“Nadie tiene una maestría en cómo enfrentar este bicho”
Benigno López, ministro de Hacienda de Paraguay, habla con EL PAÍS sobre cómo han logrado evitar hasta ahora las consecuencias más dramáticas del coronavirus, tanto en salud como en su economía
Paraguay camina en la dirección contraria a la mayoría de los países de la región. Mientras América Latina asume su posición como epicentro de la covid-19 en el mundo, el país ha logrado contener los contagios a niveles mínimos. Ha ido reabriendo gradualmente su economía desde principios de mayo y ya está viendo subir la actividad y el consumo. Los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año consideran que la contracción de Paraguay será de las menos dramáticas y que su crecimiento en 2021 será uno de los mayores en la región. El FMI, de hecho, prácticamente declaró la vi...
Paraguay camina en la dirección contraria a la mayoría de los países de la región. Mientras América Latina asume su posición como epicentro de la covid-19 en el mundo, el país ha logrado contener los contagios a niveles mínimos. Ha ido reabriendo gradualmente su economía desde principios de mayo y ya está viendo subir la actividad y el consumo. Los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año consideran que la contracción de Paraguay será de las menos dramáticas y que su crecimiento en 2021 será uno de los mayores en la región. El FMI, de hecho, prácticamente declaró la victoria para el país: “Paraguay le ganó a la pandemia y ahora busca crecimiento económico”.
En una pandemia, algunas de las características de Paraguay, incluyendo puntos débiles, se han convertido en ventajas. Es, a diferencia de sus pares en la región, un país poco dependiente del turismo. Al mismo tiempo, una depreciación de su moneda frente al dólar en los últimos meses ha vuelto sus exportaciones más atractivas. Es un país relativamente pequeño, con menos de siete millones de habitantes, lo cual hace más fácil manejar los contagios. Para lograrlo, el país cerró su frontera desde temprano, invirtió en pruebas de manera masiva desde marzo, rastreó los contactos que tuvieron los primeros infectados y estableció un confinamiento obligatorio.
El resultado es que, a la fecha, solo tienen 49 muertes y poco más de 5.300 casos confirmados, según las cifras oficiales. Su vecino al este, Brasil, lleva 92.475 muertes y más de 2,6 millones de contagios. Su vecino al norte, Bolivia, lleva 2.977 muertes y 76.789 contagios. Si el tiempo le da la razón a Paraguay, la lección será que nada funciona mejor que actuar rápidamente. Mantener los contagios a un nivel que el sistema de salud pueda atender le permite al Gobierno activar a la mayor cantidad de sectores económicos posibles, bajo reglas estrictas de uso de mascarilla obligatorio y distanciamiento social.
La crisis también desnudó las carencias más profundas de este país sudamericano, como las deficiencias del sistema de salud. Los apoyos de 548,000 guaraníes (80 dólares) a familias necesitadas —un subsidio establecido por el Gobierno en marzo— no alcanzaron a todos por igual debido al elevado porcentaje de informalidad, que representa el 70% de la economía, una de las tasas más altas de América Latina. A muchas de las familias que sí se beneficiaron del apoyo, no les alcanzó para cubrir los gastos en tecnología necesarios para que sus hijos pudieran continuar el año escolar desde casa, por lo que su educación está, por ahora, en el limbo. Además, los avances en la reducción de la pobreza de las últimas décadas se ven amenazados por la situación económica actual, complicada para todo el mundo.
Pregunta: El FMI estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de Paraguay se contraerá un 5% este año, pero rebotará en 6% en el 2021, por mucho uno de los pronósticos más optimistas en América Latina. ¿A qué se debe esto?
Respuesta: A la decisión que tomó el presidente de la República a principios de marzo, una decisión clave en cuanto a la contención del virus y al desarrollo paulatino de la circulación de este en la primera quincena de marzo, a un cierre total del país. Una cuarentena total que hizo que la pandemia fuera de alguna manera evitada en su tamaño de lo que ocurre en la región.
Obviamente, la decisión del presidente de preservar la vida tuvo un impacto en la economía como la tuvo en todo el mundo, donde nos hizo pensar en la escala de la emergencia de la que estábamos hablando, donde hemos generado recursos financieros necesarios para hacer frente a la crisis y a la necesidad del fortalecimiento del empleo, así como al fortalecimiento de la ayuda social a sectores vulnerables. Eso hace que hayamos podido caminar relativamente con cierto aire durante tres meses que duró esta emergencia y que aún continúa, pero de manera más atenuada. Hemos empezado a abrir la economía oportunamente en este último mes y medio, con un proceso de “cuarentena inteligente” que tiene exactamente la misma finalidad de seguir protegiendo la vida de los ciudadanos y empezar a mover la economía para que el impacto en el empleo y del desarrollo económico sea menor. De ahí que miramos con optimismo los números que nos dan multilaterales que están enfocados en Paraguay, como el FMI que señaló que sería el país con menos impacto en la economía en la región.
