Los indicadores adelantados apuntan a una recaída de la economía europea en el tramo final del año
La reimposición de medidas restrictivas para atajar la segunda ola del virus lastran la actividad en noviembre y proyectan un nuevo cierre en negativo en el cuarto trimestre
La recuperación completa no será posible hasta que no se pueda dar por zanjada la pandemia. El regreso de las restricciones a la movilidad en buena parte de la eurozona ha provocado un nuevo varapalo en los indicadores adelantados en noviembre, que apuntan ya a una nueva caída del PIB en el cuarto trimestre del año. La actividad del sector privado sufrió una “fuerte contracción” con la reimposición de las restricciones para tratar de frenar la expansión del virus, según los datos y la valoración publicados este lunes por la consultora británica ...
La recuperación completa no será posible hasta que no se pueda dar por zanjada la pandemia. El regreso de las restricciones a la movilidad en buena parte de la eurozona ha provocado un nuevo varapalo en los indicadores adelantados en noviembre, que apuntan ya a una nueva caída del PIB en el cuarto trimestre del año. La actividad del sector privado sufrió una “fuerte contracción” con la reimposición de las restricciones para tratar de frenar la expansión del virus, según los datos y la valoración publicados este lunes por la consultora británica IHS Markit. El golpe es, una vez más, especialmente significativo en el sector servicios, de largo el que peor lo está pasando en una crisis que se ceba sobre todo con los ámbitos económicos que más dependen del contacto físico entre personas.
La última lectura de los PMI —uno de los indicadores adelantados más populares para tomar el pulso a la economía—, deja poco margen para la duda en el bloque de la moneda única. “La economía de la zona euro se ha vuelto a hundir en un intenso declive en noviembre en medio de renovados esfuerzos para frenar las infecciones de la covid-19”, subraya Chris Williamson, economista jefe de IHS. Ese rápido deterioro, aun esperado en las últimas semanas por el aumento de las medidas restrictivas impuestas en Alemania, Francia, Italia o España, entre otros, “aumenta la probabilidad de que la zona euro registre una nueva contracción del PIB en el cuarto trimestre”.
Incluso con la vacuna ya en el horizonte, el frenazo en seco de la actividad en los últimos compases de 2020 es una mala noticia también para 2021: un mal desempeño en el cuarto trimestre implica, también, entrar con mal pie en el año que sigue marcado en rojo en la agenda de los analistas como el primero en la senda de recuperación. “Es un contratiempo significativo para la salud de la región y prolonga su periodo de recuperación”, completa Williamson. Según sus nuevas proyecciones, en 2021 la economía europea recuperará solo la mitad del terreno perdido en este aciago 2020.
El verano, cuando la economía parecía recuperar poco a poco la pujanza tras el hundimiento de la primavera, parece que se quedará en un breve espejismo hasta que el remedio traiga consigo un renacer definitivo de la actividad. Tras los malos datos cosechados en octubre, la lectura preliminar del PMI agregado arroja en noviembre el peor dato en medio año: 45,1 puntos frente a los 50 del mes anterior, ya claramente en terreno recesivo.
El golpe fue notablemente mayor en el sector terciario (41,3 puntos, frente a los 46,9 previos) que en el secundario (53,6 frente a 54,8), y dejó su huella sobre el empleo, con un ajuste generalizado en las plantillas de las empresas del que —entre las grandes economías del euro— solo escapó Alemania gracias a la fortaleza de su sector industrial. La dualidad económica, de nuevo, en su máxima expresión.
Los malos datos no son más que la constatación de algo que ya se intuía desde hace semanas. “Cuando la mayoría de economías de la eurozona cerraron bares y restaurantes, y Francia, Bélgica e Irlanda clausuraron toda la actividad comercial no esencial, estaba claro que la economía volvería a caer de nuevo en el cuarto trimestre”, apunta Bert Colijn, economista sénior para Europa del banco holandés ING. “Las cifras de octubre ya apuntaban a un debilitamiento, pero las de noviembre capturan el nuevo confinamiento parcial”.
Hay, sin embargo, dos elementos moderadamente positivos: la resistencia contra viento y marea de la industria, que se engancha a los buenos datos de exportaciones de Alemania para esquivar los números rojos, y la mejora del sentimiento empresarial al calor de los avances en el desarrollo de las vacunas: las expectativas del sector privado para los 12 próximos meses se han recuperado casi por completo en noviembre de la caída registrada en octubre. Aún quedan meses de crisis, en los que la labor prioritaria seguirá siendo mantener el tejido productivo lo más intacto posible para la recuperación. Pero algo de luz se intuye, por fin, en el horizonte.