Mercados: esperando al Barbero de Sevilla
El aplazamiento de la normalización monetaria comienza a tomar tintes de ópera bufa. Ha llegado el momento “Largo al Factotum”: a pesar de las palabras, Powell no va a demorar más el cambio de rumbo de la Fed
Esta semana ha estado marcada por varias intervenciones de miembros de la Fed rechazando un endurecimiento cercano de las condiciones monetarias en EE. UU. Su vicepresidente, Clarida, enfriaba las expectativas sobre el tapering con un rotundo: “aún queda tiempo para comenzar a hablar de cuándo hablar de la retirada de estímulos”. Zanjaba así las presiones que genera la subida de la inflación hasta el 4,2%.
Su empecinamiento por mantener un tono suave ...
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Esta semana ha estado marcada por varias intervenciones de miembros de la Fed rechazando un endurecimiento cercano de las condiciones monetarias en EE. UU. Su vicepresidente, Clarida, enfriaba las expectativas sobre el tapering con un rotundo: “aún queda tiempo para comenzar a hablar de cuándo hablar de la retirada de estímulos”. Zanjaba así las presiones que genera la subida de la inflación hasta el 4,2%.
Su empecinamiento por mantener un tono suave contrasta con las palabras de Yellen, la secretaria del Tesoro que, hace pocos días, decía que los tipos de interés tendrían que “comenzar a acomodarse para evitar un recalentamiento de la economía”, aunque horas más tarde se desdijo. ¿Tuvo realmente un desliz incontrolado quien lideró la Fed durante 4 años y sabe de la repercusión de cada uno de sus comentarios?
Con una economía en plena recuperación y las bolsas en máximos, la Reserva Federal estira el chicle. El proceso de desescalada de los mayores estímulos de la historia –compras de 1,4 billones de dólares anuales- comienza a tener los tintes cómicos de una ópera bufa.
A pesar de tanta escenificación, en esta aria ha llegado el momento Largo al Factotum. Sí, la han oído mil veces: cuando en el Barbero de Sevilla, en el primero acto llaman al barbero Fígaro, que es el Factotum, el que lo soluciona todo. En esta ocasión no se trata de una historia de amor, pero a Powell –el barbero-, le va a corresponder arreglarlo todo. Entre julio y agosto, dará un giro y anunciará la reducción de los programas de compra de bonos.
El momento no es fácil. Igual que los barítonos que interpretan a Fígaro se las ven y se las desean para navegar entre constantes tresillos en un allegro vivace, el presidente de la Fed debe acertar en el momento, mostrando planificación y anticipación para no sorprender a los mercados. Deberá, además, dejar claro que, tras el anuncio, la retirada será solo gradual, que, seguramente, no se iniciará hasta comienzos del próximo año y que la primera subida de tipos se demorará hasta bien entrado 2022.
Pero Powell debe actuar ya si quiere seguir contando con la confianza de los mercados y demostrar que controla la situación mientras la inflación repunta. La paciencia se les podría agotar, teniendo en cuenta que otros bancos centrales, como el de Canadá, Noruega e Inglaterra, han comenzado ya a cambiar su mensaje, que la presión sobre la inflación, aunque no será estructural, no remitirá pronto y que la menor recuperación del mercado laboral de abril no debería durar mucho. Los subsidios de emergencia, que al parecer han desalentado las ganas de trabajar, terminarán en 21 estados el próximo mes mientras la gran reapertura, con un 50% de vacunados, avanza.
En el Barbero de Sevilla, Fígaro, mediante enredos, al final consigue convencer a Bartolo para que permita que el conde de Almaviva se case con su amada Rosina. No se dejen enredar con dulces palabras. La FED va a cambiar ya su discurso y hay que estar preparados comprando sectores cíclicos, como el financiero, que será uno de los más beneficiados.
Joan Bonet es director de estrategia de Mercados en Banca March