España aspira a copar más de la quinta parte de la producción europea de hidrógeno verde en 2030
Enagás anuncia una inversión de casi 4.700 millones en la red troncal de distribución en el país, al margen del BarMar
El gestor del sistema gasista español, Enagás, participado por el Estado, cree que España podrá alcanzar una producción de entre dos y tres millones de toneladas de hidrógeno verde a finales de esta década. Dado que la Unión Europea tiene como meta ser capaz de producir 10 millones de toneladas anuales de este gas en 2030, la mitad de sus necesidades totales, España sería capaz de aportar más de la quinta parte de la generación total en el continente. La mayor parte de esas exportaciones españolas debería fluir al resto del continente a través del ...
El gestor del sistema gasista español, Enagás, participado por el Estado, cree que España podrá alcanzar una producción de entre dos y tres millones de toneladas de hidrógeno verde a finales de esta década. Dado que la Unión Europea tiene como meta ser capaz de producir 10 millones de toneladas anuales de este gas en 2030, la mitad de sus necesidades totales, España sería capaz de aportar más de la quinta parte de la generación total en el continente. La mayor parte de esas exportaciones españolas debería fluir al resto del continente a través del BarMar, el hidroducto que conectará la península Ibérica y Francia.
En 2040, según las cifras de un estudio conjunto de Enagás y la consultora PwC presentado este jueves en el marco una jornada monotemática sobre la eclosión del hidrógeno verde, la producción española debería rondar los tres o cuatro millones de toneladas anuales. El despegue definitivo, sin embargo, se producirá en la siguiente década: para 2050, a tenor de las cifras más recientes del European Hydrogen Backbone —una iniciativa de todo el sector a escala continental—, la península Ibérica debería estar generando 33 millones de toneladas anuales. De ellas, 27 millones podrían dedicarse a la exportación, una vez cubiertas las necesidades interiores.
Para lograr esa meta, el desarrollo de una infraestructura de transporte es esencial. En ese ámbito destaca el BarMar, con una inversión estimada de 2.135 millones de euros; y el CelZa, otro tubo transfronterizo entre las localidades de Celorico da Beira (Portugal) y Zamora (España) que costará alrededor de 350 millones. Pero hay más: este jueves, Enagás ha cifrado en 4.670 millones la inversión necesaria en los ejes internos necesarios para distribuir toda la producción interna de hidrógeno hacia los puntos de exportación (3.500 millones) y para dos centros de almacenamiento en dos cavidades salinas en Cantabria y el País Vasco (1.170 millones). Todos estos proyectos ya han sido presentados por la empresa a la Comisión Europea para obtener financiación y se abrirán en los próximos meses convocatorias para los interesados en su construcción.
En su último plan estratégico, presentado el verano pasado, Enagás ya cifró en casi 4.800 millones la inversión necesaria en infraestructuras para hacer posible esta nueva economía del hidrógeno renovable en España. Según su recuento más reciente, más del 30% de gasoductos españoles son reutilizables como hidroductos.
‘Hub’ europeo
“Europa y, especialmente, España, están en una situación privilegiada. El 20% de los proyectos de hidrógeno renovable a escala mundial están en España”, ha subrayado la secretaria de Estado de Energía del Gobierno español, Sara Aagesen, en la apertura del acto. Solo Estados Unidos está por delante en esa tabla. “Junto a Alemania, somos el país europeo y el séptimo país del mundo que más ha invertido en renovables en los últimos años. Eso hace que estemos excelentemente posicionados para ser un hub internacional del hidrógeno renovable”.
“Si 2022 ha sido el año de la seguridad energética, 2023 va a ser el del hidrógeno renovable”, ha confiado el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo. “Lo tenemos todo para ser el primer hub del hidrógeno en Europa: potencial de generación renovable, infraestructuras robustas y capacidades industriales”. La electricidad de origen verde —en cantidades ingentes— es, junto con el agua, el ingrediente clave para la producción de este gas, llamado a jugar un papel clave en la descarbonización de la industria y el transporte pesado.
La máxima representante del Ejecutivo comunitario en la jornada, la directora general de Energía de la Comisión Europea, Cristina Lobillo, ha confirmado que tanto el hidrógeno como el BarMar, una infraestructura fundamental para su distribución de la Península al resto del Viejo Continente, son “una prioridad” para Bruselas.
Por su parte, la secretaria de Estado de Asuntos Económicos y Acción Climática del Gobierno alemán, Franziska Brantner, ha remarcado la importancia del hidrógeno verde para la mayor economía europea, llamada a ser el gran comprador del hidrógeno español. “Tiene muchos propósitos para nosotros y, más allá de nuestra propia producción, necesitaremos importar de otros vecinos europeos, países amigos y que comparten nuestros valores”, ha destacado Brantner. La disponibilidad de electricidad verde, agua e infraestructura de transporte no son los únicos elementos necesarios para la eclosión definitiva del hidrógeno: “Habrá escasez de electrolizadores [las máquinas indispensables para su generación]”, ha augurado. “Ya estamos impulsando su fabricación para evitar que eso suceda”.