Unidas Podemos insiste en el “desmontaje absoluto” de la reforma laboral
La patronal de empresarios CEOE cree que no es momento de tratar la cuestión
Pablo Echenique habla de “desmontaje absoluto” de la reforma laboral del Partido Popular. Antonio Garamendi, de que con la pandemia todavía activa, no es el momento de tratar el tema. El primero, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, no tiene dudas de que no quedará nada del texto aprobado en 2012 durante el mandato de Mariano Rajoy. “Conozco bien a la ministra Yolanda Díaz”, afirmó confiado en el ...
Pablo Echenique habla de “desmontaje absoluto” de la reforma laboral del Partido Popular. Antonio Garamendi, de que con la pandemia todavía activa, no es el momento de tratar el tema. El primero, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, no tiene dudas de que no quedará nada del texto aprobado en 2012 durante el mandato de Mariano Rajoy. “Conozco bien a la ministra Yolanda Díaz”, afirmó confiado en el debate sobre los Presupuestos celebrado este jueves en el Congreso.
El segundo, presidente de la patronal de empresarios CEOE, cree que no es el momento de entrar en esa discusión: “de lo que hay que hablar es de cómo podemos salir a la calle y abrazarnos”, dijo antes de participar en un acto sobre el Corredor Mediterráneo en Valencia. “En estos momentos lo que hay que hacer es salvar la hostelería, el turismo, el comercio y hacer que la sanidad funcione para arreglar esto que tenemos encima”, añadió.
Las divergencias sobre el asunto entre el Ministerio de Asuntos Económicos encabezado por Nadia Calviño, y el de Trabajo, liderado por Yolanda Díaz, desveladas este jueves por EL PAÍS, son un foco de tensión en el Gobierno de Coalición. El documento Inversiones y reformas para un mercado laboral dinámico, elaborado por el Ministerio de Economía y la Oficina Económica de La Moncloa respalda la prevalencia de los convenios de empresa sobre los sectoriales en contra de lo que dice el acuerdo de coalición firmado por el PSOE y Unidas Podemos.
Eso haría que lo pactado en el seno de las empresas estuviera por encima de lo que se acordara entre sindicatos y patronales sobre salarios y jornadas de trabajo, reduciendo así el poder de negociación de los sindicatos. Entre estos, la postura de Calviño ha generado malestar. “La prevalencia del convenio de empresa sobre el de sector solo ha servido para que las grandes empresas (multiservicio) le hagan competencia desleal a las pymes rompiendo los suelos salariales. Apoyándola, Economía promueve un mercado con menos competencia”, señaló Carlos Martín Urriza, director del gabinete económico de Comisiones Obreras.
Para Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), el diagnóstico es muy diferente. “Es clave preservarla. Lo que ocurrió en la crisis de 2008 es que mientras caía el PIB y se destruía empleo, muchos convenios a nivel sectorial tenían pactadas subidas salariales. Eso es una disfuncionalidad equivalente a subir el precio a la fruta en un mercado donde la mercancía se pudre. Si una empresa en dificultades decía que había alcanzado un acuerdo con sus trabajadores sobre las condiciones laborales para sobrevivir, no lo podía aplicar directamente porque tenía prevalencia el pactado a nivel sectorial. Ahora, gracias a la reforma de 2012, si las empresas alcanzan un acuerdo con sus trabajadores pueden desviarse del sectorial, y esto les permite tener más flexibilidad y capacidad de adaptación si las cosas van mal para evitar los despidos o sobrevivir. Los ajustes se hacen vía precios o vía cantidades. Si eres rígido en salarios y condiciones laborales, acabarás despidiendo”, opina.