El Banco de España alerta de que el efecto de la vacuna tardará en reflejarse en la actividad económica
Hernández de Cos avisa de que las previsiones del organismo podrían revisarse a la baja ante la segunda ola de contagios
En los últimos días han llegado noticias positivas desde el mundo de la ciencia: primero Pfizer y después Moderna han anunciado que sus vacunas contra la covid-19 tienen una efectividad del 90% y 94,5%, respectivamente, abriendo la puerta a que ya estén disponibles a principios de 2021. Aun así, el impact...
En los últimos días han llegado noticias positivas desde el mundo de la ciencia: primero Pfizer y después Moderna han anunciado que sus vacunas contra la covid-19 tienen una efectividad del 90% y 94,5%, respectivamente, abriendo la puerta a que ya estén disponibles a principios de 2021. Aun así, el impacto positivo sobre la economía tardará en llegar. “Las noticias más recientes sobre la disponibilidad de una vacuna para principios del año que viene son evidentemente positivas y, de confirmarse, deberían servir para mejorar la confianza y eliminar los escenarios económicos más negativos", ha dicho este lunes el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, quien sin embargo ha alertado de que “sus efectos sobre la actividad tardarán en percibirse”.
Durante su intervención en la Conferencia anual de la Asociación de Mercados Financieros, Hernández de Cos ha reiterado que la llegada de la vacuna no llegará a tener un efecto positivo al cierre de este año o inicios del próximo vista la actual situación sanitaria. Por ello, adelantó que el Banco de España podría recortar las previsiones para España en diciembre. “Las noticias sobre la segunda ola afectarán negativamente al cuarto trimestre del año y probablemente al primero del año que viene, por lo que podría haber una revisión a la baja”, ha señalado.
Hernández de Cos ha recordado que la economía de la zona euro ha entrado en una senda de recuperación después de las rígidas medidas de confinamiento aplicadas en primavera, que redujeron la actividad a los mínimos términos. Este avance está siendo sin embargo “parcial, desigual y frágil”, y sujeto a un “nivel elevado de incertidumbre”, sobre todo ante la segunda ola de contagios que está obligando a toda Europa a adoptar nuevas restricciones que vuelven a castigar el tejido productivo y que podrían tener un efecto arrastre el año que viene.
De hecho, ha alertado de que la última previsión del BCE de septiembre ―el escenario base apuntaba a una caída del PIB del 8% en 2020 y un repunte del 5% en 2021― “parece estar en entredicho”. Esos pronósticos se diseñaron sobre el supuesto de que la situación sanitaria no empeoraría en el corto plazo, pero la evolución de la pandemia está yendo en la dirección contraria.
El PIB del tercer trimestre de la zona euro fue un 4,3% inferior al del mismo periodo del año pasado, ha subrayado Hernández de Cos en su intervención, y España está siendo el país más rezagado entre las cuatro grandes economías de la moneda común. Pese a que la actividad repuntara un 16,7% entre julio y septiembre, sigue lejos de recuperar el terreno perdido. La actual situación sanitaria y las rígidas medidas adoptadas en distintas comunidades para frenar la expansión de los contagios auguran que el cuarto trimestre no será tan positivo como se esperaba.
Empresas zombis
Hernández de Cos ha añadido que una vacuna aseguraría la temporalidad de una expansión fiscal, con ayudas para empresas, cuyo peligro es que se prolongue durante demasiado tiempo y permanezcan empresas zombis ―que solo sobreviven gracias a las ayudas públicas aunque no sean viables―. Por ello, ha abogado por mantener los apoyos al tejido productivo, pero a través de una estrategia más selectiva. “La política económica debe ser quirúrgica”, ha detallado. Hace meses, tras el plan de choque lanzado por el Ejecutivo en primavera, ya había sugerido que se dejara que economía hiciera sus ajustes estructurales.
En este sentido, ha reconocido que los problemas de liquidez que están sufriendo varias empresas pueden convertirse en un problema de solvencia, y por ello ha defendido mecanismos de reestructuración de la deuda empresarial y una extensión de la moratoria concursal para seguir apoyando a las empresas viables. En cuanto a las políticas del BCE, Hernández de Cos ha señalado que debe seguir reforzando el programa de compras de activos y el plan de refinanciación a plazos más largos.