Las familias reducen sus hipotecas pero contratan más crédito al consumo

La riqueza financiera neta de los hogares cayó en 2018 por primera vez en ocho años

Las familias volvieron a reducir en 2018 el total de crédito hipotecario suscrito. Sin embargo, lo recortaron mucho menos que en años anteriores: un 0,9% de su renta bruta disponible, en unos 6.600 millones de euros. Y al mismo tiempo elevaron el crédito al consumo y para otros fines en un 1,2% de su renta disponible, unos 8.800 millones. Es decir, aunque por muy poco, por primera vez desde 2011 los hogares recibieron un incremento de la financiación bancaria neta, según señala este martes un informe del Banco de España sobre las cuentas financieras de la economía española. La cantidad en que aumentó la financiación neta a las familias fue el equivalente al 0,2% de su renta, alrededor de 1.400 millones de euros.

Vista de la fachada del Banco de EspañaEFE

Este pequeño incremento del flujo de crédito fue compatible con una reducción de la deuda de los hogares en relación al Producto Interior Bruto y a su renta bruta disponible. Como el PIB y la renta aumentaron más de lo que creció el crédito, el endeudamiento bajó en 2018 en proporción a la capacidad de pago. Hasta el 59% del PIB, 26 puntos porcentuales por debajo del máximo de 2010 y un punto por encima de la media de la zona euro. Y hasta el 107% de la renta bruta disponible, 2 puntos menos que en 2017 ( de estos 107 puntos, 71 se corresponden con hipotecas —unos 520.000 millones de euros—, 2...

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Este pequeño incremento del flujo de crédito fue compatible con una reducción de la deuda de los hogares en relación al Producto Interior Bruto y a su renta bruta disponible. Como el PIB y la renta aumentaron más de lo que creció el crédito, el endeudamiento bajó en 2018 en proporción a la capacidad de pago. Hasta el 59% del PIB, 26 puntos porcentuales por debajo del máximo de 2010 y un punto por encima de la media de la zona euro. Y hasta el 107% de la renta bruta disponible, 2 puntos menos que en 2017 ( de estos 107 puntos, 71 se corresponden con hipotecas —unos 520.000 millones de euros—, 25 con crédito al consumo y otros —unos 184.000 millones, del cual unos 88.000 millones son consumo—  y 10,7 puntos con otros pasivos). Estos pasivos también disminuyen porque se ven afectados por pérdidas de valor, reestructuraciones o impagos. Así, en euros, la deuda de las familias cayó en 2018 en 7.155 millones hasta los 781.676 millones, según figura en las cuentas financieras del Banco de España.

Sin embargo, el año pasado la reducción de deuda se hizo a un menor ritmo que en otros ejercicios. Desde luego se encuentra muy lejos de los 30.000 millones al año que las familias recortaron entre 2010 y 2015. Lo que parece apuntar al final del proceso de desendeudamiento que se inició con la crisis. El Banco de España ya advirtió de que esto podría suponer un problema en algunos hogares, que “están incrementando su gasto por encima de lo que aconsejarían las perspectivas de evolución de su renta”.

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Y este fenómeno se vería agravado cuando se examinan los datos por renta: según cifras del supervisor, el 10% de hogares con menores recursos destina de media más del 50% de sus ingresos solo al pago de la hipoteca. Y una de cada cinco familias dedica más del 35% de sus rentas. Todos estos colectivos serían muy vulnerables si la actividad empeora o si en algún momento se da una subida de tipos.

Según datos del INE, el conjunto de los hogares consumió e invirtió en vivienda más de lo que ingresó por rentas en 2018. Para ello las familias tomaron algo del patrimonio ahorrado durante los últimos años. Pero también tuvieron que contratar más crédito. Y el reverso de esta realidad se encuentra en una tasa de ahorro en mínimos históricos. Esta se hundió hasta el 4,9% de la renta bruta disponible, 0,6 puntos por debajo del registro de 2017 y un punto inferior a lo anotado en 2007, cuando se marcó el mínimo de la anterior fase expansiva.

Por otra parte, la riqueza financiera bruta de las familias se redujo por primera vez desde 2012. El patrimonio bruto financiero disminuyó levemente por la caída de las valoraciones bursátiles que se produjo durante 2018 a raíz del endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal, las tensiones comerciales y las dudas sobre algunas economías. Y ello a pesar de que las familias adquirieron más activos financieros.

"Aunque los pasivos financieros de las familias se redujeron como porcentaje de su renta bruta disponible y del PIB, esta contracción fue menor que la de la riqueza financiera bruta, lo que provocó la primera caída de la riqueza financiera neta de los hogares en los últimos ocho años", señala el documento del supervisor. El patrimonio financiero una vez restadas las deudas se situó en el 187% de la renta bruta disponible, casi 12 puntos menos que en 2017.

Según explica el Banco de España, la mayor parte de las inversiones de los hogares se colocaron en depósitos bancarios, que en 2018 experimentaron un fuerte incremento respecto al año anterior. Por el contrario, las entradas en fondos descendieron significativamente, una caída que coincide con la reducción de sus rentabilidades tras los desplomes en Bolsa. 

Los depósitos representan el 113% de la renta bruta disponible, un punto porcentual más que en el año anterior (de 795.069 millones de euros a 827.326 millones de euros). Las acciones y participaciones, el 74%, 11 puntos porcentuales menos (de 601.777 a 543.420 millones). Los seguros, el 49%, un punto menos (de 355.962 a 356.702 millones de euros). Los fondos de inversión, el 42%, 2 puntos menos (de 312.444 a 304.593 millones). El efectivo, un 7%, un punto menos (de 61.377 a 53.313 millones), muy afectado porque cada vez se usa más la tarjeta para el pago. Y la renta fija, el 2,3%, 0,3 puntos menos (de 18.437 a 17.109 millones), perjudicada por las compras de deuda del BCE.

Por otra parte, el endeudamiento de las empresas cayó al cierre de 2018 hasta el 75% del PIB, 43 puntos por debajo del máximo de 2010 y tres puntos menos que la media del euro. Aun así, esta cifra esconde un comportamiento muy dispar. La financiación de los bancos españoles a las empresas sigue disminuyendo. Sin embargo, aumentan los préstamos extranjeros y las emisiones de renta fija, estas últimas favorecidas por las compras de deuda del BCE. Y de este tipo de financiación se benefician sobre todo las grandes compañías, destaca el supervisor. Otros estudios del Banco de España apuntan que las empresas en los últimos años han elevado más los márgenes para poder reducir deuda y autofinanciarse sin depender de la banca.

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