Iberdrola renuncia a comprar la estadounidense PNM Resources

La eléctrica anunció en 2020 la adquisición de la compañía de Nuevo México por 7.500 millones de euros, pero el regulador se opuso

La sede de Iberdrola en Madrid, en una imagen de archivo.Andres Kudacki (AP)

Cambio de planes, e importante, de Iberdrola en Estados Unidos. El gigante español, convertido desde hace meses en la mayor eléctrica europea por valor en Bolsa, ha comunicado a primera hora de la mañana de este martes que deja caer la operación de compra de la estadounidense PNM Resources a través de su filial Avangrid. El país norteamericano es uno de los mayores mercados para la energética que preside Ignacio Sánchez Galán y fundamental en su estrategia de crecimiento.

“Avangrid, sociedad participada en un 81,5% por Iberdrola anuncia con esta fecha su decisión de resolver el contrato...

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Cambio de planes, e importante, de Iberdrola en Estados Unidos. El gigante español, convertido desde hace meses en la mayor eléctrica europea por valor en Bolsa, ha comunicado a primera hora de la mañana de este martes que deja caer la operación de compra de la estadounidense PNM Resources a través de su filial Avangrid. El país norteamericano es uno de los mayores mercados para la energética que preside Ignacio Sánchez Galán y fundamental en su estrategia de crecimiento.

“Avangrid, sociedad participada en un 81,5% por Iberdrola anuncia con esta fecha su decisión de resolver el contrato de fusión suscrito con PNM Resources el 20 de octubre de 2020, al no haberse cumplido en el plazo contemplado al efecto las condiciones previstas (…) para el cierre de la operación”, se lee en un comunicado remitido por Iberdrola a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) española en el segundo día del año y primero de verdadera actividad en los mercados.

A preguntas de este diario, un portavoz de la empresa emplaza al próximo día del inversor, previsto para el 21 de marzo, donde se ofrecerán “más detalles” sobre los planes de futuro de Iberdrola en EE UU, “un país estratégico para nosotros”. La acogida bursátil no ha sido ni mucho menos mala: las acciones de la eléctrica han cerrado la sesión de este martes con ligeras ganancias.

La mayor estocada para la transacción llegó hace algo más de un par de años, en diciembre de 2021, cuando el regulador de Nuevo México rechazó la compra aludiendo indirectamente al caso Villarejo: “No es el socio adecuado en este momento crítico de nuestra transición energética”, opinaban entonces los cinco miembros del organismo, que se opusieron por unanimidad.

Aunque la operación —una fusión por absorción valorada en su día 8.300 millones de dólares (7.520 millones de euros al cambio actual), deuda incluida—, acumulaba importantes retrasos tras este revés, los directivos de la española —comandados por el propio Sánchez Galán— habían reiterado en las últimas juntas de accionistas y encuentros con inversores su confianza en que llegaría a buen término. Hasta este martes, cuando la compra de PNM queda finalmente en agua de borrajas.

En la penúltima junta general de accionistas, celebrada en Bilbao en junio de 2022, el presidente ejecutivo de Iberdrola se mostró “seguro” de que el caso Villarejo —que había llevado a la imputación de varios directivos de la energética— no haría descarrilar la operación. “Tenemos todos los permisos federales y estatales menos uno. Estoy seguro de que el resultado del recurso [presentado para tratar de revertir la decisión inicial] será positivo”, apuntaba entonces.

Cinco meses después, en la actualización de su plan estratégico, Iberdrola incluía la compra de PNM, que en aquel momento valoraba en 11.000 millones de euros y que aspiraba a cerrar a lo largo de 2023: “Nos sentimos bastante cómodos y estoy convencido de que el acuerdo se va a llevar a término”, afirmaba Sánchez Galán ante decenas de analistas congregados en Londres.

Cuando anunció la operación, en el otoño de 2020 —con el mundo aún pugnando por dejar atrás lo más crudo de la pandemia y las empresas más preocupadas por lo inmediato que por el futuro—, Iberdrola enfatizaba que la combinación de Avangrid y PNM —que entonces tenía 4,1 millones de puntos de suministro, una base de activos regulados de 14.400 millones de dólares, más de 168.000 kilómetros de redes de distribución y transporte y aproximadamente 10,9 gigavatios de capacidad instalada— aceleraría el crecimiento de la eléctrica española en EE UU, su cuarto mercado tras España, el Reino Unido y Brasil.

La integración de PNM, decía entonces, iba a dar origen a una de las mayores compañías del sector en el coloso norteamericano, con 10 eléctricas reguladas en Nueva York, Connecticut, Maine, Massachusetts, Nuevo México y Texas, así como al tercer operador de renovables de Estados Unidos con presencia en 24 Estados.

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