Las farmacéuticas que hicieron caja por la covid se desinflan tras la pandemia

Pfizer, Moderna, Astrazeneca, BioNtech o Johnson & Johnson reducen sus ventas o cotizaciones y dan por terminado el rally de ganancias de las vacunas

Una empleada de BioNtech, en uno de sus laboratorios.Michael Probst (AP)

Con el estallido de la pandemia, las grandes compañías farmacéuticas se lanzaron —con el impulso de los Estados—, a una carrera contrarreloj por conseguir una vacuna viable contra la enfermedad. Aquellas que consiguieron este hito, o que desarrollaron medicamentos eficaces contra el virus, no solo vieron cómo sus ventas alcanzaron niveles nunca vistos en 2021 y 2022, sino también cómo sus valoraciones en Bolsa se dispararon. Ahora, más de tres años después...

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Con el estallido de la pandemia, las grandes compañías farmacéuticas se lanzaron —con el impulso de los Estados—, a una carrera contrarreloj por conseguir una vacuna viable contra la enfermedad. Aquellas que consiguieron este hito, o que desarrollaron medicamentos eficaces contra el virus, no solo vieron cómo sus ventas alcanzaron niveles nunca vistos en 2021 y 2022, sino también cómo sus valoraciones en Bolsa se dispararon. Ahora, más de tres años después del comienzo de una de las alertas sanitarias más graves que se recuerdan, la euforia bursátil y de facturación ha acabado para estas empresas: farmacéuticas como Pfizer, Moderna o BioNTech han caído más de un 25% en Bolsa en el último año, y sus ventas se reducen en dobles dígitos, lastradas por las pobres o inexistentes ventas de vacunas.

La normalización de la covid ha dejado una imagen muy diferente a la que mostraban las cuentas de estas compañías durante la pandemia: a finales de 2021, y con la variante ómicron apretando, las farmacéuticas cerraron un año de oro, con más 65.000 millones en ventas. Pfizer, una de las más grandes del mundo, rozó su récord de 22.000 millones aquel año, y lo pulverizó en 2022 gracias a su vacuna y su medicamento contra la covid: ganó 31.372 millones de dólares, un 43% más. BioNTech, la alemana que desarrolló en primer lugar la vacuna comercializada por Pfizer, pasó de tener un beneficio de 15,2 millones de euros en 2020 a 3.166,2 millones en 2021. Esto es, multiplicó sus beneficios por más de 200, impulsada por los derechos que le pagaba la multinacional estadounidense.

Y la lista sigue: Moderna ganó 17.675 millones de dólares en 2021, tras haberse anotado unas ganancias de apenas 200 el año anterior. Johnson & Johnson impulsó sus beneficios un 172% aquel año, hasta los 4.736 millones. El caso de AstraZeneca, sin embargo, fue particular: la farmacéutica británica aumentó más de un 40% sus ventas —en 2021 vendió 3.917 millones de dólares en vacunas—, pero su beneficio se desplomó más de un 95%. El laboratorio no comercializaba las vacunas con ánimo de lucro mientras durase la pandemia, defendían, y su resultado final se vio afectado por la adquisición de otra compañía.

Cotización

El aumento generalizado de ventas y beneficios vino de la mano, como suele ser habitual, de un sonoro avance bursátil. Un breve vistazo a las gráficas de rendimientos en Bolsa de las farmacéuticas revela cómo se tomaron los inversores que lograran desarrollar vacunas viables: Pfizer, por ejemplo, se revalorizó un 60% en 2021, y llegó a alcanzar un pico de unos 60 dólares la acción, lejos de los 35 que ronda ahora. Otro caso: en agosto de 2021, la acción de Moderna rozó el techo de los 500 dólares, casi cuatro veces más que su cotización actual.

