Nadia Calviño presidirá el Banco Europeo de Inversiones
La vicepresidenta española es elegida para dirigir el principal banco público de la UE
La última apuesta arriesgada de Pedro Sánchez también le ha salido bien. Mantuvo como vicepresidenta primera del Gobierno a Nadia Calviño para que su candidatura a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) no perdiera fuerza, sabiendo que, si daba resultado en poco tiempo, se precipitaría una crisis de Gobierno. La también ministra de Economía ha sido elegida por sus pares de l...
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La última apuesta arriesgada de Pedro Sánchez también le ha salido bien. Mantuvo como vicepresidenta primera del Gobierno a Nadia Calviño para que su candidatura a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) no perdiera fuerza, sabiendo que, si daba resultado en poco tiempo, se precipitaría una crisis de Gobierno. La también ministra de Economía ha sido elegida por sus pares de la UE este viernes en una carrera que se ha prolongado durante más meses de lo previsto, así que en un futuro no lejano Sánchez va a tener hacer ese cambio. Aunque la sustitución no será traumática, la elección de Calviño, aupada por los dos países grandes de la UE (Francia y Alemania), supone un reconocimiento a una persona de larga y reconocida trayectoria en la capital comunitaria, y, también, un éxito del Gobierno cuando le llueven acusaciones en España y Bruselas de quiebra el Estado de derecho por la ley de amnistía.
El nombramiento de Calviño será oficial el miércoles de la semana que viene, cuando está previsto que se reúna la junta de gobernadores del BEI para formalizar su apoyo. Ese órgano está compuesto, en realidad, por los mismos ministros de Finanzas que este viernes le han dado ya su respaldo, aunque en calidad de representantes de los accionistas de la entidad, o sea, los Estados miembros. Cuando tome posesión, en principio el 1 de enero de 2024, sustituyendo al alemán Werner Hoyer, la todavía vicepresidenta primera española se convertirá en la primera mujer que ocupe este cargo en el principal banco público de la UE, que se creó en 1958.
Esta victoria supone para Calviño resarcirse de sus dos intentos frustrados en arenas comunitarias: en 2019, cuando trató de ser la candidata europea para ser directora gerente del FMI, y en 2020, año en que no logró ser nombrada presidenta del Eurogrupo, contra todo pronóstico, porque, como ahora, era la gran favorita. “Es una muy buena noticia”, ha declarado ella cuando se ha anunciado el resultado, “confirma el aprecio, respeto y liderazgo de España en el ámbito europeo e internacional”.
“Estamos convencidos de que Nadia Calviño tiene todas las cualidades necesarias para dirigir el mayor banco multilateral del mundo, canalizando la financiación necesaria a las empresas, y apoyando la inversión para impulsar la competitividad en Europa y el desarrollo sostenible”, ha declarado el ministro de Finanzas belga, Vincent Van Peteghem, cuando ha anunciado el resultado. A él le correspondía coordinar el proceso de elección al tocarle en turno presidir la junta de gobernadores de la entidad durante estos meses.
Su designación para el BEI conlleva la salida del Gobierno, dejando un hueco importante por llenar, tanto por las responsabilidades que ocupa como por su peso específico. La ministra llegó hace cinco años al primer Ejecutivo de Pedro Sánchez como una alta funcionaria europea de perfil tecnócrata. En este tiempo, ha ido ganando peso político sin perder su carácter técnico, convirtiéndose en uno de los grandes pilares del Gobierno, siendo una vez tras otra una de las ministras mejor valoradas junto a la titular de Defensa, Margarita Robles, y la que ha sido su gran rival, la también vicepresidenta Yolanda Díaz.
Junto a la española, había otros cuatro candidatos: la vicepresidenta de la Comisión Europea, la danesa Margrethe Vestager, el exministro italiano de Finanzas, Daniele Franco, y los ahora vicepresidentes del BEI, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Östros. No obstante, desde el primer momento solo la liberal danesa fue señalada como la gran rival de Calviño. Vestager es, sin duda, tan conocida en las instituciones europeas como la ministra española. Ha sido máxima responsable desde 2014 de la poderosa cartera de Competencia y, además, en los últimos cuatro años era vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea.
La candidatura de Calviño ganó muchos enteros tras quedar claro que Pedro Sánchez había armado una mayoría para conservar el Gobierno. A los pocos días, el canciller alemán Olaf Scholz comprometió su respaldo. Alemania es, junto a Francia e Italia, el país con mayor porcentaje del capital: los tres tienen el 18,8%. Los siguientes accionistas por número de títulos son España (11%) y después Países Bajos y Bélgica, ambos con el 5,2%.
Ya el último día de noviembre, Bélgica, el país que tenía toda la información por ser coordinador del proceso, la ungió como clara favorita al enviar una carta explicándole al resto de países que veían que Calviño era la candidata con más apoyos. Y eso es lo que se ha confirmado este viernes, que contaba con más apoyos que su principal rival, la danesa Vestager. Esta última, al poco de saberse que los titulares de Finanzas se inclinaban informalmente por la española, ha anunciado en X, antes Twitter, que retiraba su candidatura y que volvía a su puesto en la Comisión Europea como máxima responsable de la política de Competencia.
La última parte del anuncio de Vestager se dirige más al público danés que a las propias instituciones europeas, pues esto se daba por descontado si el resultado era el que ha sido. Durante el tiempo que ha aspirado a la presidencia del BEI, ha tenido que dar un paso atrás en sus tareas como comisaria a petición de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y eso le ha granjeado críticas en su país por dejarlo sin representación en el Ejecutivo comunitario.
Elevar el perfil
Al frente del BEI, la nueva presidenta, que tendrá un salario de algo más 375.000 euros al año, y la tarea de elevar todavía más el perfil de una entidad a la que las instituciones comunitarias quieren convertir en el brazo financiador de inversiones en transición climática. De hecho, la previsión es que hasta 2027 pueda dar 115.000 millones en préstamos para invertir en energía renovable, eficiencia energética, puntos de recarga de vehículos eléctricos o tecnologías innovadoras para reducir las emisiones de CO2.
También el difícil escenario geoestratégico depara para el BEI un papel importante, especialmente en Ucrania. Desde que comenzó la guerra, la entidad con sede en Luxemburgo ha concedido solo 668 millones, pero pocos dudan de que en el momento en que se callen las armas y empiece la reconstrucción del país, el banco tendrá mucho protagonismo. De hecho, uno de los últimos viajes de Hoyer ha sido, precisamente, a Kiev, donde ha reabierto una oficina del banco.
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