El Ibex cumple 30 años lejos de sus mejores tiempos
El índice de las mayores empresas españolas se ha revalorizado de media un 4% anual desde su creación
Cuando se habla de los poderes fácticos al margen del Estado, el nombre del Ibex 35 no tarda en salir a relucir. El índice bursátil, que agrupa a las mayores empresas españolas, cuenta entre sus miembros con firmas reconocidas en todo el mundo, como Inditex, Iberdrola, Santander o BBVA, por citar las compañías más grandes. Pero su 30 cumpleaños le llega este viernes lejos de sus mejores tiempos: los 8.800 puntos que ronda ya los tenía en 1998. Y su rentabilidad desde el punt...
Cuando se habla de los poderes fácticos al margen del Estado, el nombre del Ibex 35 no tarda en salir a relucir. El índice bursátil, que agrupa a las mayores empresas españolas, cuenta entre sus miembros con firmas reconocidas en todo el mundo, como Inditex, Iberdrola, Santander o BBVA, por citar las compañías más grandes. Pero su 30 cumpleaños le llega este viernes lejos de sus mejores tiempos: los 8.800 puntos que ronda ya los tenía en 1998. Y su rentabilidad desde el punto de inflexión que supusieron el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la Gran Recesión ha estado muy por debajo de las Bolsas de París, Fráncfort o EE UU.
Partir la vida del Ibex en dos mitades es una buena forma de diseccionar su existencia. El acrónimo de las palabras Iberia Index echó a andar el 14 de enero de 1992. Y sus primeros 15 años de cotización fueron una historia de éxito con una sombra: la burbuja de las puntocom que tuvo en Terra su paradigma español. Pese a ese lunar, el joven índice parecía imparable. Su mayor subida, del 54,2%, la vivió en 1993, el año de la resaca olímpica y de la Expo de Sevilla. A los cinco años ya había duplicado su valor inicial. Y a los seis lo cuadriplicaba.
España estaba de moda, y a comienzos del nuevo siglo el crédito fácil abonó un crecimiento basado en el ladrillo que propagó una ola de optimismo. En enero de 2007, el entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que España superaría a Alemania e Italia en renta per cápita en dos o tres años. Y el 8 de noviembre de aquel año el Ibex tocaba su máximo histórico rozando los 16.000 puntos tras una racha de cinco años consecutivos de ascensos. Ignoraban en aquel momento que señales como el derrumbe de la inmobiliaria Astroc, la compañía que encumbró a su fundador, Enrique Bañuelos, hasta el puesto 95 en el ranking de fortunas del planeta —la tercera de España—, eran solo el preludio de un desastre que muy pocos fueron capaces de prever.
En 2008, la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers hizo tambalearse el sistema financiero, sometido de repente a una oleada de rescates públicos para evitar un efecto contagio de consecuencias fatales, El Ibex no fue ajeno al temporal: ese año sufrió su mayor desplome hasta ahora, un 39,4%. Era el inicio de una década y media mucho menos boyante, atravesada también por la crisis de deuda con epicentro en Grecia y réplicas en España, Portugal, Irlanda y Chipre. Si en la primera mitad de vida cerró cinco años con pérdidas, en la segunda la mayoría de edad se le atragantaría, con ocho ejercicios en números rojos, el último 2020, cuando la pandemia le hizo retroceder un 15% en doce meses y sufrió su mayor descalabro en una sola jornada, la del 12 de marzo, cuando se desplomó un 14,06% —su mayor subida en una sesión fue del 14,43% en 2010 tras acordar la UE y el FMI un fondo de rescate para los países del euro— .
Según Bolsas y Mercados Españoles (BME), más de 60 empresas han pasado por el Ibex en estos 30 años. En sus comienzos, Telefónica era la empresa más valiosa por capitalización. Hoy es la novena, y su testigo lo ha recogido Inditex. Pese al mediocre comportamiento del índice desde la crisis financiera, BME calcula que ha proporcionado una rentabilidad anual del 4% de media desde sus inicios —el 8% si se tienen en cuenta los dividendos—. Y se ha revalorizado un 226% en estas tres décadas, el doble que la inflación. Eso sí, según el momento del ciclo en el que entraran, los inversores pueden contrar historias muy diferentes sobre cómo han evolucionado sus ahorros.
Se dice que las Bolsas anticipan el comportamiento de la economía y son un reflejo de sus fortalezas y debilidades. De ser así, en su retrato no dejan en buen lugar la salida española de las dos crisis que han marcado el siglo, la Gran Recesión y la Gran Reclusión. El Nasdaq tecnológico estadounidense, propulsado por gigantes como Apple, Google, Facebook y Amazon, vive una nueva edad de oro, y vale casi ocho veces más que en su pico previo a la crisis financiera; el Dow Jones está más de un 160% por encima; el Dax 30 alemán vale más del doble, y el CAC 40 francés está casi un 20% por encima. Mientras tanto, el Ibex 35, carente de valores tecnológicos, y lejos ya de los sueños inmobiliarios que alimentaban el sorpasso a Alemania, se deja más de un 40% en ese periodo.