La guerra y la inflación empañan la recuperación del turismo tras el derrumbe de los dos últimos años

El sector afronta la Semana Santa con un fuerte auge de las reservas hoteleras, pero crece la incertidumbre para el verano

Varios turistas en la terminal de llegadas del aeropuerto de Gran Canaria, en agosto pasado.Foto: ELVIRA URQUIJO A. (EFE) | Vídeo: EPV

El turismo afronta un año clave para su recuperación, tras el golpe histórico de la pandemia, con las reservas hoteleras al alza para las vacaciones de Semana Santa y unas perspectivas de mejora del negocio. Hoteles, aerolíneas y turoperadores mantienen de momento su objetivo de volver a los niveles de facturación de 2019 después de 24 meses fatídicos en los que su pes...

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El turismo afronta un año clave para su recuperación, tras el golpe histórico de la pandemia, con las reservas hoteleras al alza para las vacaciones de Semana Santa y unas perspectivas de mejora del negocio. Hoteles, aerolíneas y turoperadores mantienen de momento su objetivo de volver a los niveles de facturación de 2019 después de 24 meses fatídicos en los que su peso en la economía se redujo más de la mitad. Las cancelaciones se mantienen en niveles habituales, lejos de las caídas de 2020 y 2021, según el sector, pero se aprecia cierta ralentización. Las previsiones se ven empañadas por el efecto negativo de la inflación y la guerra en Ucrania en un momento delicado en el que la mitad de los afectados por un ERTE en España (en total, unos 105.000) son trabajadores de hoteles, agencias de viajes, restaurantes y aerolíneas.

Los 11 hoteles del empresario valenciano Toni Mayor, propietario de Port Hotels, están abiertos, salvo uno por reformas, y ya tiene el 80% de las camas vendidas para Semana Santa. “Si tenemos además una última hora potente, van a ser unos días muy buenos para nosotros”, explica por teléfono. “El año 2020 fue horrible, con todo cerrado, el año 2021 nos salvó el turismo nacional y ahora la gran diferencia es que vuelve a haber turismo británico gracias a que ya no existen las restricciones del pasado”, resume. Sus establecimientos, repartidos por Benidorm, Valencia, Elche, Denia y Calpe, dan empleo a unas 500 personas. El empresario compensa su optimismo, que le lleva incluso a restar importancia al fuerte impacto que están teniendo en el negocio las subidas de los costes por la energía, con un temor nada desdeñable: “Si la guerra en Ucrania continúa... veremos cómo evoluciona todo”.

El fin del conflicto armado conllevaría probablemente una reducción de los precios del petróleo y el gas, la principal causa tras la subida de la inflación, que no solo encarece los costes empresariales, sino que también reduce el poder de compra de los turistas. Los empresarios del sector se muestran cautos. “Avanzamos hacia la recuperación del turismo, pero se ciernen nuevas amenazas sobre el sector”, explica Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT). “Hoy se nos presenta nuevamente un escenario complicado”, afirma. “El incremento de los costes operacionales y de la energía siguen poniendo en riesgo la viabilidad de las empresas y el empleo”, añade.

Las previsiones, por ahora, son alentadoras e indican una recuperación del turismo internacional, clave para el sector y que el año pasado no logró remontar por la persistencia de las restricciones. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo prevé que la llegada de turistas a España en abril alcance el 80% del nivel prepandemia. Mientras, las reservas anticipadas para las llegadas internacionales para Semana Santa (entre el 8 y 18 de abril) han mejorado y son ya solo un 13% inferiores a las cifras de 2019, según datos de la firma de análisis ForwardKeys.

En cuanto a las reservas hoteleras en su conjunto, la herramienta Dingus DataHotel, que analiza los datos de 1.300 hoteles en 25 países, ha registrado un incremento del 307% para esta Semana Santa en relación a la del año pasado han crecido un 307%. El porcentaje de cancelaciones en todo el conjunto español se mantiene en “niveles habituales” y marca un 27%, según esta firma. La empresa pública Paradores, por ejemplo, acaba de anunciar que prevé que la ocupación en abril crezca un 10% respecto a 2019. En Semana Santa, prevé una tasa de ocupación del 75%, frente al 73% del mismo periodo en el ejercicio anterior a la pandemia.

