Simón gana tiempo para paliar la caída de ventas en España

La firma crea una sociedad de iluminación de diseño para interiores

Una fábrica de la empresa de equipos eléctricos Simón.

Simón quiere ganar tiempo. El fabricante de material eléctrico da por concluido el proceso de internacionalización iniciado hace una década y ha realizado una severa purga de su negocio en España. Arrastrado por el desplome de la construcción, ha reducido casi a la mitad su plantilla (de 1.750 a 850 personas, mientras que en el extranjero suma 3.000 trabajadores). Su facturación global ha caído de los 350 millones de euros en 2007 hasta los 250 del pasado ejercicio, en el que también se situó en pérdidas.

En esa situación, el mercado nacional está a un par de años de perder la bandera d...

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Simón quiere ganar tiempo. El fabricante de material eléctrico da por concluido el proceso de internacionalización iniciado hace una década y ha realizado una severa purga de su negocio en España. Arrastrado por el desplome de la construcción, ha reducido casi a la mitad su plantilla (de 1.750 a 850 personas, mientras que en el extranjero suma 3.000 trabajadores). Su facturación global ha caído de los 350 millones de euros en 2007 hasta los 250 del pasado ejercicio, en el que también se situó en pérdidas.

En esa situación, el mercado nacional está a un par de años de perder la bandera de principal fuente de ingresos ante los pasos de crecimiento que continúa marcando China, el primer país extranjero que asaltó con fábricas propias y que ya aporta el 20% de sus ingresos. El negocio en el exterior representa el 61% y seguirá creciendo de forma inercial, sin abrir nuevas plantas.

En esas, Simón intenta reducir la sangría en España, cuyo sector eléctrico ha padecido una caída del 59% de las ventas y no apunta a crecimiento hasta 2014, explica su director general, Xabier Torra. En este marco surge la creación de una nueva sociedad, Fluvia, que rompe los cánones industriales que habían caracterizado al grupo hasta ahora: gran iluminación para el sector público y producción en masa de pequeño material eléctrico para los lineales de la gran distribución. El de Fluvia es un salto a un nuevo negocio: la iluminación de diseño y bajo consumo (tecnología LED) dirigida a oficinas y comercios. Una alternativa a la caída de todas las fuentes de ingresos en España y la apertura de un canal de venta nuevo para Simón: el directo.

La puesta en marcha de la nueva compañía no ha supuesto grandes esfuerzos, más allá de dos años de trabajo con la colaboración del diseñador Josep Lluscà y una inversión de un millón de euros. Las previsiones sitúan la cifra de negocio de Fluvia en un millón de euros en su primer año entero de funcionamiento, en 2012, y crecimientos exponenciales. A cambio, la compañía dará carga de trabajo a su planta de Riudellots de la Selva (Girona), una de las fábricas afectadas por las reducciones.

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