Nadia Calviño: “No podremos volver a la normalidad de 0 a 100 en un día. Hay que garantizar la seguridad”
La vicepresidenta y ministra de Economía pide a Europa una respuesta coordinada para afrontar la crisis y avanza que ya está preparando las medidas para desescalar el confinamiento
Nadia Calviño (A Coruña, 51 años) recibe a EL PAÍS en la sede del Ministerio de Economía el pasado viernes. Las instalaciones están desiertas. Ni rastro del bullicio habitual. Solo el personal de seguridad imprescindible. La reunión no se celebra en su despacho, sino en una amplía sala que cuenta con una mesa muy alargada, que permite mantener las distancias, que exige la emergencia sanitaria. Visiblemente cansada por las horas de trabajo de las últimas semanas, Calviño pide una respuesta coordinada desde Europa para afrontar el shock. Defiende las últimas medidas aprobadas para tratar ...
Nadia Calviño (A Coruña, 51 años) recibe a EL PAÍS en la sede del Ministerio de Economía el pasado viernes. Las instalaciones están desiertas. Ni rastro del bullicio habitual. Solo el personal de seguridad imprescindible. La reunión no se celebra en su despacho, sino en una amplía sala que cuenta con una mesa muy alargada, que permite mantener las distancias, que exige la emergencia sanitaria. Visiblemente cansada por las horas de trabajo de las últimas semanas, Calviño pide una respuesta coordinada desde Europa para afrontar el shock. Defiende las últimas medidas aprobadas para tratar de que nadie se quede atrás, pero no se atreve a pronosticar cuánto durará está crisis.
Pregunta. Hace tan solo seis meses debatíamos sobre la intensidad de la ralentización. Hoy estamos en una crisis sin precedentes. ¿Cuán profunda va a ser y cuánto va a durar?
Respuesta. Estamos todavía en una situación de mucha incertidumbre respecto a cuál puede ser la duración y profundidad de la emergencia sanitaria y cuál puede ser el impacto económico. Nuestro punto de partida era relativamente favorable. Hasta finales de febrero nuestra economía tenía un buen ritmo de crecimiento que se ha visto cortado con la caída de demanda global y las medidas de contención que se han ido adoptando. Es indudable que el impacto sobre nuestra economía es significativo, pero todos los organismos nacionales e internacionales prevén, en línea con los precedentes de crisis similares, que sea de carácter transitorio. Espero que lo antes posible podamos entrar en una fase de desescalada de esas medidas de contención y de reactivación económica.
P. Los economistas son cada vez más pesimistas. ¿Cómo espera que sea la recuperación?
R. Al igual que ocurre con la expansión del virus en el plano sanitario, no estamos hablando de fenómenos que tengan un carácter lineal. El impacto económico dependerá de la duración de las medidas de contención.
P. ¿Contempla que partes de la economía como el turismo, la hostelería o las pymes puedan quedarse atrás y les cueste más recuperarse?
R. Es evidente que esta crisis está teniendo un impacto muy diferente en los distintos sectores. Hay algunas partes de la economía que están operando con normalidad o incluso han visto aumentar su actividad: el sector agroalimentario, los suministros y servicios básicos, por no hablar del sector sanitario. En el extremo opuesto, hay otros sectores que son muy importantes para nuestra economía, como el turismo y la hostelería, que se ven directamente impactados por las medidas de contención tomadas tanto en el nivel internacional como en el plano nacional. Tendremos que ver cómo acompañarlos y apoyarlos en la recuperación.
P. Pero, ¿cómo se les ayuda?
R. Para nosotros ha sido prioritario garantizar la liquidez del conjunto de la economía y proporcionar flexibilidad a aquellas empresas que vean su actividad reducida significativamente, como los expedientes de regulación temporal de empleo, los ERTE, precisamente para que el impacto no sea estructural; que no se cierren empresas y que no se produzcan reducciones del empleo que se prolonguen cuando hayamos dejado atrás la emergencia sanitaria.
