La OCDE señala que el cumplimiento de los objetivos climáticos desplazará el empleo hacia los servicios

El sector manufacturero y el campo serán los más afectados por la transición

Empleados de Volkswagen en su planta de Zwickau, en Alemania.Jan Woitas (dpa/picture alliance via Getty Images)

De aquí a 2030, la Unión Europea busca reducir en al menos un 55% sus emisiones respecto de los niveles de 1990. Es el objetivo del plan comunitario Fit for 55, que conllevará una transformación de la economía y, con ella, del mercado laboral. Para el final de esta década, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los cambios del modelo productivo, que llevarán el mercado de trabajo hacia los servicios, reducirán en un 3% —comparado con...

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De aquí a 2030, la Unión Europea busca reducir en al menos un 55% sus emisiones respecto de los niveles de 1990. Es el objetivo del plan comunitario Fit for 55, que conllevará una transformación de la economía y, con ella, del mercado laboral. Para el final de esta década, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los cambios del modelo productivo, que llevarán el mercado de trabajo hacia los servicios, reducirán en un 3% —comparado con 2019— el empleo en manufacturas y en el sector agrario, mientras que aumentará los puestos de trabajo entre un 4% y un 5% en el resto de actividades.

De cumplirse los objetivos climáticos del Fit for 55, los sectores que están sujetos al pago de derechos de emisión (ETS) —que son los más intensivos en emisiones— sufrirán fuertes reducciones de su producción, defienden desde la OCDE en su informe anual sobre habilidades laborales, presentado este lunes. La disminución de su actividad tendrá repercusión directa en el empleo de estos sectores, que se notará especialmente en los trabajadores que acaparan uno de cada cuatro puestos: los manufactureros y los empleados del campo. Con todo, los sectores más afectados, aunque intensivos en cuanto a emisiones, representan menos del 6% del empleo en la Unión.

Los cambios en el trabajo, señala el informe, resultan de la “relocalización del empleo entre sectores”. La economía, defienden, se dirigirá —aún más— hacia los servicios, además de hacia los sectores directamente involucrados en la transición energética (como las renovables), en detrimento de la industria. Con todo, desde la OCDE señalan que el resto de sectores aumentará su empleo y compensará la destrucción de puestos en las industrias más afectadas por la transición ecológica.

El cambio del modelo productivo se traducirá en nuevas necesidades del mercado laboral. Stefano Scarpetta, director de Empleo en la OCDE, ha señalado en la presentación del informe que la transición no debe llevar a la vulnerabilidad de los trabajadores de sectores más contaminantes, que deberán ser gradualmente realojados. De aquí a 2030, la necesidad de habilidades en “expresión oral”, marketing, informática, idiomas, economía y contabilidad, atención al cliente, administración y gestión o recursos humanos serán las más demandadas. La mayoría de estas cualificaciones son esenciales en los sectores de “servicios a las empresas” y “servicios públicos”, que emplean a muchos trabajadores en las economías de la UE, señala el informe.

El documento publicado por la OCDE se centra, además de en el reto del cambio climático, en el efecto de la temida inteligencia artificial en el mercado laboral. Aunque los expertos aún no han percibido un aumento relevante de demanda por habilidades directamente relacionadas con el desarrollo de la inteligencia artificial, Scarpetta ha señalado la oportunidad que esta puede suponer para ayudar a los trabajadores a desarrollar sus habilidades. Como ejemplo, ha apuntado a las posibilidades que supone para un trabajador que no sabe código, pero que a través de una inteligencia artificial puede programar.

La falta de mano de obra cualificada es un problema transversal a las grandes economías europeas, especialmente en el sector de la construcción. Los ejecutivos, con sus diferencias, están abordando esta cuestión a través de la inmigración: mientras en España se han rebajado los requisitos de formación para regularizar a extranjeros —y se busca autorizar la contratación de perfiles técnicos de la construcción fuera del país—, en Francia se debate este lunes un proyecto de ley de inmigración que facilitará la entrada de profesionales de sectores tensionados.

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