Atrapados por los falsos mitos fiscales
El atraso de España en esta materia está relacionado con ciertos mitos que no se corresponden con la realidad
Unos de los principales desafíos económicos actuales es cómo vamos a pagar los costes extraordinarios de la epidemia. El aumento de gastos y la caída de la recaudación situarán el déficit público este año entre el 11% y el 14% del PIB, según la Airef. Recordemos que hemos precisado una década para reducirlo del 11% al 2,7%.
El problema es nuestro ineficaz si...
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Unos de los principales desafíos económicos actuales es cómo vamos a pagar los costes extraordinarios de la epidemia. El aumento de gastos y la caída de la recaudación situarán el déficit público este año entre el 11% y el 14% del PIB, según la Airef. Recordemos que hemos precisado una década para reducirlo del 11% al 2,7%.
El problema es nuestro ineficaz sistema fiscal. Según Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda, España ingresa 75.000 millones de euros menos al año que la media de los países del euro. Las razones son “la evasión, principalmente de multinacionales, corporaciones empresariales y grandes fortunas”. El Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, lo dice con otras palabras. Ve “razonable continuar explorando de manera coordinada a escala internacional algunas vías de reforma impositiva, como la relativa a la revisión de la imposición que recae sobre algunas multinacionales, con el fin de evitar la utilización de estrategias agresivas de planificación para trasladar sus bases impositivas a jurisdicciones en las que la tributación es más reducida”. Es decir, a través de paraísos fiscales.
El atraso de España en materia fiscal está relacionado con ciertos mitos que no se corresponden con la realidad. Ya no se cree que la fiscalidad alta dificulte el crecimiento. No hay que ir a EE UU, que aplicó con éxito tasas superiores al 90% en el impuesto de la renta durante la expansión de la postguerra: a finales de los ochenta, España registró los años de mayor crecimiento con un tipo máximo del IRPF del 65,5%, muy superior al 49% actual.
Lo notable es que los organismos internacionales han cambiado radicalmente su discurso, como ha recordado Cruzado en el Congreso de los Diputados. La directora del FMI, Kristalina Georgieva, ha manifestado que “se necesitan tasas impositivas marginales más altas para reducir la desigualdad”. La UE busca también nuevos impuestos para financiar el fondo de recuperación de 750.000 millones. Hay una nueva conciencia fiscal internacional.
España sigue atrapada en los viejos mitos, aunque el 78% de los ciudadanos estarían dispuestos a pagar más impuestos para mejorar los servicios, según el CIS. El Gobierno avanza en la aplicación de nuevas tasas Google y Tobin, a pesar de la oposición de PP, Vox y Ciudadanos.
Las necesidades reales son mayores y exigen una profunda reforma fiscal para abordar, por ejemplo, la economía sumergida, del 22% del PIB, el triple que en Alemania. La Plataforma por una Fiscalidad Justa ha propuesto varias medidas que permitirían recaudar 34.300 millones de euros anuales. El profesor Paul Samuelson, Nobel de Economía, recordaba una declaración del Tribunal Supremo de EE UU muy oportuna hoy: “El poder de establecer impuestos no es solo el poder de destruir, sino también el poder de mantener la vida”. Esta es la cuestión.
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