El comercio minorista español sufre su mayor caída registrada
Un estudio del BBVA concluye que el consumo se ha hundido a la mitad durante el estado de alarma
La enorme factura que dejará la Gran Reclusión empieza a vislumbrarse en las estadísticas. Este miércoles el INE publicó el peor dato de comercio minorista en las dos décadas de las que existen cifras, con un hundimiento en marzo del 15% mensual. Y eso ocurre con solo dos semanas de confinamiento y un fuerte repunte del gasto en alimentación, que impidió un desplome mayor. El resto de sectores caía entre un 20% y un 50%. Este batacazo da una idea de lo que puede deparar abril y mayo. A...
La enorme factura que dejará la Gran Reclusión empieza a vislumbrarse en las estadísticas. Este miércoles el INE publicó el peor dato de comercio minorista en las dos décadas de las que existen cifras, con un hundimiento en marzo del 15% mensual. Y eso ocurre con solo dos semanas de confinamiento y un fuerte repunte del gasto en alimentación, que impidió un desplome mayor. El resto de sectores caía entre un 20% y un 50%. Este batacazo da una idea de lo que puede deparar abril y mayo. A partir de sus datos de compras de tarjetas, el BBVA concluye que el consumo se ha hundido a la mitad desde el 14 de marzo.
Como ya se anticipaba, las dos semanas de confinamiento de marzo tuvieron un impacto devastador en el comercio minorista. Las ventas al por menor se desplomaron en marzo un 15,3% respecto al mes anterior, según las cifras publicadas este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística. Se trata de la mayor caída mensual registrada en una serie que arranca en el año 2000.
Un batacazo así no tiene precedentes. El peor dato registrado hasta ahora fue en septiembre de 2012, cuando el comercio minorista se hundió un 8% mensual en plena Gran Recesión por la entrada en vigor de la subida del IVA. Tras pedir el rescate y con la necesidad apremiante de reconducir las cuentas, el 1 de septiembre de ese año el Gobierno de Rajoy elevó el tipo general del impuesto del 18% al 21%, y el reducido del 8% al 10%. Muchos consumidores habían adelantado entonces sus compras, e incluso así el comercio solo se dejó la mitad que ahora.
El segundo peor registro se dio en abril de 2012, con un retroceso del 4,4% mensual. Es decir, fue casi cuatro veces menor. En definitiva, no hay nada comparable a la caída de este marzo. Al estar corregidas de los vaivenes estacionales y de calendario, esta estadística se suele mover en el mes unas décimas arriba o abajo. Y ahora ha perdido 15 puntos completos. Todo apunta a que las cifras que arrojará abril serán todavía más duras, pues recogerán un mes entero de paralización y además reflejarán una fortísima caída sobre otra.
Por sectores, en marzo solo subieron las ventas de alimentación, un 8,4%, disparadas por la reclusión de las familias. Fue la única partida en la que los hogares gastaron más. Solo el importante peso de esta rúbrica evitó que el hundimiento fuese mayor. “Venden mucho más, pero sus márgenes son mucho más reducidos debido a que se han duplicado los gastos de logística y ha aumentado el gasto en desinfección y material de protección para sus trabajadores”, señala Pedro Campo, presidente de la Confederación Española de Comercio.
La demanda de artículos de equipamiento personal, que representa sobre todo zapatos y vestimenta, descendió un brutal 54%. Es decir, con los comercios cerrados durante medio mes prácticamente no se compró nada a pesar de que se contaba con el canal de Internet, ya que estos datos también incluyen las compras online. Las ventas de equipo del hogar bajaron un 33%; las de carburante, un 26%; otros bienes, un 17%, y el resto, un 32%.
“A pesar de que enero y febrero fueron buenos, la cifra de negocios descontando el factor estacional disminuyó el 4,9% trimestral y un 3,5% interanual, lo que representa la mayor contracción de las ventas minoristas en las últimas dos décadas”, explica Rafael Doménech, economista del BBVA. Esta cifra es coherente con la caída de horas trabajadas que ofrecía la Encuesta de Población Activa, del 4,25% entre enero y marzo. Y con el desplome del 4,7% que estimaba el Banco de España para el primer trimestre. El organismo supervisor ya sostenía que la economía se enfrenta a la mayor caída trimestral de la historia reciente —hasta el momento la peor fue en el primer trimestre de 2009, del 2,6%—.
El servicio de estudios del BBVA ha elaborado un estudio sobre el consumo basándose en sus datos de uso de tarjetas en tiempo real. Esto incluye tanto las compras que se hacen con sus tarjetas como las que se abonan mediante terminales de la entidad. Y sus resultados son consistentes con esta información. Hallan que la caída es común a todos los países en los que trabaja el banco y que en España ha sido del 47% desde el 14 de marzo, día de entrada en vigor del decreto del estado de alarma.
El gasto en alimentación es el único que sube. Y el mayor impacto se detecta en turismo, entretenimiento y hoteles. Resiste el consumo por Internet, y en España sube el porcentaje de compras online a pesar de la fuerte caída del gasto en viajes y transporte, que supone cerca del 50%. “Los datos de tarjetas tienen una correlación muy estrecha con el consumo de los hogares”, recuerda Doménech.
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