La discusión sobre el alza de las primas de riesgo por el coronavirus reaviva las disensiones en el BCE
Los enfrentamientos y la epidemia llevan al organismo a convocar una reunión extraordinaria
El coronavirus ha trastocado la agenda política y económica de todo el planeta. En Europa, los Gobiernos aprueban planes de cantidades estratosféricas para asegurar una salida de la recesión que se avecina. Y el Banco Central Europeo (BCE) se ha visto obligado ―tras un muy costoso traspiés de su presidenta, Christine Lagarde― a recalca...
El coronavirus ha trastocado la agenda política y económica de todo el planeta. En Europa, los Gobiernos aprueban planes de cantidades estratosféricas para asegurar una salida de la recesión que se avecina. Y el Banco Central Europeo (BCE) se ha visto obligado ―tras un muy costoso traspiés de su presidenta, Christine Lagarde― a recalcar que hará todo lo que esté en su mano para evitar que la pandemia acabe afectando la estabilidad financiera de los países del sur. Pero no todos sus miembros están de acuerdo. En un insólito comunicado oficial, el BCE desmiente las declaraciones del austriaco Robert Holzmann, miembro del Consejo de Gobierno.
Las disensiones internas y la epidemia han llevado al organismo incluso a convocar una reunión extraordinaria. La lucha entre halcones y palomas es todo un clásico en el BCE, una pelea que llegó a su cenit durante el mandato de Mario Draghi. Su sucesora parecía haber conseguido que esas diferencias amainaran. La propia Lagarde recalcó con orgullo la unanimidad que logró en el organismo para sacar adelante el paquete de estímulos contra la amenaza generada por la la Covid-19. Pero la paz parece haber saltado por los aires.
“Lagarde dijo que la política monetaria había alcanzado sus límites. No podemos solucionar el problema nosotros solos. Eso es sobre todo una tarea de la política fiscal”, dijo el martes Holzmann, gobernador del Banco Nacional de Austria y por tanto miembro del máximo órgano del BCE, al diario Der Standard. En realidad, él solo se limitaba a repetir lo que unos días antes había señalado la presidenta. Pero se olvidaba de a fenomenal campaña que el organismo había montado para desdecir a Lagarde, que la semana pasado dijo que no era su tarea reducir las primas de riesgo. El BCE sacó a todos sus lugartenientes para desdecir estas palabras y dejar claro que no permitirá que los costes de financiación de países como España e Italia se disparen, algo que ya está empezando a pasar.
Ante la entrevista de Holzmann, el BCE ha hecho lo mismo que con su jefa máxima: cerrarle la boca. Una vez más, el organismo se ve en la tesitura de emitir comunicados públicos que desmientan a sus miembros más destacados. “El Consejo de Gobierno fue unánime en su análisis de que, además de las medidas adoptadas el 12 de marzo, seguirá observando las consecuencias en la economía del brote del coronavirus”, asegura el eurobanco en un comunicado publicado el miércoles en su web. “El BCE está preparado para actuar con todas sus herramientas si hiciera falta para salvaguardar las condiciones de liquidez en el sistema bancario y para asegurar la transmisión de su política monetaria a todas sus jurisdicciones”, continúa. Es decir, exactamente lo contrario de lo que había dicho Holzmmann, aunque con un lenguaje un tanto alambicado. El austriaco también matizó sus declaraciones un día más tarde y aceptó que la política monetaria todavía no había alcanzado sus límites.
La respuesta del BCE llegó por boca de Isabel Schnabel, miembro del máximo órgano de Gobierno del instituto emisor y responsable de sus operaciones de mercado, que invocando las palabras mágicas -aunque ya algo gastadas- de Mario Draghi en 2012 afirmó que el Banco hará “todo lo que está en su mandato" para “contrarrestar" una agitación de los mercados "disruptiva para la transmisión de la política monetaria”. “De otra forma”, ha agregado Schnabel en una entrevista en el periódico alemán Die Zeit, “la política monetaria no puede funcionar”. Sus palabras son un claro intento por rebajar la presión que sufren estos días las primas de riesgo de varios países de la eurozona, entre ellos Italia y España.
También ha intervenido en el debate Luis de Guindos, vicepresidente del BCE. “Vamos a vigilar que los mercados funcionan de forma correcta y actuaremos con contundencia en lo que se refiere a la prima de riesgo, porque eso afectaría a nuestros impulsos monetarios”, dijo en una entrevista a RNE. Guindos dijo además que la iniciativa del Gobierno español para movilizar hasta 200.000 millones de euros era “el plan correcto” para paliar el impacto económico y social de la pandemia.
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