La galletera Siro plantea un cierre que afectará a 200 empleados en Palencia
La nueva dirección del grupo propone trasladar la plantilla de la factoría de Venta de Baños a otras fábricas de Castilla y León
El grupo Cerealto Siro Foods, propietario de la marca galletera Siro, ha planteado el cierre de su factoría en Venta de Baños (Palencia, 6.300 habitantes) por una “falta de competitividad inasumible para la compañía”. La decisión conlleva que los 197 trabajadores afectados por el cese de producción de esta planta, un emblema para la industria del cereal palentino, puedan recolocarse en otras plantas de Castilla y León o ac...
El grupo Cerealto Siro Foods, propietario de la marca galletera Siro, ha planteado el cierre de su factoría en Venta de Baños (Palencia, 6.300 habitantes) por una “falta de competitividad inasumible para la compañía”. La decisión conlleva que los 197 trabajadores afectados por el cese de producción de esta planta, un emblema para la industria del cereal palentino, puedan recolocarse en otras plantas de Castilla y León o aceptar las condiciones de los despidos pactados entre el comité de empresa y la entidad. El objetivo es que el traslado se realice “de manera progresiva” en dos años mientras los sindicatos pugnan para conseguir las mejores condiciones para los empleados de una marca local que lleva unos 50 años en la localidad.
La compañía explica su decisión por la negociación de un plan de mejora de la competitividad, un acuerdo que según un comunicado de la dirección de Siro resulta “imperativo” para “asegurar la entrada de socios inversores”. La empresa ha difundido que este plan de competitividad, que esgrime para defender el cierre de la planta, es una condición ineludible para atraer nueva inversión y que lo contrario “implicará la retirada inmediata de la oferta”. Los interesados son las entidades estadounidenses Afendis y Davidson Kempner.
La firma cuenta con una deuda de unos 300 millones de euros, según fuentes conocedoras del proceso, y ha asegurado en el comunicado difundido esta semana que la medida, que califica como “muy difícil”, obedece a que las instalaciones de Venta de Baños acarrean un coste salarial un 29% superior a la media de las demás fábricas, además de que el ausentismo asciende a un 18,2%, muy por encima del 6% medio de la comunidad. “Debe imperar la realidad sobre la emoción”, justifica la dirección de la marca, que preside Juan Manuel González Serna desde que la adquirió en 1991 a la francesa Danone. González Serna es, además, vicepresidente de Iberdrola e hijo adoptivo de Venta de Baños.
Siro es uno de los grandes nombres de la industria agroalimentaria de Castilla y León, donde genera unos 1.200 empleos entre todas sus sedes. Los argumentos chocan contra la posición del comité de empresa, cuya presidenta, Mar Rodríguez, del sindicato UGT, desmiente los datos de la empresa: “Pueden decir lo que quieran, pero es mentira”. El supuesto sobrecoste, prosigue, no es tal y se asemeja a los números de las plantas de Toro (Zamora) y Aguilar de Campóo (Palencia), según la representante sindical, que dice no tener “ni idea” de las cuentas que ha realizado Siro para pronunciarse así. Además, matiza que el ausentismo lo han calculado teniendo en cuenta todas las faltas, incluidas las justificadas por motivos médicos o familiares.
La noticia ha generado desazón en la localidad y en sus proximidades, que históricamente han tenido en este grupo una importante fuente de actividad económica. El alcalde de Venta de Baños, José Manuel López (PSOE), lamenta el probable cierre de la planta: “La valoración no puede ser más desalentadora y quedan pocas esperanzas de solucionar el problema, que tanto para los trabajadores como para la comarca sería un mazazo”.
La responsable de Hacienda del PSOE autonómico, Rosa Rubio, ha instado a la Junta (gobernada por una coalición de PP y Vox) a “echar el resto” para evitar los despidos. El consejero de Economía, Carlos Fernández Carriedo, ha abogado por un “acuerdo” que no perjudique a la plantilla. De momento, explica rotundamente Mar Rodríguez, la reunión mantenida el pasado martes con los representantes de la empresa fue “mal” porque “no tenían intenciones de negociar nada”. El plazo que maneja Siro pasa por un cierre en un máximo de tres meses, todo un golpe a una comarca muy dañada por la despoblación y escasa en empleo industrial.