La crisis energética empaña el optimismo de las empresas españolas sobre la recuperación
Una encuesta de la Cámara de España destaca la preocupación por las tensiones inflacionistas y el aumento de los costes laborales
Las empresas españolas vuelven a mostrarse optimistas sobre las perspectivas de la economía y la evolución de sus propios negocios tras la incertidumbre y el descenso de actividad originada por la pandemia, según el Estudio de Clima Empresarial de la Cámara de Comercio de España. No obstante, muestran una creciente preocupación por amenazas como los precios de la energía y las...
Las empresas españolas vuelven a mostrarse optimistas sobre las perspectivas de la economía y la evolución de sus propios negocios tras la incertidumbre y el descenso de actividad originada por la pandemia, según el Estudio de Clima Empresarial de la Cámara de Comercio de España. No obstante, muestran una creciente preocupación por amenazas como los precios de la energía y las consecuentes tensiones inflacionistas y el aumento de los costes laborales que pueden afectar y perjudicar la recuperación, según ha destacado el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet.
Ante eso, el líder cameral ha destacado que “el estado de opinión empresarial aconseja ser extremadamente prudentes en las decisiones de política económica para no dañar la recuperación que claramente está en marcha, pero no consolidada; cualquier política tiene que tener especial prudencia”. Bonet, que ha destacado la oportunidad que ofrecen los fondos europeos y el escaso conocimiento que tiene la empresa española de ellos, ha hecho hincapié en la necesidad de transformación de la empresa, que pasa por la mejora constante en digitalización, innovación e internacionalización (“la empresa que no se reinvente desde la digitalización quedará fuera de juego”), así como por la colaboración público-privada y la formación, otro de los eslabones que, a su juicio, hay que fortalecer porque “existe un desajuste entre la necesidad y lo que ofrece el sistema”.
Según el estudio, elaborado por Sigma Dos sobre un universo de 2.150 empresas de seis empleados o más entre el 23 de agosto y el 22 de septiembre (es decir, con el impacto de los precios de la electricidad), el 72,7% de las empresas cree que la actividad económica mejorará mucho o levemente en 2022 frente a un 22,3% que considera que habrá un empeoramiento el próximo año. El sentimiento positivo crece a medida que aumenta el tamaño de la empresa y se percibe especialmente en la industria y la hostelería.
Los empresarios consultados coinciden en mostrarse preocupados por los efectos que el incremento en los costes energéticos y de las materias primas, los costes laborales y los precios de consumo pueden tener tanto en la evolución económica general como sobre su propia actividad. En ese sentido, el 86,3% considera que los costes de la energía y las materias primas van a encarecerse en alguna medida, el 78,2% que habrá más inflación y el 63,2% que aumentarán los costes laborales. Por el contrario, el 65,9% cree que habrá mejora en el empleo, la mitad que lo hará el consumo y el 47% la inversión empresarial.
Son precisamente los elevados precios de la energía y las materias primas, la principal dificultad identificada que afrontan la mayoría de las empresas (47,5%). Le siguen los costes laborales (24,9%) y la escasez de demanda (21,9%). En el momento de realizar la encuesta, solo el 20,6% de las compañías reconocía tener problemas de aprovisionamiento y el 4,1% aseguraba no tener ninguna dificultad.
A nivel general, las empresas del sector industrial son las más optimistas, con previsiones de mejora de la actividad económica, el empleo, el consumo y la inversión. Desde el punto de vista de los costes, las empresas de todos los sectores esperan una evolución negativa, destacando el saldo negativo de las pertenecientes al sector comercial en cuanto a la evolución de los costes de las materias primas y la energía. Sobre formación, el 78,8% de las empresas confiesa tener problemas para contratar personal adecuado. Por otro lado, más del 76% (es decir, queda un 24%) considera que la digitalización es importante para mejorar su competitividad y el 67% de las empresas reconoce no estar internacionalizada.
Desconocimiento de los fondos UE
El estudio revela que solo el 40,6% de los encuestados conocen los fondos Next Generation EU y menos de una tercera parte (el 27%) sabe cómo acceder a ellos. La tasa varía dependiendo del tamaño de la empresa, con mayor conocimiento entre las de más de 250 empleados (53,4%), y por sectores productivos: los conocen el 42,2% de las empresas del sector comercio y el 41,7% de las industriales. Quizá por ello, solo tres de cada 10 empresas tienen intención de solicitarlos, especialmente las grandes (41,2%) y las de hostelería (43,4%). La opinión mayoritaria entre las empresas (un 61,8%) es que los fondos NextGen van a beneficiar sobre todo a las grandes empresas y siete de cada 10 consideran que deberían ir acompañados por una agenda efectiva de reformas impuestas por la Unión Europea.
Al respecto, Bonet ha reseñado que “habrá que hacer esfuerzos de sensibilidad para que las pymes no pierdan comba; es una oportunidad, pero tienen que jugar el partido todas las empresas, no solo las grandes”. En ese punto, destacó que las Cámaras tienen que aprovechar la capilaridad que da contar con 85 organizaciones en toda España y su experiencia en la gestión de fondos europeos, así como la invitación a la Administración para que ponga el foco en las empresas como motor del sistema.