La UE obligará a las cúpulas de las empresas europeas a ser más paritarias a partir de 2026

Los Veintisiete dan su visto bueno a que al menos el 40 % de los cargos de directores no ejecutivos de las empresas cotizadas deben ser miembros del sexo menos representado, en general, las mujeres

Bruselas -
Vista general de los mandatarios reunidos en la cumbre de la UE en Bruselas.Europa Press

La paridad de género avanza, aunque a trompicones, y promete llegar hasta las altas esferas de decisión de las empresas europeas. El Consejo de la UE ha dado este lunes su visto bueno a la directiva europea que obligará, a partir de 2026, a las empresas de los Veintisiete a aumentar significativamente la cuota de mujeres en los consejos de administración de las sociedades cotizadas.

La directiva, que todavía tiene que ser aprobada por el Parlamento Europeo y luego ser traspuesta a la legislación nacional de cada Estado miembro, establece que, para 2026, ...

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La paridad de género avanza, aunque a trompicones, y promete llegar hasta las altas esferas de decisión de las empresas europeas. El Consejo de la UE ha dado este lunes su visto bueno a la directiva europea que obligará, a partir de 2026, a las empresas de los Veintisiete a aumentar significativamente la cuota de mujeres en los consejos de administración de las sociedades cotizadas.

La directiva, que todavía tiene que ser aprobada por el Parlamento Europeo y luego ser traspuesta a la legislación nacional de cada Estado miembro, establece que, para 2026, “al menos el 40 % de los administradores no ejecutivos [es decir, los que no son CEO] de las empresas cotizadas deben ser miembros del sexo menos representado”. Aunque no hace referencia a un sexo concreto, históricamente son las mujeres las que siguen chocando con el techo de cristal en las altas finanzas, al igual que en muchos otros campos. En el caso de que las empresas opten por aplicar las nuevas normas también a los cargos de directores ejecutivos y no solo a los no ejecutivos, el objetivo se establece en el 33% de todos los puestos de administrador.

“Las nuevas normas contribuirán a eliminar los obstáculos a los que a menudo tienen que hacer frente las mujeres en su carrera”, ha celebrado la decisión de los Veintisiete el vicepresidente del Gobierno checo, Marian Jurecka, cuyo país ostenta la presidencia rotatoria de la UE. Para el también ministro de Trabajo y Asuntos sociales checo, los efectos “positivos” de esta nueva medida “se dejarán sentir en todos los estratos de las economías nacionales”.

Es un sentimiento compartido en Bruselas desde hace tiempo. De hecho, desde que la idea de una directiva en este sentido echó a andar, hace ya una década —la primera propuesta formal fue presentada en noviembre de 2012—, la UE ha reconocido formalmente que “una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral es esencial para impulsar el crecimiento económico, mejorar la competitividad de las empresas europeas y hacer frente a los desafíos demográficos” del continente.

“Se espera que el fomento de la participación de las mujeres en la toma de decisiones en matera económica, especialmente en los consejos de administración de las empresas, tenga un efecto indirecto positivo para el empleo de las mujeres en las empresas interesadas y para toda la economía”, subraya el Consejo al respecto.

La nueva directiva estipula que las empresas que no cumplan estos objetivos de paridad deberán “adaptar” sus procesos de selección y nombramiento para garantizar que sean “justos y transparentes” y que se basan en una “evaluación comparativa de los diferentes candidatos a partir de criterios claros” y “formulados de forma neutral”. Una de las claves de la nueva normativa es que, en el caso de que una empresa deba escoger entre dos candidatos igualmente capacitados, deberán dar “prioridad” al candidato (o candidata) “del sexo menos representado”.

No obstante, señala el Consejo, aquellos países que estén a punto de alcanzar los objetivos de paridad marcados por la directiva o que dispongan de una normativa nacional “igual de eficaz” ya en marcha o que se implementará antes de 2026, podrán suspender los requisitos de la directiva europea relativos a los procesos de nombramiento.

Países como Francia han venido ya dando pasos importantes en esta materia. El Senado francés dio su visto bueno final en diciembre de 2021 a la instauración de cuotas de paridad en los consejos de dirección de las grandes empresas: hasta 2027, al menos el 30% de los dirigentes de empresas con más de mil empleados deberán ser mujeres, cifra que, para 2030, deberá haber aumentado al 40%. En el extremo contrario se sitúa Estonia, donde menos del 10% de mujeres ocupan un puesto en los consejos de administración.

Aunque, en líneas generales se han logrado avances en paridad de género en la última década en la UE, en materia empresarial todavía queda mucho por hacer: según un estudio manejado por el propio Consejo, en octubre de 2021, de media, solo el 30,6 % de los miembros de los consejos de administración y apenas el 8,5 % de los presidentes de los consejos eran mujeres (frente al 10,3 % y el 3 % en 2011).

Para vigilar el cumplimiento de la nueva directiva, una vez al año, las empresas deberán facilitar información sobre la representación de género en sus consejos de administración y las medidas que están adoptando para alcanzar los objetivos marcados por esta. A su vez, también los Estados miembros publicarán cada año una lista de las empresas que han alcanzado los objetivos de la directiva.

La directiva tiene que ser ahora aprobada por el Parlamento Europeo, aunque se considera que será un mero trámite ya que en junio, la eurocámara alcanzó un acuerdo político con el Consejo en la materia. Una vez recibido ese visto bueno parlamentario, los países tendrán dos años para adaptar su legislación a las nuevas normas y aplicarlas.

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