Sopla viento de cara para las energías renovables en Bolsa
El sector estrella de los últimos años sufre en 2021 caídas generalizadas, mientras varias compañías posponen su llegada al parqué
Lo lógico con la victoria en Estados Unidos del demócrata Joe Biden y los planes de reducción de emisiones que supone la electrificación de la economía es que las empresas de renovables (fotovoltaica termosolar, eólica, biomasa…) hubieran seguido su febril andadura en Bolsa con alzas de precios y aparición de nuevas compañías en los índices. Pero no. Este año, como dice Norbert Rücker, director de Economía e Inv...
Lo lógico con la victoria en Estados Unidos del demócrata Joe Biden y los planes de reducción de emisiones que supone la electrificación de la economía es que las empresas de renovables (fotovoltaica termosolar, eólica, biomasa…) hubieran seguido su febril andadura en Bolsa con alzas de precios y aparición de nuevas compañías en los índices. Pero no. Este año, como dice Norbert Rücker, director de Economía e Investigación del banco suizo Julius Baer, “los mercados financieros van en contra de la agenda política”. La energía limpia ha bajado en Bolsa de media un 25%, mientras que las compañías productoras de petróleo han subido alrededor del 35% desde el pasado enero. Por eso, Rücker sentencia que “la paciencia parece una virtud en estos días a la hora de invertir en temas de transición energética”.
En España también se han desvanecido muchas expectativas que apuntaban a una salida masiva de renovables al mercado. Capital Energy y Opdenergy se han echado para atrás en sus estrenos en Bolsa después de que otra renovable, Ecoener, se bautizase la pasada semana con una caída del 15% sobre su precio de colocación de 5,9 euros (ahora cotiza en 5,76 euros). Las nubes se han instalado sobre las renovables, como evidencia también el mal comportamiento de las acciones de Solaria (-35%), Grenergy (-36%), Soltec (-41%), Solarpack (-32%) o Greenalia (-24%) en lo que va de año.
Pero estas caídas tan contundentes han estado precedidas de años muy buenos, de euforia, de burbuja, dicen algunos analistas. “El pasado año, el sector tuvo un comportamiento bursátil excelente, ya que había una gran demanda de este tipo de valores para la inversión sostenible (ESG) por parte de los fondos y, al haber poca oferta, los precios se dispararon. Este año, el alza de tipos les afecta negativamente tanto al valorarlas como por ser, en general, compañías muy endeudadas”, explica Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.
Al tratarse de un sector de fuerte crecimiento, los inversores están dispuestos a pagar elevados múltiplos en relación con sus beneficios actuales, esperando que estos crecerán con rapidez. Es el caso de Solaria que, a sus niveles actuales, ofrece un PER (número de veces que el precio contiene el beneficio por acción) de 60 veces, mientras que en Grenergy es de 40 veces. Niveles muy elevados (aunque ajustados con las recientes caídas) si se comparan con un Ibex 35 que cotiza a 16 veces los beneficios de sus empresas. Solaria, la más grande entre las renovables de nuevo cuño, ganó el pasado año 30,4 millones de euros con un crecimiento del 27%; Audax, 26 millones (+4%); Grenergy, 15 millones (+38%); Solarpack, 10,4 millones (+14,4%), mientras que Soltec perdió 4,9 millones en un año marcado por la covid-19.
Rafael Bonardell, analista de Intermoney, considera que sí hay una burbuja en este sector. En los recientes intentos de salida a Bolsa, “algunas de las propuestas se hacen con un horizonte de producción de megavatios para 2030 y ahora el inversor prefiere aquellas que tienen una historia de producción detrás”. También avisa de problemas técnicos: “No puedes electrificar toda una economía con renovables a no ser que haya un desarrollo importante en las baterías que permitan acumular la energía generada”, matiza.
