La justicia europea contradice a Bruselas y anula el veto a la compra de O2 por Hutchison

La decisión cuestiona el modo en que la Comisión Europea analiza los riesgos para la libre competencia

La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, durante una rueda de prensa en Bruselas, en marzo.Johanna Geron (Reuters)

El Tribunal General de la UE ha anulado este jueves la decisión de Bruselas de vetar la venta de 02, filial británica de Telefónica, al grupo hongkonés Hutchison. Cuatro años después de que la Comisión Europea torpedeara la operación alegando el perjuicio que supondría para la competencia y la innovación en el sector, la justicia europea ha tirado por tierra los argumentos en que se basó su bloqueo. Los magistrados creen que Bruselas no demostró debidamente los efectos negativos del trato ni so...

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El Tribunal General de la UE ha anulado este jueves la decisión de Bruselas de vetar la venta de 02, filial británica de Telefónica, al grupo hongkonés Hutchison. Cuatro años después de que la Comisión Europea torpedeara la operación alegando el perjuicio que supondría para la competencia y la innovación en el sector, la justicia europea ha tirado por tierra los argumentos en que se basó su bloqueo. Los magistrados creen que Bruselas no demostró debidamente los efectos negativos del trato ni sobre los precios y la calidad de los servicios para los clientes británicos, ni sobre el desarrollo futuro de infraestructuras de redes móviles.

La sentencia, fruto de una denuncia presentada por Hutchison, puede ser recurrida, y no tendrá grandes efectos prácticos dado el tiempo transcurrido. Tras frustrarse la venta, Telefónica exploró nuevas opciones para su negocio británico. Y esos esfuerzos han culminado en mayo de este año en la fusión de su división en Reino Unido con Liberty Global, la firma estadounidense que opera bajo la marca Virgin Media. La nueva sociedad, con más de 46 millones de clientes, tendrá un valor de 43.500 millones de euros, y le disputará el liderazgo al exmonopolio British Telecom.

Sin embargo, a la espera de que el Tribunal de Justicia de la UE pueda tomar partido en una eventual apelación, el dictamen hecho público este jueves cuestiona el modo en que Bruselas, de la mano de la comisaria Margrethe Vestager, dirime los riesgos para la libre competencia empresarial. Cuando echó abajo el acuerdo, la dirigente danesa argumentó que permitirlo “era malo para los consumidores británicos”. El Tribunal General, en cambio, estima que pese a que O2 y Three luchaban por hacerse con un mismo segmento del mercado, “ese único elemento no era suficiente para probar la existencia de un obstáculo significativo para una competencia efectiva”. En ese momento, también pugnaban por la clientela otros dos operadores potentes, BT y Vodafone. Con lo que de haberse permitido la unión de las filiales de Hutchison (Three) y Telefónica (O2), se habría reducido de cuatro a tres el número de grandes actores en liza.

La Comisión Europea dio un viraje a su posición con la llegada de Vestager a los mandos de la todopoderosa cartera de Competencia. Su predecesor, el español Joaquín Almunia, aceptó los procesos de consolidación en varios países, aunque supusieran la desaparición de uno de los principales contendientes. El límite que consideraba inadmisible era el duopolio. Con Vestager, en cambio, esos requisitos se endurecieron. Para la guardiana de la competencia, ni siquiera la presencia de tres operadoras bastaría, como ya demostró al impedir la fusión de Telenor y TeliaSonera en Dinamarca porque el país se hubiera quedado con ese número de rivales.

La venta de O2 a Hutchison habría supuesto en aquel entonces la creación de un nuevo líder de la telefonía móvil en Reino Unido, con una cuota del 40% y 34 millones de clientes, por delante de BT-EE y de Vodafone. Contra el criterio de Bruselas, la Corte de Luxemburgo no cree demostrado que esa posición de liderazgo hubiera supuesto un incremento significativo de los precios, ni que fuera a reducir la calidad al haber menos posibilidades de elección para los consumidores. Tampoco ve probado que alentara retrocesos en el uso compartido de las redes o el desarrollo de infraestructuras.

El varapalo de Bruselas, que dejó sin efecto el desembolso por parte de Hutchison de unos 13.000 millones de euros, obligó a Telefónica a buscar otras vías para reducir su elevado endeudamiento. Entre otros movimientos, recortó con fuerza los gastos operativos, laborales y financieros., y efectuó desinversiones varias en activos como torres de móvil, propiedades inmobiliarias, cables submarinos, antenas o filiales en Centroamérica.

Desbaratada la operación en Reino Unido, Telefónica y Huchison sí se han aliado en otros frentes. El año pasado anunciaron un acuerdo para ofrecer conjuntamente comunicaciones fijas, móviles y otros servicios a grandes empresas y multinacionales en todo el mundo excepto en el mercado británico.


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