Blindarse a las chapuzas al instalar paneles fotovoltaicos en casa
Los chalés que mejoren la eficiencia energética tendrán acceso a las ayudas europeas. El sector crea un sello de calidad para instaladores
El sol brilla con más intensidad en España. Motivos no le faltan. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía española contempla subvenciones de calado a las viviendas que mejoren la eficiencia energética y no solo serán comunidades de propietarios, sino también unifamiliares que instalen, por ejemplo, paneles fotovoltaicos, según confirman desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Además, el número de propietari...
El sol brilla con más intensidad en España. Motivos no le faltan. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía española contempla subvenciones de calado a las viviendas que mejoren la eficiencia energética y no solo serán comunidades de propietarios, sino también unifamiliares que instalen, por ejemplo, paneles fotovoltaicos, según confirman desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Además, el número de propietarios que colocaron estos equipos en los tejados de sus casas ha registrado cifras de récord en el último año. Y eso ha disparado la demanda de instaladores de placas solares.
El bum solar es bienvenido, aunque ha puesto en evidencia la falta de calidad de algunas instalaciones y la mejorable formación de algunos técnicos. “El defecto más frecuente es el de no evitar las sombras parciales, por ejemplo, por una antena. Se puede perder hasta un 50% de rendimiento”, señala Jorge Morales, director de Próxima Energía. También se están dando algunos problemas por una mala fijación a los tejados, lo que puede provocar que salgan volando con una racha de viento. En otros casos, están generando goteras.
Para evitar que se repitan las chapuzas que se hicieron con la colocación de paneles solares térmicos desde 2006 (por mala ejecución y falta de mantenimiento), la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) acaba de crear un sello de calidad para instaladores, por el que se establece un sistema de certificación que garantiza a los consumidores que las instalaciones de autoconsumo fotovoltaicas se realizan de acuerdo con las reglas definidas por un comité de expertos del sector.
Preocupa la falta de experiencia en un “sector que está generando mucho empleo y en el que muchas empresas son de nueva creación”, señala José Donoso, director general de la UNEF. “Queremos que los técnicos tengan la formación adecuada, que hagan exámenes para darles certificados homologados”, añade Donoso. En la patronal dicen que este sello nace como respuesta a las necesidades del sector en un escenario en el que las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico están experimentando un incremento muy elevado.
En España se instalaron 596 megavatios de nueva potencia fotovoltaica en instalaciones de autoconsumo en 2020, un 30% más respecto a 2019, según los datos de la UNEF. Tras casi cuatro décadas de tímidos avances, el autoconsumo residencial da el gran salto y lo hace en el año de la pandemia. La sorpresa ha sido el crecimiento en el sector de la vivienda, “que ya supone el 20% de cuota y que ha pasado de 40 megavatios a más de 100 en un año”, dice José Donoso. Una tendencia que “ha seguido en los tres primeros meses del año”. “Ha sido la gran sorpresa, no estaba previsto y se ha debido a que la gente que no se ha visto perjudicada en su trabajo ha ahorrado dinero para montar la instalación, que cuesta, de media, entre 4.000 y 6.000 euros. Además, cada vez más ciudades aplican desgravaciones fiscales en el IBI”, argumenta el director general de la UNEF.
El principal cliente del autoconsumo doméstico son chalés con una potencia de instalación menor o igual a 100 kilovatios que usan la compensación simplificada —el excedente se compensa en la factura de luz al precio acordado con la comercializadora—. En cambio, el autoconsumo compartido en comunidades de propietarios tiene un peso poco significativo. De momento. Es previsible que este segmento crezca con las subvenciones de los fondos europeos y la próxima reforma de la ley de propiedad horizontal para facilitar los acuerdos por mayorías.
Las empresas de gran distribución han visto la oportunidad y han entrado en la batalla por hacerse con el mercado de placas fotovoltaicas firmando acuerdos con eléctricas y comercializadoras. Es el caso de El Corte Inglés, Fnac, Leroy Merlin, Ikea o MediaMarkt. Ikea se asoció a principios de marzo con Contigo Energía para ofrecer soluciones llave en mano para la energía solar doméstica.
La colección se presenta en dos modalidades para ajustarse a todas las tipologías de casas y bolsillos: una de hasta 340 vatios de potencia pico por panel y otra con 390 vatios por panel y optimizadores que hacen que el sistema sea un 10% más eficiente. Los ahorros pueden alcanzar hasta el 50% de la factura energética. “La inversión va desde los 4.000 hasta los 12.000 euros”, dijo Qi Kai Sheng, responsable de sostenibilidad de Ikea España, en unas jornadas organizadas por la UNEF. “Para una vivienda pequeña son suficientes tres o cuatro y para casas más grandes con coche eléctrico se precisan 12 paneles”, añade. La mayoría de las instalaciones colocadas hasta ahora lleva entre seis y diez placas.
Ikea prevé una cuota de mercado del 7% para el 2024 y poder llegar a miles de hogares en un futuro cercano. “Ya hemos comprobado que ha despertado un gran interés en el consumidor y teniendo en cuenta que, debido a la pandemia, la gente pasa más tiempo en el hogar, podría esperarse una venta incluso por encima de nuestras previsiones”.
Inversión rentable
Cada vez son más los propietarios que ven estas instalaciones como una inversión rentable y duradera —la vida útil es de 20 años—, y no como un gasto. Para conocer la rentabilidad de cada equipo es esencial hacer un “análisis personalizado, porque depende de muchos factores: a qué hora consumes, la orientación del tejado o las sombras. En unos casos será del 4% y en otros del 20%”, dice Jorge Morales, de Próxima Energía. Morales explica el cálculo hecho a un potencial cliente en Roquetas de Mar (Almería). La rentabilidad de la instalación de 14 paneles es del 13,1% y el coste a desembolsar suma 7.990 euros. El ahorro estimado en la factura de la luz durante 25 años es de 27.425 euros. El autoabastecimiento llega, en este caso, al 43%.
El sector camina más liviano sin el impuesto al sol, que se eliminó en 2018. Ahora la traba administrativa más importante para el impulso del autoconsumo es la licencia de obra que piden las comunidades autónomas, algo que puede prolongarse de seis a ocho meses. La semana pasada la UNEF consiguió que Navarra eliminase la licencia de obras. Ya son 11 las comunidades autónomas que lo han hecho. Faltan Madrid, Murcia, La Rioja, País Vasco, Cantabria y Asturias.
Aunque hay otra piedra en el camino y no menos importante: España es uno de los países con el coste fijo de la factura de la luz más alto, del 40%, frente a la media Europa que es del 23%. Jorge Morales añade dos más: “Las lagunas normativas y los distintos procedimientos entre comunidades autónomas y el excesivo celo de las compañías distribuidoras, que tardan dos meses en activar la compensación simplificada”.