La zona euro crece un 0,6% en el segundo trimestre y aguanta el impacto de la guerra y la inflación

Eurostat rebaja una décima el dato de avance del PIB entre abril y junio

Trabajadores ajustan los componentes del módulo de ventilación de un motor para el avión de pasajeros Airbus SE durante el ensamblaje dentro de la planta de Safran, en Villaroche (Francia).Nathan Laine (Bloomberg)
Madrid -

La zona euro aceleró su crecimiento en el segundo trimestre de este año, con un avance del PIB del 0,6% frente al primero, según ha comunicado Eurostat este miércoles. El dato es una décima peor de lo esperado en un principio, pero sigue por encima del 0,5% de los tres primeros meses del año, y muestra una dinámica “sólida” según la consultora Oxford Economics. Los diecinueve países de la moneda única superan así en positivo el impacto asociado a los primeros meses de guerra en Ucrania, pero con unas cifras mucho más discretas a las que habría obtenido si el conflicto no hubiera estallado nunc...

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La zona euro aceleró su crecimiento en el segundo trimestre de este año, con un avance del PIB del 0,6% frente al primero, según ha comunicado Eurostat este miércoles. El dato es una décima peor de lo esperado en un principio, pero sigue por encima del 0,5% de los tres primeros meses del año, y muestra una dinámica “sólida” según la consultora Oxford Economics. Los diecinueve países de la moneda única superan así en positivo el impacto asociado a los primeros meses de guerra en Ucrania, pero con unas cifras mucho más discretas a las que habría obtenido si el conflicto no hubiera estallado nunca y los precios de la energía no se hubieran disparado.

La estadística muestra la capacidad de resistencia de la economía europea: en el mismo trimestre la economía estadounidense reculó dos décimas y consumó su entrada en recesión técnica tras haberse dejado cuatro décimas en los primeros tres meses del año, pero pese a un peor comienzo de año, la economía de EE UU había logrado recuperar el nivel de actividad previo a la pandemia en julio de 2021, mientras que la eurozona no lo logró hasta enero de este año, y algunos de sus miembros todavía no han regresado a esos umbrales.

En términos interanuales, las economías de los socios del euro se expandieron un 3,9%, y si se incluye a los 27 países de la UE, el empuje fue ligeramente mayor, de un 4%, tasas ambas inferiores al 5,4% y 5,5% experimentadas en el primer trimestre frente al mismo periodo de 2021. España aparece entre los países que más crecieron en el pasado trimestre (1,1%), solo por detrás de Holanda (2,6%), Rumania (2,1%) y Suecia (1,4%), e igualada con Hungría y Bulgaria.

En un contexto de inflación elevada —en julio tocó el 8,9%, un nuevo máximo histórico—, crisis energética, incertidumbres geopolíticas, y problemas en las cadenas de suministro —los más recientes por la fuerte sequía que sufre Europa, que está complicando la circulación de mercancías por el río Rin—, la Comisión Europea todavía espera que la eurozona crezca este año un 2,6%, y que esa mejora se modere al 1,4% en 2023, casi un punto menos de lo pronosticado en sus anteriores predicciones.

En el otro lado de la balanza, para el tercer trimestre deben empujar a favor el desembolso de los fondos europeos, la temporada turística y el ligero alivio proporcionado por los precios del petróleo en los mercados internacionales. Las contrataciones también están viviendo un buen momento a pesar del aumento generalizado de los precios: el paro de la eurozona se mantuvo estable en el 6,6% en junio, su nivel más bajo de la serie histórica, y el número de personas con empleo subió un 0,3% en el segundo trimestre.

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