P. ¿Preparan más medidas económicas?
R. La respuesta del Gobierno ha sido muy clara, ágil y contundente en el ámbito sanitario y en el ámbito económico y social. Hemos ido avanzando en paralelo en la lucha contra la emergencia sanitaria y tratando de complementar esa respuesta con medidas que apoyen el tejido productivo para intentar mantener un nivel mínimo de actividad que permita la reactivación una vez hayamos dejado atrás la crisis sanitaria y tejer una red de seguridad, un escudo social, para apoyar a todos los ciudadanos, a los trabajadores, a los autónomos y que, en definitiva, nadie se quede atrás. El Gobierno ha adoptado varios paquetes de medidas. El último, este pasado martes, aunque ya parece que ha pasado mucho tiempo. Es un paquete con más de 50 medidas que completa esa red de seguridad para apoyar de la mejor forma posible a todos los ciudadanos que están sufriendo las consecuencias de esta emergencia.
P. Los datos de destrucción de empleo son apabullantes, ¿cómo se frena esta sangría?
R. A nadie puede sorprender que en la segunda quincena de marzo se haya producido esta evolución tan negativa. Tenemos que ver cómo va ajustándose la economía en este mes de abril. Lo más importante es evitar que sea estructural, evitar que no se produzca una destrucción de nuestro tejido productivo y que no pueda reactivarse la economía y el empleo tras la crisis sanitaria.
P. Muchos de los que han perdido el empleo son los más vulnerables, los temporales…
R. Lamentablemente tenemos un mercado laboral que sigue teniendo un mecanismo principal de ajuste a través de los trabajadores temporales. Precisamente por eso hemos tenido una atención especial, garantizando una prestación mínima para aquellas personas que se puedan ver afectadas tanto en el contexto de los ERTE como en el contexto de terminación de los contratos.
P. Hay quien cree que prohibir el despido puede provocar el cierre de empresas por no poder mantener los costes.
R. Hemos adoptado un conjunto de medidas excepcionales para que las empresas mantengan el empleo. Ello supone un enorme esfuerzo desde el punto de vista del conjunto de la sociedad, puesto que vamos a financiar con los recursos públicos todas las prestaciones y cotizaciones que se corresponden con los expedientes de regulación temporal de empleo causados por esta situación transitoria. Es decir, se trata de una acción coherente para tratar de proteger al máximo el empleo en esta situación extraordinaria y transitoria, y que apoya a las empresas al reducir sus costes.
P. Muchos autónomos dicen que no pueden acceder a las ayudas…
R. Hemos tratado de dar una protección especial a los autónomos y las pymes, que juegan un papel tan importante en nuestra economía, empezando por las moratorias de impuestos y las líneas de liquidez. Fíjese que incluso hemos articulado instrumentos que dan flexibilidad para encajar las especificidades de los distintos sectores. Y en el caso de los autónomos se ha creado una prestación específica para aquellos que se han visto forzados a cerrar o cuyos ingresos caigan un 75%, se prevé la posibilidad de retrasar el pago de las cuotas hipotecarias durante tres meses, tanto para su vivienda habitual como para su local comercial, o de modificar sus contratos de suministros de energía o luz, incluso suspendiendo sus pagos.
Hay que gestionar adecuadamente las medidas que afectan a los gastos públicos y las que afectan a los ingresos.
P. ¿Se plantea entrar en el capital de una empresa estratégica que lo necesite?
R. Es cierto que en otros países se han visto en la necesidad de inyectar capital en algunas de estas compañías. Nosotros, en línea con lo que nos han solicitado los distintos sectores y los representantes empresariales, lo que hemos hecho es dotar una línea muy potente de avales públicos, de hasta 100.000 millones de euros, para garantizar la liquidez de todo nuestro sector productivo.
P. ¿Por qué la ha puesto en marcha de forma gradual?
R. La respuesta no ha sido en absoluto gradual. Lo primero que hicimos fue reforzar sustancialmente las líneas ya existentes, doblando la capacidad de la que ya existía para el sector turístico a raíz de la crisis de Thomas Cook, y aumentando la capacidad del ICO en 10.000 millones. Además, aprobamos la nueva línea de avales de hasta 100.000 millones que va a estar operativa a partir de ahora para cubrir créditos con carácter retroactivo, es decir, con esos avales estarían cubiertos los créditos concedidos desde el 17 de marzo. Hemos determinado las condiciones de los primeros 20.000 millones para ver cómo funcionan y si tiene que haber algún ajuste.