Difícil pronóstico

La agencia online Destinia señala que en las últimas tres semanas se ha visto un importante avance, aunque el total de las reservas que han entrado en su sistema está un 28% por debajo de las mismas fechas de 2019. “A principio de año estábamos convencidos de que 2022 sería un año récord para el turismo a nivel mundial. Con el actual contexto inflacionista y la guerra en Ucrania es muy difícil hacer pronósticos, pero la realidad es que demanda sigue consistente en términos generales”, afirma Ricardo Fernández, director general de la empresa. “Si los precios del combustible no se disparan en los próximos tres meses y la inflación se mantiene en un dígito, podríamos seguir hablando de un excelente verano como industria y, concretamente, para España como destino”, dice.

El año arrancó bien, con la sexta ola superada y la expectativa cada vez más real de que la pandemia está llegando a su fin. Tras dos ejercicios muy duros, en los que el sector redujo su peso en el PIB del 12,3% en 2019 al 5,5% en 2020 y que solo logró remontar al 7,4% en 2021, este año es clave para consolidar la recuperación que empezó a notarse el verano pasado, cuando las campañas de vacunación permitieron reestablecer buena parte de la movilidad. José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, un think tank que representa a 32 de las empresas más importantes del sector turístico (como Iberia, Meliá, Riu o Amadeus), recuerda que ómicron ya supuso “un palo” en diciembre, pero al menos no se trataba de temporada alta. “Ahora, cuando el sector empezaba a coger pista, la guerra en Ucrania puede complicar el panorama”, advierte.

El miedo sanitario que estalló en 2020 puede verse sustituido por el miedo a la falta de seguridad por el conflicto, sobre todo para viajar a países más cercanos a la zona, como Alemania, Grecia y Turquía. De momento, el sector no aprecia que esos temores estén afectando al mercado español, según explica Zoreda.

El problema es que cualquier bache en el camino llega ahora en un momento delicado. Los años 2020 y 2021 fueron años “catastróficos” para la industria, según recuerda CEHAT: se cerraron casi 100.000 negocios y la facturación cayó entre un 50% y un 80%. El año pasado la demanda hotelera creció un 87%, pero el sector se encuentra un 50% por debajo de los datos anteriores a la pandemia. Además, muchos negocios están lastrados por la deuda y tienen que empezar a devolver los créditos que concedió el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para lidiar con la profunda crisis en la que cayó el sector.

Agencias, las más afectadas

La recuperación de turismo está siendo muy desigual. Las agencias de viajes son uno de los negocios más afectados por la pandemia y al que más le está costando levantar cabeza de nuevo, con alrededor de 10.000 empleados (el 30% del total) en situación de ERTE todavía. “Cuando empezó la pandemia estábamos en el primer vagón, fuimos a los primeros a los que les afectaron las restricciones para los viajes internacionales, ya en febrero de 2020; y ahora estamos en el vagón de cola, porque somos a los que más les cuesta recuperarse”, explica Eva Blasco, propietaria de Europa Travel, una pequeña empresa familiar de Valencia fundada en 1977 que sigue vendiendo viajes a pie de calle, una “agencia presencial”, como prefiere llamarla Blasco. “Nosotros no prevemos la recuperación plena hasta 2023, incluso se habla ya de 2024″, añade.

Los empleados de las agencias afectados por un ajuste laboral temporal han pasado de 13.121 en octubre a 10.792 en enero, y las grandes agencias de viajes están renegociando estos ERTE para extenderlos, como es del caso de Viajes El Corte Inglés, Ávoris (Globalia) y Nautalia, lo que muestra las dudas sobre la recuperación del negocio. En cambio, el conjunto del sector turístico ha pasado de tener 116.180 empleados en ERTE a 52.756, lo cual supone una reducción mucho más significativa. Desde 2020, el sector de las agencias ha sufrido una destrucción de empleo del 20%.

“La pandemia nos ha afectado más que a otros sectores porque el 75% de la actividad de las agencias procede del turismo internacional, y todavía hoy hay restricciones en algunos países asiáticos, o bien los trámites son tan farragosos, que el cliente desiste”, explica Carlos Garrido, presidente de la patronal CEAV. Además, los viajes por negocios se han visto paralizados también.

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