Larry Fink y las pensiones
El presidente de BlackRock pide a los trabajadores ahorrar para su jubilación ante el desafío de los sistemas públicos. Los fondos privados, sin embargo, también tienen grandes retos
El todopoderoso Larry Fink ha lanzado unas inquietantes advertencias sobre el futuro de las pensiones públicas por el aumento de la esperanza de vida. Fink es el presidente y consejero delegado de BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo, que gestiona un patrimonio de más 9,2 billones de euros, (seis veces lo que pr...
El todopoderoso Larry Fink ha lanzado unas inquietantes advertencias sobre el futuro de las pensiones públicas por el aumento de la esperanza de vida. Fink es el presidente y consejero delegado de BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo, que gestiona un patrimonio de más 9,2 billones de euros, (seis veces lo que produce España en un año). Más de la mitad de este dinero corresponde a planes de ahorro y pensiones individuales e institucionales. El financiero considera que, debido al envejecimiento de la población, los sistemas públicos de pensiones tienen cada vez más dificultades para garantizar las prestaciones, por lo que exhorta a los trabajadores a ahorrar para su jubilación. En su carta a los accionistas muestra una confianza absoluta en los mercados de capitales y el “poder del capitalismo” para solventar los desafíos de las infraestructuras, la deuda o las pensiones.
Fink, que tiene a su disposición un ejército de economistas y matemáticos, tiene mucha razón cuando plantea el desafío que implica el envejecimiento para mantener las pensiones públicas. Sin embargo, vivir más años es también el principal reto para las pensiones o sistemas de ahorro privados. Los fondos exigen cada vez mayores aportaciones mensuales para garantizar unas prestaciones mínimas. Las cuotas exigidas son cada vez más prohibitivas para la mayoría de la población.
En España las dificultades para ahorrar en un plan de pensiones privado son clamorosas. La última Encuesta de Condiciones de Vida, del INE, indica que el 37,1% de los hogares no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos y un 9,3% experimentó complicaciones para llegar a final de mes en 2023.
Las dificultades para ahorrar para la vejez han sido certificadas igualmente por el Banco de España. El estudio El sistema público de pensiones y los principales retos del envejecimiento poblacional, de Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística, indica que entre 2020 y 2022 “el conjunto de aportaciones a sistemas de pensiones privados habría caído un 48,5%”.
El aumento de la esperanza de vida es, no obstante, consecuencia del éxito del sistema de protección social, por la mejora de la sanidad, educación y de las propias pensiones públicas. “El envejecimiento es una buena noticia”, como señalan los economistas Olivier Blanchard y Jean Tirole en Les grands défis économiques.
En este país, las pensiones públicas, que son el principal factor de cohesión y estabilidad social, no han cesado de aumentar. La pensión media de la Seguridad Social del pasado marzo ascendió a 1.251,5 euros al mes, un 27% más que en 2019. Y ha mejorado la sostenibilidad. El gasto en pensiones representa actualmente el 11,5% del producto interior bruto, (lo que produce la economía en un año), mientras que en 2020 significaba el 12,5%, según la Seguridad Social. El sistema paga hoy 10,1 millones de pensiones, 1,8 millones más que en 2008. Unos resultados que no han sido mérito de los mercados, sino del mayor empleo y de los acuerdos políticos, más necesarios que nunca.
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