Powell sale de pesca

Mientras esperamos que los tipos de interés despierten, el inversor debe mantenerse en Bolsa

Bolsa de Madrid.Óscar Cañas (Europa Press)

A pesar de lo que pueda parecer, la pesca de trucha en río con mosca es una actividad que implica un fuerte desgaste físico. Imitar durante horas el movimiento del insecto, con una pequeña mosca artificial, luchando contra la corriente, requiere, además de una enorme dosis de paciencia, estrategia para emular el constante movimiento del díptero en el agua.

La gran afición a la pesca de Paul Volcker (el antecesor de Greenspan en la Fed, que consiguió doblegar la hiperinflación de comienzos de los 80), fue la excusa perfecta para que en 1982 la Reserva Federal de Kansas trasladara su simp...

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A pesar de lo que pueda parecer, la pesca de trucha en río con mosca es una actividad que implica un fuerte desgaste físico. Imitar durante horas el movimiento del insecto, con una pequeña mosca artificial, luchando contra la corriente, requiere, además de una enorme dosis de paciencia, estrategia para emular el constante movimiento del díptero en el agua.

La gran afición a la pesca de Paul Volcker (el antecesor de Greenspan en la Fed, que consiguió doblegar la hiperinflación de comienzos de los 80), fue la excusa perfecta para que en 1982 la Reserva Federal de Kansas trasladara su simposio anual de economía a Jackson Hole (Wyoming): un valle paradisíaco al borde de las Montañas Rocosas donde, además de hablar de política monetaria, se pudiera aprovechar los ratos libres para pescar.

Aunque este año la cita se ha celebrado telemáticamente (debido a la covid), Jerome Powell ha anunciado un giro histórico de la política monetaria, modificando su objetivo de inflación del 2%. A partir de ahora, en las partes más expansivas del ciclo, la Fed “aceptará temporalmente tasas de precios moderadamente superiores al 2%”, calculando una inflación media del 2%, que permita compensar con los larguísimos periodos en los que los precios están por debajo del 2%. En la práctica, supone instaurar una era de tipos a cero con la que tratará de animar el crecimiento y el empleo. Además, eludió cuantificar el objetivo de pleno empleo -que forma parte de su mandato-, guardándose margen de maniobra adicional y reflejando la visión de que el mercado laboral puede mantenerse fuerte sin causar repuntes excesivos de inflación, debido al actual aplanamiento de la curva de Phillips.

Aunque las palabras de Powell se produjeron alejadas físicamente de los ríos de Wyoming ¿no está el presidente de la Fed pescando con mosca en un río en el que ha cambiado la corriente? Ante la ausencia de inflación, lejos de las subidas de precios del 15% con las que Volcker tuvo que luchar, la decisión de Powell de dar prioridad al empleo frente a la inflación, es el colofón del expansionismo monetario de este río. Sin duda, una prueba más de paciencia teniendo en cuenta que la Reserva Federal ha sido incapaz de alcanzar de forma consistente su objetivo del 2% desde 2012, cuando lo introdujo.

En nuestro símil, la mosca son los tipos de interés más bajos de la historia, y el mayor programa de expansión monetaria de todos los tiempos. La Fed ha incrementado su balance del 19% a comienzos de año al 33% sobre PIB, implantado incluso un control de la curva de crédito, mediante la extensión de la compra de ángeles caídos en el segmento corporativo.

La conclusión de la jornada de pesca en Jackson Hole es clara: mientras que, con la paciencia del pescador, esperamos a que los tipos de interés comiencen a despertar de su letargo y las curvas de tipos a tomar empinamiento, como inversores, hemos de mantenernos en Bolsa frente a los bonos (sobre todo si son gubernamentales) y tener exposición a activos reales.

Joan Bonet Majó es director de Estrategia de Mercados de Banca March.

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