P. ¿Le preocupa si no llega a determinado tipo de empresa?
R. Hemos articulado esa línea reservando la mitad para autónomos y pymes y la otra mitad para las grandes empresas, con unas condiciones específicas para cada una de ellas, mejores para las de menor tamaño. Tenemos que ver cuál es el uso de la línea para ver si es necesario reajustar la asignación que haya entre pymes y grandes empresas o las características técnicas de los avales.
P. ¿Y le preocupa que haya abusos?
R. El acuerdo marco que hemos diseñado incluye garantías y exigencias muy claras con respecto a que las entidades no podrán subordinar la concesión de los créditos a la suscripción por los clientes de cualquier otro bien o servicio. Además, las entidades financieras no podrán utilizar esta línea de avales para refinanciar o transferir créditos que no hayan llegado a su madurez. Las entidades tendrán que mantener en todo caso todas las líneas de circulante que tuvieran abiertas a sus clientes hasta el 30 de septiembre. El Banco de España va a estar también muy vigilante para garantizar que no se produce ningún tipo de arbitraje por parte de las entidades.
P. Empresarios, economistas y expertos piden el aplazamiento de las liquidaciones de impuestos.
R. Hemos dado todo tipo de facilidades y moratorias en el pago, no solo de los impuestos, sino también en las cotizaciones sociales o cuotas hipotecarias. Pero a nadie se le escapa que el sector público sigue teniendo la necesidad de pagar los sueldos del personal sanitario, de las fuerzas y cuerpos de seguridad, del Ejército y de todos los empleados públicos que están proporcionando servicios esenciales en una situación excepcional.
P. Pero si la crisis es transitoria, el Estado podría asumir ese coste de forma temporal.
R. El papel de Gobierno es tratar de arbitrar las soluciones más adecuadas y responder de la mejor forma posible a todas las situaciones. Pero es evidente que hay solicitudes que son contradictorias y que, incluso en esta situación excepcional y con un máximo de flexibilidad, hay que gestionar adecuadamente las medidas que afectan a los gastos públicos y aquellas que afectan a los ingresos.
P. España llega a esta crisis con más deuda, más déficit y más paro, ¿está limitada la respuesta por tener menos colchón fiscal?
R. En este momento la prioridad es responder a la emergencia en la que nos encontramos. Estamos utilizando todos los márgenes de flexibilidad disponibles dentro de una situación compleja como son unos presupuestos prorrogados y, además, estamos activando todos los elementos que puedan maximizar nuestra capacidad de financiación, a nivel nacional y comunitario.
P. Esta semana se conoció el dato de déficit. Por primera vez en ocho años el déficit aumentó. ¿No cree que es una mala señal para los inversores y da argumentos a los países que se resisten a ser más solidarios porque dicen que no hemos hecho los deberes?
R. Los inversores internacionales y las instituciones financieras tienen una plena confianza en la capacidad de la economía española y en el compromiso de nuestro Gobierno con la buena gestión de los recursos públicos. Llevamos 21 meses gestionando una situación bastante compleja desde el punto de vista presupuestario, con unos presupuestos prorrogados. Aun así, hemos podido reducir el déficit de la Administración General del Estado y de la Seguridad Social. Incluso a pesar de haber aumentado las pensiones, los permisos de paternidad, las prestaciones para los mayores de 52 años; haber reforzado toda la política social. En este contexto hemos conseguido reducir la deuda pública hasta el 95,5% del PIB, la mayor reducción que se ha producido desde 2007. No se ha podido ir más allá por el déficit de las comunidades autónomas y el menor superávit de las corporaciones locales. En mi opinión, está muy clara la voluntad de nuestro Gobierno de hacer una gestión muy eficiente y responsable de los recursos públicos.
