El empleo rebota con fuerza en julio: la afiliación crece en 161.000 personas tras el desplome por el confinamiento
El paro registrado baja en 89.849 desempleados, la mayor caída desde 1997, aunque el mercado laboral sigue aún muy lejos de los niveles precovid
El empleo ha rebotado con fuerza en julio. Ya en los dos meses anteriores se habían vivido avances sobre el desplome de marzo y abril, pero estas ganancias estaban muy lejos de lo que suele ser habitual en mayo y junio. Julio, en cambio, ha registrado unos números que mejoran con mucho los julios de años anteriores. La Seguridad Social ganó 161.217 afiliados de media. Y el paro, por su parte, se redujo en 89.849 personas, el mejor dato d...
El empleo ha rebotado con fuerza en julio. Ya en los dos meses anteriores se habían vivido avances sobre el desplome de marzo y abril, pero estas ganancias estaban muy lejos de lo que suele ser habitual en mayo y junio. Julio, en cambio, ha registrado unos números que mejoran con mucho los julios de años anteriores. La Seguridad Social ganó 161.217 afiliados de media. Y el paro, por su parte, se redujo en 89.849 personas, el mejor dato desde 1997, según los datos publicados este martes por los Ministerios de Trabajo y de Seguridad Social. Pero estas cifras no esconden que queda muchísimo empleo que recuperar para volver a las cifras de febrero, antes de la pandemia.
El verano ha comenzado y el mercado de trabajo está recuperando alguna de las constantes que suele mostrar en años que podrían calificarse de normales, entre ellas la estacionalidad del empleo veraniego. La hostelería, la sanidad y el comercio, las ramas de actividad que suelen ganar empleo los meses estivales, lo volvieron a hacer este julio. Y eso les sirvió para lograr una importante ganancia de cotizantes. En la serie de afiliación media solo hay una cifra mejor, la de 2005, aunque los números de ese año estuvieron muy condicionados por la regularización extraordinaria del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.
Pero, probablemente, una parte importante de este avance del empleo en julio se deba a contrataciones embalsadas durante los meses anteriores. En un ejercicio normal —sin pandemia— las empresas comienzan a hacer los contratos de temporada en marzo y abril, y el ritmo se acelera en mayo y junio. Es la mejor época para el mercado laboral. Eso no ha sucedido este año y ha sido en julio, mes en que España ya estaba plenamente fuera del estado de alarma, cuando empezaron a verse ciertas constantes del mercado de trabajo.
A primera vista, estos dos datos son buenos. Pero cabe un matiz muy grande: no son suficientes para recuperar todo lo perdido por la pandemia. Julio, con 18,78 millones de afiliados medios, todavía contó casi medio millón menos que en febrero, el último mes que podría considerarse precovid-19. Y si la comparación se hace con la cifra de hace un año, la distancia es de casi 750.000 menos que en el mismo mes del año anterior. El paro registrado, por su parte, cuenta con 3,77 millones de desempleados, 761.000 más que hace un año. “La situación de partida era muy mala y es lógico el rebote”, ha explicado el secretario de Estado de la Seguridad Social, Israel Arroyo.
Tampoco puede olvidarse que el impacto del coronavirus ha estado amortiguado por los ERTE y las ayudas extraordinarias a autónomos por cese de actividad. Ambas medidas han intervenido el mercado laboral y han sostenido empleo de forma masiva. Esto sirvió al secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, para reiterar uno de los argumentos más utilizados por el Ministerio de Trabajo estos meses: la destrucción de empleo ha sido mucho menor que la caída de la actividad, lo contrario que en crisis anteriores, y eso ha sido gracias a estos expedientes.
Sin ellos, la caída de la afiliación habría sido mucho mayor. Julio acabó con 1,18 millones de trabajadores afectados todavía por algún tipo de ERTE. Está cifra está muy lejos del máximo de finales de abril (más de 3,4 millones). Sin embargo, en julio bajó el ritmo con el que las empresas empiezan a recuperar a los trabajadores de estos expedientes. Si en junio la reducción fue de casi 1,2 millones, ahora la rebaja ha sido prácticamente la mitad, algo más de 600.000.
La cantidad de trabajadores en ERTE que volverán a sus puestos de trabajo será uno de los termómetros que servirá medir la continuidad de la recuperación apenas iniciada. En ella los rebrotes tendrán un papel clave y, según explicaron los dos secretarios de Estado en sus departamentos todavía no se ha visto que afecten en el mercado laboral. “No ha tenido una gran incidencia”, señaló Arroyo, advirtiendo que era una valoración preliminar y que hay que seguir observando los datos.
Tampoco lo habría hecho, por ahora, la decisión de países como el Reino Unido de aplicar una cuarentena preventiva a quienes regresen a su país desde España, lo que puede tener un impacto grande en el turismo y acortar la temporada, con el consiguiente impacto en el mercado de Trabajo.
El contraste de estos números con los de la encuesta de población activa (EPA) del segundo trimestre, que registró la destrucción de 1,1 millones de empleos entre abril y junio, obedece a varios motivos. Las cifras de este martes y la EPA conocida la semana pasada son estadísticas distintas y la fuente de sus datos también es diferente. Además, toman la temperatura del mercado laboral en momentos muy diferentes. La encuesta del INE lo hacía sobre el peor momento para la actividad por la pandemia: la EPA es una encuesta cuyo trabajo de campo se desarrolla durante 13 semanas —prácticamente toda la del segundo semestre se hizo durante el estado de alarma— y sus resultados se acercan más a lo que sucedía en el mercado laboral español a mitad de mayo que a finales de junio. Los datos de afiliación y paro son de julio, primer mes en el que no hubo estado de alarma ni un solo día desde que se decretó el 14 de marzo con las restricciones económicas correspondientes.
Otro de los elementos que refleja una cierta vuelta a la normalidad es la cifra de contratos de julio. Se supera con holgura los 1,5 millones y aunque es un dato mucho menor que el del mismo mes del año anterior (casi el 30%) también supone una vuelta al alto flujo de contratos que se firman todos los meses en España. Lo que no cambia, sin pandemia o con ella, es el bajo protagonismo de la contratación indefinida: apenas el 9% de esos contratos eran fijos.
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