Una de las razones por las que de los planes de pensiones se habla mucho cada año en diciembre es que las aportaciones a este complemento de las prestaciones públicas por jubilación están sometidas a una fiscalidad especialmente favorable. Por lo tanto, antes de que termine el ejercicio fiscal, resulta muy útil aprovechar al máximo esta oportunidad. Pero, ¿cómo funcionan los planes y cuánto se puede desgravar por ellos en la declaración de la Renta?
A cierre del tercer trimestre, había unos 9 millones y medio de planes de pensiones, suscritos por unos 8 millones de partícipes, según la asociación de las gestoras de fondos de este tipo, Inverco. La idea es que el cliente decide el importe y la periodicidad con la que ingresará el dinero y, llegado el momento de la jubilación, podrá disponer de un capital para su vejez que complemente la pensión pública.
Reducción de la base imponible
El dinero aportado a un plan de pensiones reduce la base de la renta sobre la que se aplica el IRPF. Puesto que los planes de pensiones tributan como rendimiento del trabajo con un tipo impositivo que puede ir del 19% al 45%, por cada 1.000 euros aportados es posible desgravar desde 190 euros hasta 450 eros. Pero habrá que tener en cuenta que se pueden desgravar aportaciones solo hasta la menor de estas cantidades: un máximo de 8.000 euros al año y hasta el 30% de los rendimientos del trabajo u otras actividades económicas.
En el supuesto de aportar 8.000 euros al año, las cantidades de dinero que se desgravarán en la declaración de la Renta irán desde un mínimo de 1.520 euros hasta un máximo de 3.600 euros.
Pero, habrá que recordar también que, a la hora de rescatar el plan, el importe percibido se sumará a los demás rendimientos del trabajo y otras rentas de la base imponible del IRPF, lo que, en palabras de Antonio Gallardo, experto de finanzas del comparador bancario iAhorro, podría acarrear una “fiscalidad elevada”, sobre todo si se cobra en su totalidad y de una vez. En este sentido, David Sánchez, experto en selección de productos de inversión de la entidad financiera MyInvestor, subraya que “a partir de 35.000 euros de rentas generales, el tipo del IRPF puede llegar hasta el 37%, y, a partir de 60.000 euros, el 45%”.
Interés compuesto
Para que este sistema de ahorro funcione, Gallardo sugiere “considerar las aportaciones al plan de pensiones como un gasto más, una partida dentro de nuestro presupuesto que, aunque sea flexible, nos tomamos como casi obligatorio”.
El momento en el que se inicie a acumular este ahorro es clave para obtener una mayor rentabilidad del plan, por lo que Sánchez aconseja empezar lo antes posible, sobre todo para aprovechar “el efecto cumulativo de las ganancias que generen los activos en los que se invierte a través del plan de pensiones”. Si se invierten 1.000 euros con una rentabilidad del 10% anual, al cabo de 12 meses el capital será de 1.100 euros. El año siguiente la rentabilidad ya no se calculará sobre los 1.000 euros iniciales, sino sobre los 1.100 euros obtenidos después del primer año, por lo que, pasados 10 años, la inversión inicial se habría convertido en 2.549 euros, por efecto del llamado interés compuesto.
No obstante, hay que tener en cuenta también que la rentabilidad media de los planes individuales es mucho más baja que este hipotético 10%. Los planes de pensiones a cinco años rentan un 1,78%, y los a 20 años, un 2,07%, según Inverco.
El patrimonio aumenta
En el tercer trimestre, el patrimonio total de los planes de pensiones individuales se situó en 77.252 millones de euros, lo que supone un aumento del 3,7% con respecto al mismo período del año pasado. Esta modalidad es de lejos la más utilizada, con unos 7,5 millones de suscriptores. Los partícipes de planes de pensiones de empleo –los que algunas empresas y administraciones públicas promueven para sus propios empleados– rozaron los 2 millones y un patrimonio de 35,5 millones de euros, un 1,2% más que en el tercer trimestre de 2018, siempre según Inverco.