo de 80 horas anuales), como reclamaba la patronal. Sin embargo, en el último documento que el ministerio puso en la mesa sí trasladó un propuesta bien recibida por los empresarios, que amplía la capacidad de las empresas para redistribuir la jornada a lo largo del año que viene.

Según establece el Estatuto de los Trabajadores con su redacción actual, los empleadores pueden distribuir parte de la jornada de manera irregular a lo largo del año. Si el convenio no establece un porcentaje al respecto, la ley fija un 10% del tiempo de trabajo. Lo que ofrece el ministerio es que esas horas ahora en vigor en cada empresa apliquen hasta el último día de 2025 “sobre la jornada anual que tuvieran en el momento de la entrada en vigor de esta norma”. Es decir, que aunque en 2025 la jornada sea inferior, el tiempo que se pueda distribuir de forma irregular sea similar al que ahora esté en aplicación.

Asimismo, Pérez Rey ha incidido en la importancia de que el pacto para reducir la jornada mejore el registro horario (el borrador ya contempla varias medidas en esa línea, como el endurecimiento de las sanciones y que obligatoriamente sea digital) y que asegure la desconexión digital: “De nada serviría reducir la jornada si luego te puede llamar tu jefe a las 12 de la noche o mandarte un correo electrónico a las 5 de la mañana”.

Los sindicatos anuncian movilizaciones

La manta con la que se tapa Trabajo en la reducción de jornada no es tan larga como para cubrir a la vez la cabeza y los pies, de momento. Los sindicatos venían mostrando sintonía con el ministerio: valoraron positivamente tanto el primer como el segundo texto que Trabajo puso en la mesa. Este lunes no han rechazado la postura del departamento que dirige Yolanda Díaz, pero han cambiado el tono.

“El Gobierno no nos ha concretado muchos temas en los que debemos ser muy claros. Que tengamos nuevas reuniones es una buena noticia, pero no es menos cierto que estamos en un bucle”, ha advertido la negociadora de CC OO, Mari Cruz Vicente, que ante este panorama ha anunciado: “Si el lunes 29 de julio [próxima reunión] no hay un avance importante en el proceso de negociación, nosotros seguiremos en la mesa, pero también nos movilizaremos en la calle para que esta medida tenga efectividad”.

Fernando Luján, el representante de UGT, ha indicado que su sindicato también protestará si el diálogo no evoluciona. “El movimiento se demuestra andando. Podemos ser flexibles con transitoriedades, pero no estamos dispuestos a aplazar medidas. No se trata de suspender medidas, de llevar al año 2027 o 2026 algo que tiene que empezar a andar”, ha indicado. Luján ha precisado que pueden ser “flexibles” en la adaptación de los convenios, pero que no permitirán que se estanque la aplicación del cambio.

La patronal no ha comparecido tras la reunión, como de costumbre.

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