La industria química da por terminados los parones de producción tras la bajada del gas
El abaratamiento de la energía, que hoy cuesta la séptima parte que en agosto del año pasado, induce al optimismo a la patronal del sector en España
La fuerte bajada en el precio del gas natural, aún por encima de su media histórica pero también mucho más barato que hace unos meses, no solo está dando un respiro a la inflación y los consumidores domésticos. La industria química, una de las principales consumidoras de este combustible en España, da por terminado el episodio de paradas temporales de la producción sufrido en la segunda mitad de 2022, cuando la invasión rusa de Ucrania activó las compras de pánico en previsión de un invierno crudo y disparó su cotización...
La fuerte bajada en el precio del gas natural, aún por encima de su media histórica pero también mucho más barato que hace unos meses, no solo está dando un respiro a la inflación y los consumidores domésticos. La industria química, una de las principales consumidoras de este combustible en España, da por terminado el episodio de paradas temporales de la producción sufrido en la segunda mitad de 2022, cuando la invasión rusa de Ucrania activó las compras de pánico en previsión de un invierno crudo y disparó su cotización en el mercado europeo.
“El pico brutal de precios el verano pasado obligó a muchas empresas de química básica —fertilizantes incluidos— a parar, sobre todo en septiembre y octubre. Desde entonces, en cambio, el gas ha bajado incluso más de lo que preveíamos”, ha reconocido el director general de Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), Juan Antonio Labat. “Hay mucha incertidumbre, pero ya queda muy poco cerrado y creemos que los parones no se volverán a producir”, ha confiado en un encuentro con medios de comunicación celebrado este miércoles en Madrid.
El umbral de precios del gas natural a partir del cual la mayoría de empresas del sector empieza a sopesar si les merece la pena seguir produciendo es 100 euros por megavatio hora (MWh). Hoy, el mercado europeo TTF cotiza en menos de 50 euros, frente a los casi 350 que llegó a tocar en agosto del año pasado, su máximo histórico. “Todo depende de la demanda: si cae, el umbral puede bajar hasta los 70 u 80, pero por encima de 100 todo el mundo se plantea si seguir o no”. El mercado de futuros, que arroja pistas (aunque no certezas) sobre los patrones de precios de los próximos tiempos apunta a una cierta estabilización en los niveles actuales y, sobre todo, prácticamente descarta una reedición del escenario que se vivió el verano pasado.
“El momento más crítico ya se ha superado”
En 2022, la industria química española en su conjunto —química básica, gases industriales, fertilizantes, materias primas plásticas, perfumería y cosmética, pintura o agroquímica, entre otras— disparó un 16% su facturación, hasta casi 90.000 millones de euros, en gran medida por el alza de precios. Las exportaciones también crecieron con fuerza (casi un 30%), hasta los 63.600 millones, una cifra que le convirtió en el principal sector exportador por segundo año consecutivo, por delante del automotor y el alimentario. En los últimos 20 años, la industria química española —en la que trabajan 234.000 personas— ha multiplicado por cinco sus exportaciones.
La producción, en cambio, creció apenas un 1%, una cifra mejor que en otros vecinos europeos, pero muy inferior a la de años anteriores. “Además de los parones sufridos en la segunda mitad del año, el sector químico no ha podido repercutir todo el aumento de costes a los precios”, ha subrayado la presidenta de Feique, Teresa Rasero, al tiempo que pedía más ayudas a los sectores electrointensivos, con Portugal como principal espejo en el que mirarse.
Rasero —que además de máxima representante de la patronal química es la jefa del gigante francés Air Liquide en España— ha urgido también a acelerar en la reforma del mercado eléctrico europeo, un debate en el que se alinea mucho más con las tesis españolas de aplicar cambios integrales que resulten en un menor coste de la luz para los consumidores que con la reciente propuesta de Bruselas, que ve “insuficiente”.
Aunque en los últimos meses algunos grandes nombres del sector químico europeo han anunciado deslocalizaciones a países extracomunitarios, como Estados Unidos —donde esta materia prima es mucho más económica—, el movimiento ha sido “menor de lo que cabría prever”, según Labat, en gran medida gracias a las ayudas públicas. En especial en Alemania, un país que ha roto la baraja comunitaria con su política de subsidios para evitar una sangría industrial. “El momento más crítico para el sector en Europa ya se ha superado”.
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