Iberdrola nombra un nuevo consejero delegado, pero el presidente Sánchez Galán se reserva el poder ejecutivo
Armando Martínez, hasta ahora director general de Negocios del grupo, se convierte en el nuevo ‘número dos’ oficial de la eléctrica, un puesto que no existía desde hace casi dos décadas
La mayor eléctrica española, Iberdrola, ha comunicado este martes la separación de los cargos de presidente ejecutivo y de consejero delegado de la compañía, nombrando para este segundo puesto —de nuevo cuño— a Armando Martínez, según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El directivo, de la casa, ocupaba desde hace un año el puesto de máximo responsable de Negocios del grupo. Hasta ent...
La mayor eléctrica española, Iberdrola, ha comunicado este martes la separación de los cargos de presidente ejecutivo y de consejero delegado de la compañía, nombrando para este segundo puesto —de nuevo cuño— a Armando Martínez, según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El directivo, de la casa, ocupaba desde hace un año el puesto de máximo responsable de Negocios del grupo. Hasta entonces, este ingeniero industrial por la Universidad de Valladolid, se había desempeñado como director de Redes (transporte y distribución de electricidad) y, antes, como jefe de la filial mexicana.
Ignacio Sánchez Galán, de 72 años, continuará como presidente ejecutivo, un cargo que ocupa desde 2006. Desde que el ejecutivo salmantino ostenta el poder en la compañía energética en 2001 nunca había contado con un consejero delegado como tal. Aunque Galán mantendrá una enorme cuota de poder, ahora tendrá una mano derecha mucho más explícita en el organigrama. También a alguien claramente posicionado para su futura sucesión: la junta de accionistas del próximo año será clave para que los accionistas de Iberdrola tomen una decisión sobre su continuidad al frente del grupo energético. De producirse su salida, Martínez partirá con varios cuerpos de ventaja sobre el resto de candidatos, entre los que sobresalía un nombre: el del chileno Mario Ruiz-Tagle, recién nombrado jefe de Iberdrola España tras más de una década al frente de la filial brasileña, una de las grandes joyas de la corona de la compañía.
“Es una forma de acomodar la estructura de la gobernanza de la empresa a las exigencias actuales y de equipararnos a los modelos a otras compañías del Ibex, como Santander o Telefónica”, argumentan fuentes de la empresa, que prefieren no referirse a la cuestión sucesoria.
La separación de las figuras de presidente y consejero delegado es, en efecto, un guiño claro a los fondos de inversión y a algunos accionistas de referencia, que llevaban años reclamando ese movimiento. Las voces en ese sentido se habían multiplicado en los últimos tiempos, tras la implicación de Sánchez Galán en el caso Villarejo. A principios de octubre, la Audiencia Nacional confirmó el archivo de su causa por la prescripción de los hechos, por los que se le imputaban delitos cohecho activo, contra la intimidad y falsedad en documento mercantil. Su imputación ha tenido impacto sobre una operación clave para la energética en Estados Unidos: la compra de PNM Resources, paralizada por el regulador de Nuevo México aludiendo directamente al caso del comisario jubilado.
Con todo, el giro de guion es una sorpresa para los analistas que siguen el día a día de la empresa: prácticamente nadie esperaba un movimiento a corto plazo. Hasta ahora, Sánchez Galán, fiel a un estilo de liderazgo muy vertical, se había apoyado en varios directores generales de negocios, el último de ellos Armando Martínez. Pero nunca a un consejero delegado. En una jornada mayoritariamente alcista, las acciones de Iberdrola cerraron la sesión con una subida de casi el 2%.
Los cambios en la planta noble de la eléctrica trascienden el plano puramente ejecutivo. En el consejo de administración, Martínez —cuyo nombre no figuraba en las quinielas como potencial consejero delegado— tomará el relevo de quien fuera su predecesor en el cargo de director general de Negocios, Francisco Martínez Córcoles, que deja la empresa. Su salida, según argumenta la compañía en la nota remitida al regulador bursátil, “obedece exclusivamente a facilitar los cambios en la gobernanza de la sociedad, que consideraba más adecuados en este momento”.
En el mismo comunicado, Iberdrola también ha anunciado el cese de Julián Martínez-Simancas como secretario del consejo de administración (sin rango de consejero), después de que él mismo pusiera su cargo a disposición de la empresa. Su lugar lo ocupará Santiago Martínez Garrido, hasta la fecha vicesecretario primero del máximo órgano de gobierno de la energética.
Iberdrola, segunda mayor cotizada española por valor de mercado —más de 61.000 millones de euros, solo superada por Inditex—, presentará este miércoles los resultados correspondientes al tercer trimestre del año. En dos semanas celebrará su día del inversor, una jornada dedicada a presentar sus planes y sus previsiones financieras para los próximos trimestres. Ambas citas quedan marcadas, desde ya, por la ungión de Armando Martínez como número dos del grupo. Lo era de facto, fuera de los focos mediáticos; ahora, también lo será de iure y bajo los reflectores.