El acuerdo del Brexit no deja a todos los sectores contentos
En España, la industria automovilística y hortofrutícola saludan el pacto mientras en la pesca se habla de “día negro”
El acuerdo de libre comercio al que llegaron el día de Nochebuena la Comisión Europea y el Reino Unido para un Brexit civilizado atenúa los efectos económicos de la salida del país de la UE a partir del 1 de enero, pero sigue teniendo muchas consecuencias comerciales y burocráticas para las empresas española...
El acuerdo de libre comercio al que llegaron el día de Nochebuena la Comisión Europea y el Reino Unido para un Brexit civilizado atenúa los efectos económicos de la salida del país de la UE a partir del 1 de enero, pero sigue teniendo muchas consecuencias comerciales y burocráticas para las empresas españolas, y deja a unos sectores aliviados como el automovilístico y el hortofrutícola mientras que otros como el pesquero lo consideran funesto.
El Reino Unido es en el quinto socio comercial para España, solo por detrás de Alemania, Francia, Italia y Portugal, con un volumen anual de importaciones españolas de 20.000 millones de euros, y el segundo destino de la inversión directa que alcanza cerca de 85.000 millones, un importe que podría mermarse en función de los aranceles y otras barreras que se establezcan a los productos españoles.
Aunque las exportaciones crecieron un 3,6% en 2019 respecto al año anterior, las ventas al Reino Unido ya han caído un 2% desde que en 2016 los británicos votaron a favor de abandonar la UE. Entre enero y octubre de 2020, las exportaciones al mercado británico han descendido un 18,2% interanual, hasta 13.668 millones.
Más exigencias aduaneras, fiscales y burocráticas
Cataluña y Madrid son las dos comunidades que más bienes venden al Reino Unido, seguidas por Andalucía, Comunidad Valenciana, Galicia, País Vasco y Aragón. Los automóviles, la fruta, las legumbres y las hortalizas son los bienes más vendidos, pero también metales preciosos, motores, electrodomésticos o medicamentos, entre otros.
Desde el 1 de enero los flujos de mercancías entre España y el Reino Unido dejarán de tener la consideración de operaciones intracomunitarias para pasar a estar sujetos a formalidades aduaneras y a la liquidación del IVA en el caso de las importaciones (las exportaciones están exentas), que suponen un volumen anual de 11.808 millones con datos de 2019.
El Reino Unido queda fuera no solo del mercado único sino de la unión aduanera de la UE, por lo que la normativa y los controles fronterizos que la UE exige a terceros países se aplicarán desde entonces al Reino Unido. Esto conllevará más burocracia para las empresas y ajustes en las cadenas de suministro. También habrá mayores trámites aduaneros y controles de las mercancías del Reino Unido que entran en la UE, con más demoras en las fronteras.
Vender o comprar bienes al Reino Unido implicará contar con un número identificador británico, presentar declaración en la aduana, proporcionar datos de protección y seguridad, obtener una licencia especial para determinados bienes o realizar trámites adicionales para el comercio de bienes sujetos a impuestos especiales (alcohol, tabaco o combustible).
El Reino Unido es el segundo destino, tras Estados Unidos, de la inversión exterior directa de España, con un stock acumulado de 84.647 millones. Son muchas las empresas españolas presentes en el mercado británico, que previsiblemente se mantendrán en el país, pero que podrían replantearse sus inversiones si el clima de negocios cambia y se alteran factores determinantes como la fiscalidad o la regulación laboral.
Aunque debido a que el acuerdo se cerró en la tarde del día Nochebuena, con los mercados cerrados, no ha habido reacciones oficiales de las distintas empresas, el pacto deja a unos sectores más satisfechos que a otros.
Entre los más aliviados está el del automóvil, que mueve tres millones de coches entre el Reino Unido y la UE que representan 54.000 millones de euros y otros 14.000 millones solo en componentes. El efecto en España es aún mayor, ya que la cuarta parte de las exportaciones españolas al Reino Unido son automóviles.
El acuerdo alcanzado este jueves prevé relaciones comerciales sin cuotas ni tarifas entre ambos bloques, que sin pacto habrían empezado a aplicar las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con aranceles del 10% para la automoción.
“Día negro” para la pesca
El hortofrutícola es otro de los sectores más afectados por la salida del Reino Unido de la UE: solo en frutas y verduras se facturan cerca de 2.000 millones de euros. El acuerdo anunciado este jueves evita que la exportación española de frutas y hortalizas frescas sea gravada con 198 millones de euros en derechos arancelarios, apuntan desde la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex). Sin acuerdo, esas exportaciones se hubieran visto gravadas con los derechos arancelarios correspondientes establecidos en la OMC, cuya cuantía varía por producto y periodo: un 16% en el caso del melocotón, un 14% en tomate, un 10% en lechuga o fresa, representando una media del 11,5%, según Fepex.
Pero no todos están tan contentos. La Confederación Española de Pesca (Cepesca) ha señalado que este jueves ha sido “un día negro para los pescadores europeos, sus familias y sus comunidades”. La flota española podrá seguir faenando en aguas británicas durante cinco años y medio, pero durante ese periodo se reducirán en un 25% sus actuales cuotas pesqueras. En aguas británicas faenan 88 barcos españoles, casi todos gallegos, que capturan al año unas 9.000 toneladas de pescado.
Empresas españolas
Ferrovial, ACS, Santander, Inditex o Telefónica son algunas de las compañías españolas con fuertes intereses en las islas Británicas. A pesar de que previsiblemente se mantendrán en el país, podrían replantearse sus inversiones si el clima de negocios cambia y se alteran factores determinantes como la fiscalidad o la regulación laboral.
Ferrovial destaca en el sector servicios, con la gestión de grandes aeropuertos, entre ellos el de Heathrow en Londres, el más importante del Reino Unido y uno de los principales hubs europeos. ACS también participa en proyectos para el tren de alta velocidad británico, en la autopista A-13 en Londres, y en la ampliación del puerto de Aberdeen, mientras que FCC tiene una filial de servicios y medio ambiente con más de 100 contratos con cerca de 60 ayuntamientos.
Iberia se encuentra en una coyuntura particular, ya que su matriz, IAG, integra también a British Airways y tiene parte del capital británico e incluso de terceros países, por lo que la salida del Reino Unido de la UE puede forzar cambios. La legislación actual exige que las aerolíneas europeas tengan al menos el 50% del capital en manos europeas.
También en este ámbito figura Aena, que tiene el aeropuerto londinense de Luton, mientras que en banca destaca la presencia del Santander y del Sabadell, este último a través de TSB. En el comercio minorista sobresalen las tiendas de Inditex y en energía, Iberdrola, a través de su filial Scottish Power y de importantes proyectos de inversión.
Telefónica mantiene uno de sus cuatro mercados principales en el Reino Unido, de donde proviene más de un 15% de su negocio a través de su filial O2, en tanto que Cellnex opera con más de 8.500 torres de telecomunicaciones, que prevé ampliar hasta las 14.700 en 2022.