Hasta ahora las medidas económicas que se han tomado son las necesarias y estamos trabajando en un plan de recuperación económico que pensamos poner a consideración de la ciudadanía en los próximos días, que justamente contempla también una vigorosa inversión pública y privada en obra civil y vivienda. También una gran contención social necesaria para aguantar los próximos meses para aquellos ciudadanos que todavía no han recuperado el empleo y una formalización importante en la economía paraguaya. Nosotros hemos aprendido de esta pandemia que lo que nos ha hecho fuertes fueron las medidas responsables que se tomaron en la economía paraguaya en los últimos 15 o 20 años, que nos dieron una fortaleza financiera, fiscal y monetaria importante. Y también nos sacó a relucir las debilidades que son la informalidad alta que tiene la economía paraguaya, un débil capital humano y sistema de la salud y una educación que necesitará, de alguna manera, ser reinventada.
P: Brasil es uno de los socios comerciales principales de Paraguay, por lo que la relación entre ambos países es muy importante. Ahora mismo la frontera entre ambos países está cerrada como medida de prevención de contagios. ¿Cómo ve la evolución de esta relación con el país vecino?
R: Brasil, como bien dice, es uno de los socios más importantes estratégicamente. Es un vecino con el cual hemos tenido, en el último año, una muy buena relación y creemos que eso va a continuar. Estamos trabajando en un plan de fortalecimiento del sistema de comercio propio.
Estamos hablando con nuestros pares brasileros para ver qué salida podemos dar a la frontera, entendiendo que el negocio del comercio fronterizo es importante para Paraguay y tenemos que tratar de recuperar esa relación que está, lamentablemente, directamente relacionada con las decisiones propias de cada país en cuanto a su forma de enfrentar el virus.
Pero hemos tomado medidas tributarias arancelarias que están reduciendo el costo de la importación y de la exportación de los productos. Tratando de generar un sistema de reducción de costos que está en plena conversación con Brasil.
P: Paraguay gastó el equivalente al 5% de su PIB en transferencias directas a familias, como en facilidades para el pago de impuestos y el gasto en obra pública, entre otras medidas de estímulo económico. Sin embargo, el 70% de la economía es informal, lo cual impidió que muchos de esos recursos llegaran a los más necesitados. ¿Por qué no hizo el Gobierno un esfuerzo mayor por tomar este momento e incorporar a esos trabajadores al sector formal?
R: Ese aporte social también llegó al sector informal. En su mayoría fueron los que recibieron ese aporte. Hemos establecido también un plan importante de llegada de crédito con garantía del Estado del 70% aproximadamente para las pymes (pequeñas y medianas empresas), las cuales se pueden elevar al 90% con una ley recientemente sancionada.
Y desde acá adelante planeamos generar los incentivos adecuados para que más de 780.000 personas puedan ingresar a la formalidad a través de incentivos que van desde tributos a la incorporación a la seguridad social, como salud y jubilación. Dentro del paquete para llegar a este sector que es, como decía, históricamente alto, y en la región en sí misma también, está apuntado a medidas adecuadas que va a hacer que los incentivos estén al alcance del ciudadano.
P: El déficit fiscal de Paraguay aumentó el año pasado debido a una fuerte sequía que impactó la producción de agricultura, por lo que su país buscó el apoyo del FMI con un préstamo de 274 millones de dólares para mantener las finanzas públicas sólidas. Sin embargo, nadie sabe cuánto tiempo más durará la pandemia o cuánto tiempo más deberá gastar en apoyos el país. ¿Cómo lograrán un balance entre la salud de las finanzas públicas y la salud de la economía y los ingresos familiares?
R: Yo creo que son dos caras de una misma moneda. No hay una por encima la otra. Si bien hemos tomado medidas oportunas con el sistema de salud al declarar la cuarentena y las medidas sanitarias para prevenir la propagación del virus, entendiendo que habiendo tenido siempre un sistema sanitario débil, una propagación sin control hubiera sido catastrófica para el Paraguay.
No hemos hecho las dos cosas en momentos diferentes. Hoy van de la mano el fortalecimiento de la la salud pública también las medidas de salida de la cuarentena de manera inteligente, tratando de seguir conteniendo el virus, como se dice, tratando de “bailar con el virus” después de haberle dado pasos importantes en su momento.
Creemos que es una estrategia que está siendo hasta ahora aceptada. Nadie tiene una hoja de ruta, ni una maestría, ningún indicador de cómo enfrentar este bicho que tiene consecuencias catastróficas en todo el mundo.