El Banco de España detecta que el refino de petróleo dispara sus márgenes
En promedio, las grandes empresas españolas trasladaron la subida de los costes de producción a los consumidores durante el primer trimestre del año
En un momento en el que los costes de producción están en aumento, resulta clave saber qué está pasando con los márgenes empresariales. ¿Están siendo capaces las empresas de trasladar esos costes a los compradores y clientes? ¿Están aprovechando para disparar sus beneficios y eso justifica una acción regulatoria decidida? El Banco de España intenta contestar a esta cuestión con los datos de su Central de Balances Trimestral, que cuenta con un millar de empres...
En un momento en el que los costes de producción están en aumento, resulta clave saber qué está pasando con los márgenes empresariales. ¿Están siendo capaces las empresas de trasladar esos costes a los compradores y clientes? ¿Están aprovechando para disparar sus beneficios y eso justifica una acción regulatoria decidida? El Banco de España intenta contestar a esta cuestión con los datos de su Central de Balances Trimestral, que cuenta con un millar de empresas en su mayoría de gran tamaño. Es decir, no están las pymes, que lógicamente se encuentran en un peor estado tras la pandemia.
Las conclusiones del estudio son que, en general, los beneficios de las empresas han aumentado bastante. Pero siguen todavía lejos del periodo previo a la covid. En términos de valor añadido bruto (esto es, las ventas menos los bienes y servicios utilizados para producir) están un 5% por debajo de 2019. Y si se toma el resultado económico bruto (la rentabilidad), esta es todavía un 15% menor. Aunque solo sean un millar, estas compañías de la encuesta suponen un 10% del valor añadido bruto del conjunto de las empresas españolas. Es decir, son probablemente las que han tenido más músculo para afrontar la pandemia, los cuellos de botella y la inflación.
El promedio de estas empresas recogidas en la muestra apenas habría experimentado cambios en sus márgenes a pesar del fuerte aumento de los costes. Cabe pensar, por lo tanto, que en general han sido capaces de trasladarlos. En cualquier caso, hay que recordar que el aumento fuerte de la inflación subyacente, aquella que no incluye ni la energía ni los alimentos, se produjo ya durante el segundo trimestre que no se contabiliza en este estudio.
El informe del supervisor solo detecta un sector en el que están subiendo mucho los márgenes: la industria. Y es debido fundamentalmente al refino, explica el Banco de España. Su rentabilidad se eleva un 45% por el extraordinario crecimiento registrado en el subsector del refino de petróleo, “en un contexto de fuertes aumentos del precio del crudo, que estas empresas habrían trasladado en gran medida a sus precios de venta”, señala el organismo.
En cambio, el sector de la energía experimentó una reducción de la rentabilidad del 21%. Esta caída se explica por las compañías comercializadoras de energía, que no han podido en muchos casos repercutir a sus precios de venta el incremento de los costes al tener ya pactados los precios con los consumidores que tienen contratadas tarifas libres. Un caso distinto es el de las empresas generadoras de electricidad, que registraron un incremento de sus costes por el encarecimiento del gas y que lo repercutieron en sus precios. Lo que no indica el Banco de España es que generadoras y comercializadoras suelen pertenecer a los mismos grupos empresariales.
Situación muy heterogénea
Pese a que el margen medio no haya subido, el estudio muestra que existe una heterogeneidad muy elevada. El comportamiento es muy dispar dependiendo incluso más de las características de las empresas que del sector al que pertenecen. Así, aquellas que ya contaban con un mayor margen son las que más lo han disminuido. También han aguantado mejor, contrayendo su margen, las que más exportan. Por el contrario, han tenido que engordarlo las que sufrían subidas muy fuertes de los costes de producción, las que aumentaban más su actividad y empleo, o las más endeudadas y con más dificultades financieras. Estas últimas son las que más ha tenido que hacerlo, quizás por la necesidad de mejorar los flujos de caja con los que hacer frente a los pagos financieros.
En el promedio entre unas y otras, concluye el Banco de España, el margen se ha quedado constante. Aproximadamente una mitad de las compañías lo ha reducido y la otra mitad lo ha subido. En consecuencia, en la media han aumentado los precios de venta lo que le subían los inputs y, en gran medida, han traspasado a sus clientes los incrementos de costes. Estas conclusiones se conocen en medio del debate sobre el pacto de rentas y la necesidad de que trabajadores y empresas se repartan el empobrecimiento que supone el encarecimiento de las materias primas energéticas compradas al exterior.
De hecho, los consumos de bienes y servicios intermedios escalan casi un 50%. O lo que es lo mismo: las empresas han tenido unos “aumentos notables de los costes de producción”. “Aquellas empresas que no hayan podido trasladar este aumento de costes a los precios de venta han podido experimentar una contracción de sus márgenes empresariales entendidos como el cociente entre sus excedentes y la cifra neta de negocios”, recuerda el banco. Además de las de energía y petróleo, las que registraron un mayor crecimiento de los costes de producción fueron las de productos minerales y metálicos, el transporte y otras industrias manufactureras. En el otro extremo, se sitúa la rama de información y telecomunicaciones por su menor consumo de energía.
En todo caso, el tamaño de la muestra obliga a tomar los datos con cautela, advierte el informe. Y subraya que el sesgo hacia empresas de gran tamaño también hace que algunos sectores como la hostelería estén infrarrepresentados.