El PIB creció un 2% en 2019, el menor ritmo desde 2014
La economía avanzó en el cuarto trimestre un 0,4%, una décima menos de lo que había adelantado el INE
Nostalgia de tiempos mejores. El INE ha confirmado este martes que la economía española creció un 2% en 2019, una décima por debajo de lo previsto por el Gobierno y cuatro décimas menos que el 2,4% anotado en el año anterior. Se trata de un crecimiento que aguantaba razonablemente bien en un ejercicio marcado por las tensiones comerciales, el Brexit, la ralentización china, la atonía de la zona euro o las dificulta...
Nostalgia de tiempos mejores. El INE ha confirmado este martes que la economía española creció un 2% en 2019, una décima por debajo de lo previsto por el Gobierno y cuatro décimas menos que el 2,4% anotado en el año anterior. Se trata de un crecimiento que aguantaba razonablemente bien en un ejercicio marcado por las tensiones comerciales, el Brexit, la ralentización china, la atonía de la zona euro o las dificultades del automóvil. Eso sí: supone el menor ritmo de avance desde 2014, año de inicio de la recuperación.
Entre octubre y diciembre, la actividad se expandió un 0,4% en lugar del 0,5% dibujado en las cifras que había adelantado el INE. Hasta la llegada del coronavirus, la economía encadenó tres trimestres consecutivos al 0,4%. En el año se consigue un 2% gracias a que se ha revisado ahora al alza el primer trimestre del año subiéndolo al 0,6%.
Y el empleo creció un fortísimo 0,9% trimestral tras el pobre 0,1% registrado en el trimestre anterior. Las señales de preocupación estaban en el consumo de los hogares, que perdió fuelle con un 0,1% trimestral a pesar de las subidas de salarios y del aumento del empleo. Ha pasado de estar creciendo igual que el PIB a quedarse en 2019 a casi la mitad. Lo cual se refleja en la tasa de ahorro, que se disparó al 7,4% frente a los mínimos históricos del 4% y 5% anotados en ejercicios precedentes.
También preocupa la caída de la inversión, del -1,2 en el cuarto trimestre. En tasa interanual repuntó un escaso 0,6%, muy por debajo de los registros del 8% que se llegaron a tocar.
Los números se salvan por el consumo público, que aumentó un robusto 0,7% entre octubre y diciembre. Y sobre todo por el sector exterior, cuyas exportaciones resisten bien con un incremento del 0,6%. Destaca la sorprendente caída de las importaciones. Estas se desplomaron un 0,8% trimestral, lo que mejoró mucho el saldo con el exterior. Este fenómeno en parte podría deberse a que se hayan estado consumiendo menos coches y bienes duraderos, intensivos en compras de fuera.
Por sectores, se confirma la recesión en la construcción con dos trimestres encadenados en negativo. El año pasado pesó mucho en el sector la incertidumbre regulatoria, un fuerte encarecimiento de su mano de obra y la caída de las transacciones. Y la industria, golpeada por los problemas del automóvil y la ralentización exterior, retornó a los números rojos entre octubre y diciembre.
Según el INE, el crecimiento del 2% logrado en el conjunto del año pasado se debe a una aportación de la demanda nacional de 1,5 puntos, frente a los 2,6 puntos de 2018, mientras que la demanda externa contribuyó con medio punto al avance del PIB, después de restar algunas décimas en 2018.
El valor del PIB a precios corrientes, que incluye la inflación, se situó 2019 en los 1,245 billones de euros, un 3,6% superior al de 2018.
La ralentización se aprecia más en la tasa interanual del PIB, que se situó en el 1,8% en el cuarto trimestre de 2019, una décima por debajo de la del tercer trimestre y lo mismo que había adelantado el INE hace dos meses.
El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, engordó a una tasa interanual del 2% en el cuarto trimestre del año pasado, dos décimas más que en el trimestre anterior, lo que supone la creación en un año de 358.000 ocupados, por debajo de los cerca de 500.000 que se generaron entre 2015 y 2017 pero todavía con un ritmo bastante robusto.