La prueba del algodón
En esta misma dirección se explica el analista de Renta 4, Luis Padrón de la Cruz, que considera que las renovables deben demostrar que pueden crecer, ser rentables y conseguir financiación para sus proyectos. “El interés por estas compañías va desde los megavatios operativos, megavatios en construcción y cartera con más del 90% de posibilidad de ejecutarse… hasta ir reduciendo ese porcentaje. También conocer la trayectoria de los gestores de esas empresas y su experiencia. Y, además, en este sector la tecnología avanza a gran velocidad y siempre puede dar sorpresas positivas; una reciente son las instalaciones eólicas flotantes que abaratan mucho el coste de producción”, indica.
Los analistas ven con buenos ojos la entrada en Bolsa de renovables de mayor tamaño. Además de Iberdrola o de productores de generadores como Siemens Gamesa, en este primer semestre Acciona sacará a Bolsa su división renovable. Para el próximo año, queda en la lista de espera Repsol Renovables, que además necesita desarrollar o adquirir más cantidad de megavatios. Esta misma semana comenzaba la construcción de una gran planta eólica en Aragón con 860 megavatios de potencia.
En plena tormenta de estas empresas, el director de inversiones de Mutuactivos, Emilio Ortíz, señala que el 15% de la cartera de Mutuafondo España y el 10% de Mutuafondo Bolsa Europea están invertidos en energías renovables. Aparte de las alzas en tipos de interés, Ortíz apunta a un exceso de optimismo en el sector y a que no todas las compañías van a ser capaces de sacar adelante los proyectos prometidos. “Si sumamos los objetivos de instalación de las compañías cotizadas y no cotizadas, el resultado supera ampliamente el objetivo marcado por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima ya en 2025”. El gestor de Mutuactivos considera que representan una megatendencia de futuro. “Nos planteamos este tipo de inversiones a largo plazo, siempre buscando buenos equipos de gestión y proyectos de inversión creíbles”, afirma. Grenergy, Solarpack, Solaria, Red Eléctrica, Enagás (ligado al transporte de hidrógeno) o la portuguesa EDPR (eólica) forman parte de las carteras que gestionan.
Lamberto Camacho, consejero de la renovable Ibox Energy —firma que aún no ha tomado la decisión de acudir a los mercados de valores— opina que existe una especulación consustancial con el sector. “El Gobierno aprobó una ley en julio del pasado año para frenar el proceso especulativo que tuvo lugar con los puntos de acceso y conexión. Ese proceso especulativo es consecuencia del propio éxito del mercado y de la rentabilidad que muestra un sector con un crecimiento cada vez más sólido. Y es el propio mercado quien reacciona contra los casos de ineficiencia”, concluye.
Un estreno muy esperado
Acciona ya ha recibido el visto bueno de sus accionistas para sacar a Bolsa el 30% de su filial Acciona Renovables, cuya valoración se fija en torno a los 10.000 millones de euros. Nada que ver con el tamaño de las empresas verdes que ya están en el mercado y que encabeza Solaria, con 1.900 millones de valor bursátil. El viernes de la pasada semana, Acciona presentaba a los analistas los datos más relevantes de la nueva compañía que es la generadora del 80% de los beneficios del grupo.
Actualmente, cuenta con 11.000 megavatios de potencia y aspira a elevar esta cuantía a 20.000 megavatios en 2025 y alcanzar los 30.000 en 2030. Además, en su carta de presentación apunta a una buena retribución a los accionistas a los que repartiría en torno al 50% de su beneficio anual. La entrada de la firma constructora y de servicios Acciona en el mundo de la energía se produjo en 2007 como aliado del grupo italiano Enel en la Oferta Pública de Adquisición (OPA) lanzada sobre Endesa. Un viaje conjunto entre la firma controlada por la familia Entrecanales y la eléctrica pública italiana que acabó en 2009 con el pago de 8.200 millones de euros en efectivo y el parque eólico de Endesa que contaba con 2.105 megavatios. Un asalto al mundo de la energía que fue tendencia en aquellos años para el sector constructor.