Esta crisis trasciende las fronteras nacionales. Exije una respuesta europea contundente a esta emergencia
P. ¿Qué papel debe jugar Europa en esta crisis y qué defiende España?
R. Desde el primer momento hemos defendido que se trata de una crisis que trasciende las fronteras nacionales. Y, por tanto, exige una respuesta que vaya más allá de lo nacional. Es precisa una respuesta europea contundente a esta emergencia. Por eso, hemos multiplicado nuestras propuestas para asegurarnos de que todos los países puedan utilizar los instrumentos disponibles y de que, además, reforzamos y nos dotamos de los instrumentos necesarios de ahora en adelante. Valoro muy positivamente el hecho de que la Comisión Europea haya acelerado los trabajos de preparación de un mecanismo de reaseguro de desempleo europeo, un instrumento que nuestro Gobierno y, en particular, el presidente Sánchez, ha venido reclamando desde el primer día. Esta semana se ha presentado la propuesta de un nuevo mecanismo llamado SURE, para proporcionar créditos a los países para financiar sistemas de regulación temporal de empleo (ERTE) como el que hemos habilitado en España. Y seguiremos trabajando en la línea de tener una respuesta europea común y contundente a la altura de lo que exigen estas circunstancias.
P. Una de las propuestas que se baraja es conceder créditos a los países a través del fondo de rescate, el Mede.
R. El mecanismo europeo de estabilidad (Mede) es uno de los instrumentos que se crearon precisamente para responder a la crisis financiera. Es una especie de hucha común para poder disponer de estos recursos cuando sean necesarios, con una doble vertiente. Por una parte, tiene un elemento de fondo de rescate para apoyar aquellos países que puedan ver cerrado su acceso a los mercados financieros, lo cual no es el caso. Y por otra, tiene un elemento precautorio para proporcionar liquidez en buenas condiciones si eso fuera más eficiente para los países. Nosotros creemos que tenemos que trabajar para que todos los países puedan tener acceso a los instrumentos de los que nos hemos dotado y puedan ser eficaces para responder a esta situación igual que lo fueron para responder a la crisis financiera.
P. El problema puede estar en la condicionalidad, que exijan sacrificios a cambio.
R. Es evidente que, si se ajustan los instrumentos disponibles para responder a la emergencia del coronavirus, la condicionalidad tiene que estar relacionada con la financiación de la respuesta a dicha emergencia.
P. El presidente del Gobierno reclamó los coronabonos, pero se encontró con la resistencia de países como Holanda y Alemania.
R. Para nosotros está claro que la unión monetaria tiene que acompañarse de una unión fiscal y de un mecanismo de emisión conjunta de deuda, mutualización o acción conjunta de las deudas nacionales. Esa es una postura que vamos a seguir defendiendo y manteniendo con independencia de que se puedan ir arbitrando otros instrumentos de corto plazo para poder responder a la emergencia actual.
P. ¿Cómo empezarán a levantar las restricciones del confinamiento?
R. Las últimas medidas que se han adoptado fueron el domingo pasado, cuando se endurecieron los límites de movilidad para los trabajadores en actividades no esenciales. Todos los expertos nos dijeron que la movilidad de las personas es la variable más importante para poder mantener a raya el virus. Y los indicadores que tenemos de movilidad confirman que estamos en la buena dirección. El jueves tuvimos una reunión con los agentes sociales muy productiva y constructiva en la que les insté a empezar a reflexionar sobre cuáles deben ser los elementos que tendríamos que valorar para cuando sea posible pasar a una fase en la que podamos empezar a hablar de desescalada.
Los trabajos para el ingreso mínimo vital se están acelerando, pero es un trabajo muy complejo
P. Una de las cuestiones que reclaman los sindicatos es una renta mínima temporal.
R. Nosotros teníamos previsto el establecimiento de un ingreso mínimo vital en el curso de la legislatura. Ese trabajo se está acelerando, evidentemente, para apoyar a las personas más vulnerables que se puedan ver afectadas por esta crisis. Varios ministerios se están coordinando para tenerlo listo lo antes posible. Es un trabajo muy complejo, que exige la coordinación con las comunidades autónomas porque ya existen distintos instrumentos de garantías de rentas en ese ámbito. Por eso, tenemos que asegurarnos de que el ingreso mínimo vital que se establezca a nivel nacional sea efectivo, se dirija a los colectivos que efectivamente lo necesitan y que sea lo más complementario y lo más eficaz posible en el conjunto del territorio nacional.
