La economía española se contrajo un 0,4% en el primer trimestre, una décima menos de lo previsto
El consumo de los hogares cayó un 0,6% y la inversión retrocedió un 0,2% por los efectos de la tercera ola y el temporal Filomena
La economía española cayó un −0,4% trimestral entre enero y marzo, según ha confirmado este jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata de un dato ligeramente mejor que el −0,5% que se había avanzado inicialmente en abril. Después del fuerte rebote que se vivió con la reapertura de la actividad durante el tercer trimestre del año pasado y el estancamiento que se registró en el último trimestre de 2020, el PIB volvió a experimentar un retroceso en el arranque del a...
La economía española cayó un −0,4% trimestral entre enero y marzo, según ha confirmado este jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata de un dato ligeramente mejor que el −0,5% que se había avanzado inicialmente en abril. Después del fuerte rebote que se vivió con la reapertura de la actividad durante el tercer trimestre del año pasado y el estancamiento que se registró en el último trimestre de 2020, el PIB volvió a experimentar un retroceso en el arranque del año. La recuperación se interrumpió por varios factores: la vuelta a las restricciones tras el repunte de los contagios por las vacaciones de Navidad; una tercera ola de la pandemia que además también golpeó con fuerza a socios comerciales como Francia y Alemania; el impacto que tuvo el temporal Filomena a principios de enero, y el desabastecimiento de la industria por la falta de semiconductores, que ha obligado a las fábricas con componentes electrónicos, incluido el automóvil, a ralentizar su producción.
Todas estas circunstancias hicieron que en enero y febrero la actividad se deteriorase en todos los indicadores. Sin embargo, desde marzo los datos más actualizados están recuperándose con fuerza: el alivio de las restricciones conforme se avanza en la vacunación ha provocado una mejora robusta de la afiliación a la Seguridad Social, el número de trabajadores en ERTE, los indicadores de movilidad, el consumo de electricidad y combustibles, las exportaciones o las encuestas de confianza. En estas últimas se ve una importante expansión en la industria y una recuperación de los servicios, aunque estos últimos todavía no estén en terreno positivo. Por ejemplo, las cifras más recientes de consumo de combustibles siguen un 10% por debajo que antes de la pandemia. Todo ello ha llevado al Banco de España a revisar al alza sus previsiones de PIB hasta un rebote del 6,2% este año y un 5,8% el siguiente. Que la recuperación de este año sea más o menos vigorosa dependerá en buena medida de la evolución del turismo en función de los progresos en la vacunación; de cuánto se tirará este año del ahorro acumulado durante la pandemia para propulsar el consumo, y de la velocidad en la ejecución de los fondos europeos.
Según las estimaciones del organismo supervisor, los niveles de actividad perdidos con la covid no se recuperarán hasta el último trimestre de 2022. Con los datos conocidos hoy todavía falta un 9,32% para recobrar los niveles de producción perdidos desde finales de 2019, una cifra similar a todo lo que se destruyó durante la anterior crisis financiera entre 2008 y 2014.
La crisis desencadenada por la pandemia ha sido una de las más rápidas y profundas de la historia reciente de España. Las limitaciones a la movilidad provocaron que el año pasado el PIB se desplomase un 10,8%, el mayor hundimiento registrado desde principios del siglo pasado. Habría que remontarse al inicio de la Guerra Civil para encontrar un batacazo mayor. Ahora la variación interanual del PIB se sitúa en el −4,2%, frente al −8,9% del trimestre precedente.
Entre enero y marzo, en una coyuntura marcada por las restricciones, el consumo de los hogares se hundió un 0,6% trimestral. La inversión cayó un 0,2% por la construcción. De hecho, la inversión en bienes de equipo y otros subió un robusto 1,5%. Y el consumo de las Administraciones retrocedió un 0,1% tras haber registrado fuertes incrementos para responder a la pandemia, sobre todo con gasto sanitario y en educación. Desde que estalló la covid, el consumo público ha escalado un 4,3%. Las exportaciones se desplomaron un 1,4% en el primer trimestre, y las importaciones, un 1,3%.
Por sectores, la agricultura perdió un 2,9% trimestral; la industria, un 2,3%, y la construcción se hundió un 4,3%, una cifra que parece sorprendente dado que la afiliación en la construcción se comportó bastante bien, explica María Jesús Fernández, analista de Funcas. Solo aguantaron los servicios, con un repunte del 0,3% impulsado por un crecimiento del 1,2% en la rama de comercio, transporte y hostelería. Este aumento se debe al comercio y el transporte, ya que la hostelería seguía restringida por las limitaciones a la movilidad y la caída del turismo del primer trimestre, señala María Jesús Fernández.