Michael C. Jensen, un visionario de las finanzas y las organizaciones
Además de la investigación en sí misma, Jensen fue también visionario de la necesidad de diseminar y hacer llegar el conocimiento específico a los académicos y prácticos
El pasado 2 de abril falleció Mike Jensen (Rochester, Minnesota, 1939), uno de los economistas más influyentes, conocidos y citados de los últimos cincuenta años. Se formó en la Universidad de Chicago donde obtuvo un MBA en Finanzas y un Doctorado en Economía, Finanzas y Contabilidad bajo la dirección de Merton Miller.
Ocupo su primer puesto docente en la Simon Business School (Universidad de Rochester, NY) donde estuvo durante diecisiete años, creó un grupo de investigación sobresaliente y...
El pasado 2 de abril falleció Mike Jensen (Rochester, Minnesota, 1939), uno de los economistas más influyentes, conocidos y citados de los últimos cincuenta años. Se formó en la Universidad de Chicago donde obtuvo un MBA en Finanzas y un Doctorado en Economía, Finanzas y Contabilidad bajo la dirección de Merton Miller.
Ocupo su primer puesto docente en la Simon Business School (Universidad de Rochester, NY) donde estuvo durante diecisiete años, creó un grupo de investigación sobresaliente y coincidió con el que llegó a ser su coautor más conocido y amigo, William Meckling, por aquel entonces decano.
En 1984, dejó Rochester y se incorporó a la Harvard Business School donde ocupó la cátedra Jesse Isidor Straus de Administración de Empresas y fundó la Unidad de Negociación, Organizaciones y Mercados de la que surgió el influyente curso Coordinación, Control y Gestión de las Organizaciones (CCMO).
La trayectoria investigadora de Jensen es ciertamente singular pues comienza trabajando en el área de valoración y mercados de capitales con resultados de investigación universalmente conocidos, como el modelo de mercado, el Alpha de Jensen o la metodología de estudio- evento. Unos años más tarde, Jensen emprende el tránsito del mercado hacia las organizaciones y da un giro radical a su investigación al introducirse dentro de la empresa, esa caja negra al albur de los mercados, y explicar su funcionamiento a partir del comportamiento de los diversos partícipes (stakeholders) que en ella se relacionan.
Su investigación con Meckling, publicada en el Journal of Financial Economics en 1976, es considerada uno de los trabajos nucleares en la teoría de la empresa y, particularmente, en la teoría de la agencia. El propio Jensen recordaba en una entrevista hace unos años que ese trabajo tiene su origen en una invitación que su colega Karl Brunner les cursó para participar en una conferencia en Interlaken (Suiza), cuyo objetivo era tender puentes entre los economistas europeos y americanos. Jensen y Meckling prepararon un trabajo provocador, al estilo del de Milton Friedman sobre el objetivo de la empresa, para estimular la discusión… y lo consiguieron.
En opinión del propio autor, ese fue el pistoletazo de salida en la larga carrera por comprender el funcionamiento de las organizaciones a partir de los conflictos de intereses y los lazos de cooperación que se tejen en su interior y que, como una red, vinculan a los individuos, las empresas y los mercados sin ser posible determinar con precisión los límites de unos u otros.
Este enfoque conceptual, esta manera de acercarse a las organizaciones, impulsó la investigación en el análisis de los incentivos en la empresa, la actividad del mercado de control corporativo, el modelo de comportamiento humano en las organizaciones, o más en general en el ancho campo del gobierno corporativo.
Y se plasmó en colaboraciones, hoy seminales, con otros profesores como Eugene Fama sobre la teoría de la empresa y los consejos de administración, George Baker y Kevin J. Murphy sobre sistemas retributivos, Richard Ruback sobre la actividad del mercado de control corporativo, Clifford W. Smith sobre decisiones financieras, y Karen H. Wruck sobre conocimiento, entre otros. Con el paso de los años y viendo el influjo que ha tenido esta literatura, podemos decir hoy que la teoría de la Agencia, en buena parte por el trabajo de Jensen, ha sido un auténtico big bang metodológico en las finanzas corporativas y la teoría de la organización.
En 1993, en su discurso presidencial a la Asociación Americana de Finanzas, Jensen realiza un ejercicio de autocrítica de la profesión financiera, muy divida entre los mercados de capitales y las finanzas empresariales, demandando unas finanzas que no solo se preocupen de valorar flujos de tesorería dados, sino que avancen en el estudio de cómo incrementar esos flujos. Un esfuerzo que exige una visión más amplia de la empresa y las finanzas. El propio Jensen daba su visión particular al respecto al insistir en tres elementos: finanzas en sentido estricto, es decir, la definición y estructura de los derechos financieros sobre el cash flow; gobierno, la estructura de control al más alto nivel; y organización, las reglas internas del nexo de contratos (control, incentivos y asignación de derechos de decisión).
Además de la investigación en sí misma, Jensen fue también visionario de la necesidad de diseminar y hacer llegar el conocimiento específico a los académicos y prácticos. Este es el sentido de la Social Science Research Network (SSRN), fundada en 1994 por él y W. Marr, y cuyo enorme éxito y buena acogida difícilmente podían haberse anticipado. Pero esto no es un resultado aislado de la concepción que Jensen tiene de la investigación.
Con carácter pionero también animó a abrir en 1989 una sección absolutamente novedosa en la Journal of Financial Economics, de la que es Editor Fundador, dedicada a trabajos “clínicos”, es decir, a trabajos aplicados y/o estudios basados en la metodología del caso, en la convicción de que esta clase de trabajos proporcionan nueva y diferente evidencia especialmente útil para ilustrar o desafiar la teoría convencional y alcanzar así nuevas conclusiones sobre el mundo financiero y empresarial.
En los últimos años, Jensen, como Profesor Emérito de Harvard mantuvo una actividad intensa como conferenciante, investigador e impulsor de nuevas percepciones sobre el individuo y su comportamiento en la empresa, ahora bajo el atractivo concepto de integridad.
En fin, se podrían enarbolar muchos otros méritos de Jensen (premios, doctorados honoris causa, reconocimientos, etc.) pero me quedo con su capacidad, casi innata, de analizar los problemas de las organizaciones y abrir rutas de investigación que acaban siendo muy transitadas. Al igual que Ross decía de Modigliani y Miller y su trabajo sobre estructura de capital, muchos investigadores hemos visto los problemas de las organizaciones a través de los ojos de Jensen.
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