Este rally comercial y bursátil fue excepcional por la magnitud de la pandemia y de la respuesta a ella, pero no es una sorpresa para aquellos que conocen el funcionamiento del sector: gana el que consigue desarrollar un producto clave. “La innovación es intrínseca al sector, es parte de su ADN”, señala Ana Gómez, analista del banco de inversión Renta 4. De la mano de la innovación, apunta Gómez, vienen el flujo de caja y las oportunidades de expandirse. Y, de paso, los avances en Bolsa.

20-01-2022 Una mujer recibe la tercera dosis de la vacuna contra el Covid-19, en el WiZink Center, en enero de 2022, en Madrid. Alberto Ortega - Europa Press (Europa Press)

Sin embargo, el furor parece haber terminado: en los últimos días, las grandes farmacéuticas han ido publicando sus resultados de la primera mitad del año, donde reflejan que los productos relacionados con la covid no son ya el motor de su negocio. Más bien al revés: Pfizer —que fue la primera en obtener la autorización para vender la vacuna— redujo sus ingresos más de un 40% en los primeros seis meses del año, comparado con el mismo periodo del anterior. Moderna perdió 1.300 millones de dólares, tras haberse anotado unos beneficios de más de 5.000 millones en los primeros seis meses de 2022. BioNTech pasó de ganar 3.698,8 millones de euros solo en el primer trimestre de 2022, a anotarse unas ganancias de algo más de 500 millones en los tres primeros meses de 2023.

“No supone ninguna sorpresa”, comenta por teléfono Pedro Echeguren, analista de inversión en Bankinter: “A finales de año ya se comenzó a ver una ralentización”. Los mercados ya daban por descontado caídas de las ventas en las grandes farmacéuticas, tras años excepcionalmente buenos, y compañías como Pfizer o AstraZeneca afrontan ahora un año de transición, señala el analista. Además, acabada una etapa excepcional, las valoraciones las empresas comienzan a ser más realistas: “Diría que este menor negocio de covid nos está permitiendo volver a valorar estas compañías por sus fundamentales intrínsecos y evitar las fuertes distorsiones que ha causado la pandemia”, apunta Gómez.

La pena, como la alegría, también va por barrios: en primer lugar, porque el zarpazo a las cuentas no ha sido igual para todos. AstraZeneca, por ejemplo, logró aumentar sus ingresos un 6% en la primera mitad de este año, a pesar de un descenso de más de 2.100 millones de dólares en ventas de productos covid. Eso sí, sin contar con estos, habría facturado un 16% más. Johnson & Johnson, por su lado, aprovechó que es una empresa muy diversificada para aumentar sus ventas otro 6%, hasta los 25.530 millones de dólares.

Y, en segundo lugar, porque el futuro no pinta igual para todas estas compañías: “Podemos distinguir dos grupos”, apunta Gómez desde Renta 4, “aquellas compañías que antes del estallido de la pandemia ya tenían una base de negocio sólida, demostrada y rentable, como sería el caso de Pfizer, AstraZeneca y Johnson & Johnson; y aquellas en las que la vacuna contra la covid representa, por ahora, el core [núcleo] de su negocio, como es el caso de Moderna y BioNTech”. El impacto que tiene en su negocio la caída en la venta de vacunas es inevitablemente mucho más acusado en éstas últimas.

Con todo, como apunta Echeguren, que no vayamos a volver a ver resultados así no quita que el sector siga siendo, como tradicionalmente acostumbra, rentable. Además, la pandemia está controlada, pero eso no significa que el virus haya desaparecido, ni con él la comercialización de vacunas: aunque en muchos países miembros de la UE sobran dosis nunca inoculadas de la vacuna, Bruselas negocia con Pfizer para adquirir nuevos lotes en los próximos años. El dilema, ahora, es saber cuántas vacunas necesitará. “Tendremos que esperar hasta la campaña otoño/invierno para ver cuáles son las tasas de vacunación y comprobar si, como algunos equipos directivos apuntan, el escenario endémico de la covid se parece al de la gripe”, concluye Gómez.

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