Paschal Donohoe: “Sería una pérdida para todos entrar en una carrera de subsidios con Estados Unidos”
El reelegido presidente del Eurogrupo cree que no hay consenso en la UE para poner en marcha nuevos fondos con los que afrontar la crisis energética
Apenas hace unas horas que Paschal Donohoe, todavía ministro de Finanzas irlandés, ha sido reelegido presidente del Eurogrupo. Esta vez ha tenido el apoyo unánime de sus colegas. No había otro candidato. Este dublinés de 48 años, gran aficionado a la literatura, sale de la reunión que todos los responsables de Hacienda de la Unión Europea, el llamado Ecofin, están manteniendo para atender a EL PAÍS y otros tres medi...
Apenas hace unas horas que Paschal Donohoe, todavía ministro de Finanzas irlandés, ha sido reelegido presidente del Eurogrupo. Esta vez ha tenido el apoyo unánime de sus colegas. No había otro candidato. Este dublinés de 48 años, gran aficionado a la literatura, sale de la reunión que todos los responsables de Hacienda de la Unión Europea, el llamado Ecofin, están manteniendo para atender a EL PAÍS y otros tres medios europeos. Pronto dejará el cargo de titular de Finanzas irlandés, aunque seguirá en el Ejecutivo de su país y conservará el cargo que acaba de renovar. Su primer mandato, estrenado en verano de 2020, en los primeros meses de la pandemia, no ha sido plácido. No parece que la inflación, la crisis energética y la guerra le vayan a dar tregua para los siguientes dos años y medio.
Pregunta. ¿Está haciendo el BCE lo suficiente para combatir esta inflación tan alta? Otros bancos centrales han sido mucho más agresivos.
Respuesta. Sí, creo que lo está haciendo. Y también confío plenamente en que el Banco Central Europeo tomará las medidas adecuadas en el futuro. Si nos fijamos en el crecimiento de la zona del euro tras la pandemia, en los componentes de la inflación que tenemos y está provocada por los precios de la energía, creo que el BCE ha tomado las decisiones correctas y tomará las decisiones correctas.
P. ¿Hay suficiente coordinación entre la política monetaria y la fiscal?
R. Lo que hace que este desafío sea tan complejo es la necesidad de coordinar la política monetaria, la presupuestaria y la energética. Por lo tanto, el horizonte de coordinación es más amplio que antes. Ahora todos tenemos que desempeñar nuestro papel en las decisiones presupuestarias del año que viene.
P. ¿Pero está satisfecho con la coordinación que ha habido hasta ahora, tanto con el BCE como entre los propios gobiernos?
R. Creo que todos operábamos en condiciones de emergencia. De repente, todos los ministros de Finanzas se enfrentaron al riesgo de que las empresas les dijeran que si no actuaban y les ayudaban, se enfrentaban a un riesgo laboral y a una contracción muy pronunciada justo después de haber pasado dos años luchando contra la pandemia. Actuábamos para afrontar el impacto de la guerra y eso estaba justificado. Si analizamos el desempeño económico de la zona del euro en 2022 —si bien la inflación es peor de lo que esperábamos— dada la conmoción del primer trimestre [cuando comenzó la guerra], los indicadores económicos se han mantenido. Creo que eso ofrece cierto grado de validación para las decisiones tomadas este año. Estábamos en un entorno muy arriesgado.
P. ¿Cómo recibieron los ministros la propuesta de la Comisión para afinar las ayudas con un doble precio para la electricidad y el gas?
R. Vi una voluntad muy clara de reconocer y considerar la implementación de ese tipo de estructura y en caso de que los gobiernos no pudieran aplicar esta iniciativa, buscar otras formas de diseñar y calibrar mejor una respuesta fiscal para el año que viene. Ese espacio político y de formulación de políticas deberá utilizarse en la primera mitad de 2023.
P. ¿Son suficientes las herramientas financieras comunes para esta crisis o se necesita más?
R. Las herramientas presupuestarias existentes, combinadas con la flexibilidad que aún tienen los Estados miembros [en referencia a la suspensión de las reglas fiscales], proporcionan el alcance necesario para los desafíos actuales. Los fondos y el consenso político existente se prolonga hasta la próxima generación. Ese compromiso está ahí para pagarlo y para que se utilice bien. Pero la Unión Europea ya ha tomado una decisión relacionada con el uso de los fondos existente [en referencia al plan RepowerEU].
P. Entonces, ¿no hay dinero nuevo?
R. Algunos gobiernos están defendiendo públicamente nuevos modelos de financiación y nuevos fondos. Sin embargo, el único consenso que existe entre los ministros de Finanzas está en torno a las herramientas que ya hemos acordado utilizar.
P. ¿Hay consenso en el Eurogrupo sobre cómo responder a la ley antiinflación de Estados Unidos?
R. Hay acuerdo sobre tres puntos diferentes en este momento. El primero es que hay que concentrase en la diplomacia, no en aumentar las dificultades. En segundo lugar, todos apoyamos la labor del Consejo de Tecnología y Comercio para colaborar con los Estados Unidos. Y tercero, por ahora, los ministros del Eurogrupo han reconocido que se trata de un paso económico importante que Europa debe tener en cuenta. Hay diferentes puntos de vista sobre cuál será nuestra respuesta. Siempre es así cuando abordamos un tema importante como este.
P. ¿Existe riesgo de que Europa emprenda una carrera de subvenciones con Estados Unidos?
R. Ya contamos con un sistema de subvenciones amplio en el Fondo de Recuperación. Tenemos que evaluar nuestros esfuerzos en el contexto de los fondos de la ley para la reducción de la inflación [en Estados Unidos]. Sería una pérdida para todos que pasáramos a competir en subsidios con los Estados Unidos cuando el dinero de los contribuyentes es tan valioso. Por eso la diplomacia y la participación en el Consejo de Comercio y Tecnología son tan importantes.
P. Al acabar la reunión del Eurogrupo, usted y el comisario de Economía Paolo Gentiloni hablaron de tener lista la reforma en marzo. ¿No es muy optimista este plazo dado el escepticismo mostrado por el ministro alemán?
R. Sí, el plazo es exigente. Sin embargo, para marzo próximo, tendremos que lograr avances significativos sobre gobernanza económica. Y la razón es que ya estaremos en el segundo trimestre de 2023 y los gobiernos deben tomar sus decisiones para los presupuestos de 2024. Así que, si bien el calendario es duro y exigente, en realidad no tenemos más remedio que haber avanzado. Tenemos mucho que hacer en enero, febrero y marzo.