P. Desde algunos sectores les acusado de tomar medidas de forma unilateral, sin consultar con los agentes sociales o con los partidos de la oposición.
R. Es verdad que hay momentos en los que es preciso tomar decisiones en unos plazos que hacen imposible desarrollar la consulta con todos los interesados como habríamos deseado. El diálogo es una de las marcas de identidad de nuestro Gobierno. En el curso de estas semanas he tenido contacto diario muy intenso con multitud de agentes sociales y lo mismo han hecho el resto de miembros del Gobierno.
P. Desde algunos sectores, incluso desde el Gobierno, empiezan a plantearse unos Pactos de La Moncloa. ¿Cree que pueden alcanzarse con esta tensión política?
R. Creo que estos momentos exigen que todos rememos en la misma dirección y, al igual que el Gobierno está actuando y tomando decisiones que no son fáciles, en un contexto complicado, yo espero que el resto de los representantes políticos estén a la altura de las circunstancias y apoyen la acción del Gobierno y asuman su responsabilidad de tratar de encontrar las mejores soluciones en un contexto marcado por la incertidumbre. Es una situación inédita a la que nos estamos enfrentando y no tenemos un guion que nos permita saber con anterioridad cuáles son las decisiones adecuadas en cada momento. Confío en que el espíritu que han venido expresando los partidos de la oposición de apoyo al Gobierno y de ser parte de la solución se mantenga y se plasme en sus acciones y mensajes.
P. Dicen que se enfrentan a una situación inédita, pero ¿hacen alguna autocrítica?
R. Yo creo que lo estamos haciendo lo mejor posible en unas circunstancias muy complicadas. Estamos trabajando día y noche poniendo todo lo mejor de nosotros mismos para tratar de actuar de la mejor forma posible. Nuestra prioridad es atajar lo antes posible la crisis sanitaria y tratar de minimizar la duración y la profundidad del impacto económico y social.
P. Desde algunos sectores de Unidas Podemos la señalan a usted como un freno para aprobar más medidas sociales. ¿Cómo se lleva eso de que la califiquen de ortodoxa?
R. Dedico mi tiempo a trabajar y no a escuchar rumores y habladurías. A título personal, sí me sorprende el calificativo de ortodoxa, porque siempre me he caracterizado por la disciplina intelectual y el cuestionamiento de todos los prejuicios e ideas preconcebidas.
No me he sentido en ningún momento desautorizada.
P. ¿Se ha llegado a sentir desautorizada en algún momento por la presión de Podemos?
R. En absoluto, no. El conjunto del Gobierno está alineado en el apoyo a las medidas que hemos venido aprobando. El presidente me encargó claramente que coordinase todas las respuestas económicas y sociales y la acción de los distintos ministerios en este ámbito. No me he sentido en ningún momento desautorizada.
P. Algunos dicen que usted se ha planteado su futuro dentro del gabinete de Pedro Sánchez.
R. Insisto, no presto atención a ese tipo de rumores o habladurías. Estamos todos trabajando al 100%, plenamente comprometidos con el servicio público y concentrados en dar la mejor respuesta en estos momentos, que son muy duros para el conjunto de la sociedad, que lo que quiere es un Gobierno responsable que actúe con sensibilidad, empatía y eficacia. En eso estamos.
P. ¿Cuándo volveremos a la normalidad?
R. Espero que cuanto antes podamos dejar atrás esta situación álgida de la emergencia sanitaria. Pero a nadie se le escapa que, si queremos evitar que se vuelva a reproducir esta situación, tendremos que ver cómo desescalar las distintas medidas de contención. Y tendremos que establecer medidas y condiciones que minimicen el riesgo de volver a tener un contagio extendido, que permitan tener el virus a raya. No puede ser un proceso de 0 a 100 en un día. Veremos cuál es el ritmo adecuado y cuáles son las medidas que garantizan que se protege la salud de los ciudadanos y de los trabajadores.
P. Eso quiere decir que volveremos a trabajar con mascarillas y guantes.
R. [Largo silencio] Tendremos que ver cuáles son las condiciones de seguridad necesarias para garantizar la salud de las personas que recomiendan las autoridades sanitarias.
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