Guindos, ante la Eurocámara: “La independencia es crucial para un banco central”

El todavía ministro de Economía defiende de nuevo su idoneidad para la vicepresidencia al BCE en un 'examen' más suave que el anterior

Luis de Guindos ha salido este lunes airoso del examen de la Eurocámara, más blando de lo que se esperaba, en su carrera por convertirse en vicepresidente del BCE. "La independencia es crucial para un banco central", aseguró el aún ministro español, que pasará directamente del Eurogrupo a la cúpula del BCE. Los eurodiputados cargaron contra la corrupción del PP en España. Subrayaron los conflictos de interés del ministro, que antes de llegar al Gobierno trabajó en Lehman Brothers en España y fue consejero de una caja. Le castigaron por el desequilibrio de género en el BCE, y por saltar directamente del ministerio a Fráncfort. Pero casi todo con guante de seda: Guindos superó ese plácido examen y su nombramiento está prácticamente hecho.

El ministro, Luis de Guindos, en la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, en BruselasSTEPHANIE LECOCQ (EFE)

Se esperaban este lunes cuchillos largos en el Parlamento para recibir a Guindos en su camino hacia Fráncfort. Porque es ministro aún en ejercicio y eso puede poner en duda la sacrosanta independencia del BCE del poder político. Porque trabajó en Lehman Brothers y en la nacionalizada BMN, y eso podría poner en entredicho la independencia del BCE del poder financiero. Incluso porque será un hombre más en una institución en la que, como en el conjunto de la sociedad, el equilibrio de género brilla por su ausencia. No hubo prácticamente nada de eso: ni los populares ni los liberales ni los social...

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Se esperaban este lunes cuchillos largos en el Parlamento para recibir a Guindos en su camino hacia Fráncfort. Porque es ministro aún en ejercicio y eso puede poner en duda la sacrosanta independencia del BCE del poder político. Porque trabajó en Lehman Brothers y en la nacionalizada BMN, y eso podría poner en entredicho la independencia del BCE del poder financiero. Incluso porque será un hombre más en una institución en la que, como en el conjunto de la sociedad, el equilibrio de género brilla por su ausencia. No hubo prácticamente nada de eso: ni los populares ni los liberales ni los socialistas, los tres principales grupos de la Eurocámara, quisieron hacer sangre. El español es ya casi vicepresidente in péctore del BCE, a la espera del dictamen no vinculante de los eurodiputados y de la opinión, de nuevo no vinculante, del BCE.

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Guindos compareció minutos después que su futuro jefe, Mario Draghi, que dejó una buena flecha para empezar. Draghi eludió valorar la elección de Guindos como su número dos, pero con florentina finezza apuntó que la independencia del BCE es “un escudo”, incluso “contra el perfil de los miembros de su consejo de gobierno”. El BCE emitirá su opinión el 8 de marzo. Nadie espera la más mínima sorpresa al respecto, si bien Draghi ha dejado claro que Guindos no era su favorito.

El ministro se defendió al ataque y arrancó con un discurso en el que dejó claro que “la independencia es crucial para un banco central como el BCE”. Pasar directamente de ministro del Eurogrupo a Fráncfort, según su punto de vista, no supone el menor problema: “No veo por qué un ministro no puede defender la independencia del BCE”.

Entre los diputados, que en el anterior examen a puerta cerrada fueron más críticos, apenas hubo picante. La socialdemócrata francesa Pervenche Berès le afeó “los sobres generalizados que han salpicado a varios miembros de su Gobierno”; Guindos echó balones fuera y se limitó a recordar que nunca tuvo carné del PP. El liberal Ramon Tremosa le preguntó si presentarse en la Eurocámara aún como ministro “no daña la independencia del BCE”; Guindos contestó impertérrito que dejará de ser ministro “en menos de una semana”. Por parte del PPE solo hubo flores. Y el socialdemócrata español Jonás Fernández apenas le achacó que el Ejecutivo “ha perdido una oportunidad para haber hecho la candidatura algo mejor” y, sin mordiente, vino a demostrar que los eurodiputados del PSOE se limitarán a la abstención crítica que ha anunciado Ferraz.

El único veneno apareció en las bancadas de la izquierda española. Paloma López (IU) le recordó que el rescate fue “un regalo a la banca”, censuró “su servilismo en el Eurogrupo, siempre a favor de la derecha del Norte”, y recordó que la recuperación española “está basada en la precariedad laboral y viene de la mano de la pobreza y la desigualdad”. Impertérrito, Guindos defendió la salida de la crisis española, “que viene de la mano de las exportaciones y no de una burbuja de crédito”. Ernest Urtasun (Verdes) lanzó la segunda carga de profundidad y le achacó “conflictos de interés con Lehman Brothers y la CAM”, “como consejero de BMN y en el rescate de Bankia”, con la destitución fulminante de Rodrigo Rato. Guindos negó tres veces. Y nadie siguió esa estela: el puesto es suyo.

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